Por Diego Herchhoren. Las manifestaciones en toda España se destacaron por una mayor presencia del sindicalismo combativo ante las cifras oficiales: 6 millones de desocupados. El desencanto social abona una nueva reforma que elimina la actualización de salarios públicos y pensiones respecto de la inflación.
Los sindicatos mayoritarios Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT) tuvieron en este día del trabajador un jarro de agua fría. A casi una semana de que la Encuesta de Población Activa superara los 6,2 millones de desocupados en España, el acto central de ambas organizaciones reunió, según los propios sindicatos, a 40 mil personas, 60 mil menos que el año pasado. Mientras tanto, las cifras madrileñas de la plataforma del sindicalismo alternativo “Hay que pararles los pies” ya ascendía a 10.000. Barcelona registró también otra marcha “anticapitalista” con 5 mil manifestantes fuertemente custodiada por los Mossos D’Esquadra, la policía autónoma del Gobierno catalán, que se desarrolló bajo el lema “Ni Unión Europea, ni capitalismo: poder popular”.
El feriado y una falta de sintonía general con las centrales sindicales dejaron mermada la asistencia al acto principal de la reivindicación por el Día del Trabajador. En un año de recortes, despidos, aumento escandaloso de la desocupación y empeoramiento de la economía, el desencuentro y el alejamiento de la mayor parte de la población con los sindicatos oficiales fue evidente. Y todavía más entre la juventud, la más afectada por la crisis.
La capacidad de convocatoria de las próximas movilizaciones por el segundo aniversario del 15-M (fecha donde nacieron los “indignados”) serán la prueba de fuego para comprobar si surgieron otros colectivos capaces de canalizar el evidente desencanto de la población, sobre todo en la población menor a 30 años, la más castigada por el desempleo.
Los dirigentes sindicales, muy rechazados por años de actitud conciliadora con las grandes estructuras económicas del país quieren tomar algo de nota de los actos que se realizarán el 12 de marzo, donde colectivos alternativos parecen estar tomando relevancia en la lucha social.
Movilizaciones en el País Vasco y Galicia
En Euskal Herria (País Vasco) fueron 30 mil las personas que salieron a la calle en este 1 de mayo para exigir un modelo económico que sintetice soberanía y socialismo. Además el sindicato de la izquierda independentista LAB lanzó su campaña de cara al próximo paro nacional en todo el País Vasco el 30 de mayo.
En las cuatro capitales de Galicia, los sindicatos de la izquierda soberanista también tuvieron movilizaciones con varios miles de personas y bajo fuerte vigilancia de las UIP (Guardia de Infantería) de la Policía Nacional. En ellas además se pidió la liberación de los presos políticos gallegos, actualmente detenidos por la legislación antiterrorista.
La mirada puesta en salarios públicos y pensiones
Según se develó en la víspera del Día del Trabajador, el gobierno de Mariano Rajoy anunció, entre el nuevo paquete de medidas del último consejo de ministros, una Ley de Desindexación de la Economía con la que desligará la actualización de rentas públicas del Índice de Precios al Consumo (IPC), que es el indicador estadístico que mide la inflación en España. Se trata de una de las medidas clave del Plan Nacional de Reformas y afectará a salarios de empleados públicos, subvenciones y becas.
Los salarios que abonará la Administración, según lectura detallada del anteproyecto, siempre serán más bajos que el IPC, puesto que la medida tiene como objetivo reducir costes al Estado, según han indicado a varios medios especializados las fuentes del gobierno nacional.
En el caso de los salarios de los empleados públicos, la aplicación de esta nueva ley romperá por completo el esquema de incremento de los sueldos anuales en función del costo de vida.
También en lo que se refiere a las ayudas, como becas o subvenciones, el Estado fijaba la cuantía y los requisitos económicos en función de la evolución de la inflación. Esto quiere decir que el aumento de las cantidades de estas ayudas no tendrá por qué ser la misma que el IPC.