Un nuevo atropello de los delegados de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) para con los trabajadores que debería representar pone en evidencia el apañamiento de parte de las empresas que reciben estas patotas que se mueven impunemente en los lugares de trabajo.
Cuando el 30 de octubre pasado ,Germán Amor, chofer de la linea 135, fue despedido por su actividad gremial no imaginaba que un mes después, sin su fuente de trabajo, una patota conducida por su propio delegado, Rodríguez Leovino, de la UTA lo iba a atacar violentamente propinandole golpes de puño y patadas, para luego amenazarlo con un arma y abrirle la cabeza con la culata de la misma.
Amor se acerco a la empresa luego de reclamar insistentemente que le enviarán el telegrama de despido, ya que si no lo hacían retomaría sus tareas. Desde la empresa lo citaron el martes 6 de diciembre para que vaya a buscar ese telegrama, -una irregularidad dado que ese tipo de misivas se reciben el domicilio real del destinatario- al llegar a la cabecera de Pompeya lo hicieron esperar en una de las oficinas de administración y luego después de media hora se hicieron presentes los dos delegados de UTA de esa línea (entre ellos Rodríguez Leovino) y cuatro matones que lo rodearon para decirle “te dijimos que ya no vinieras por acá y que te dejes de joder con ese juicio” luego de eso Amor no supo como cubrirse de la lluvia de piñas y golpes de pie que empezaron a lloverle de todos lados. Cuando yacia en el suelo, Leovino sacó un arma ante el estupor del personal administrativo y lo golpeo varias veces en la cabeza hasta generarle una herida profunda. Fue ahí donde uno de los gerentes de la empresa, que estaba en una oficina aledaña salió de la misma y hecho a esta patota de una forma llamativamente amable por tratarse de los agresores.
Minutos después con el rostro ensangrentado, Germán Amor fue atendido en el lugar del incidente por el servicio de emergencias que al verlo le brindo los primeros auxilios y después lo traslado al hospital para realizarle varios puntos de sutura y asi detener la hemorragia. Lo llamativo de este hecho, ya que la violencia de los delegados de la UTA no lo es, fue que la agresión se desarrollo en las propias oficinas administrativas de la empresa de transportes Lope de Vega S.A.C.I. perteniente al Grupo Dota, que además es propietaria de unas 40 empresas de transporte, monopolizando junto al Grupo Plaza el servicio de transporte publico metropolitano.
Los médicos del servicio de urgencias al ver que se trataba de una situación de agresión directa decidieron hacer intervenir a las autoridades de la gendarmería nacional, que en ese momento estaban en los aledaños de la empresa. Cuando llegaron comenzaron a preguntarles a los presentes si habían visto y tanto el personal de administración como el mismo delegado se desentendieron de la agresión sufrida por el chofer. De todas formas Amor dejo asentada la denuncia contra la empresa y contra el delegado por entender que los gerentes del Grupo Dota no podían desconocer lo que estaba sucendiendo dada la cercanía que había entre la oficina donde se encontraban y el lugar de los hechos.
En dialogo telefónico con Marcha, Germán Amor nos decía: “es muy complicado, hay mucho miedo, estos tipos se manejan con soltura por la empresa y nadie quiere decir nada. Han amenzado a mi familia, a mi mujer le han dicho que tanto yo como mi padre íbamos a aparecer en el riachuelo y que sé como la UTA soluciona estos situaciones”. Las autoridades del Grupo Dota no quisieron contestar las preguntas de este medio y el Delegado Leovino nos atendió pero al comentarle el porque del llamado nos corto para yo no volver a atendernos.
Germán Amor, ha comenzado un juicio contra la empresa Lope de Vega S.A.C.I. por persecusion gremial y ahora, con este nuevo antecendente de violencia, contra los gerentes del Grupo Dota. Mientras tanto teme por la integridad física de su familia y de sus seres cercanos, sus ex compañeros de trabajo le manifiestan una solidaridad sesgada y por lo bajo ante el temor de sufrir el mismo ataque que sufrió Amor.