Opinión

Venezuela: país petrolero, convertido durante todo el siglo XX en un gran pozo de crudo para exportar a precio de gallina flaca a los centros de poder. País colonia, otrora del imperio español luego del estadounidense y su mayamización de la subjetividad común. País anticomunista, cuya “democracia vitrina” logró ocultar los miles de desaparecidos y asesinados por los gobiernos del “disparen primero averigüen después”.

Venezuela se convirtió, como nunca, en la capital de la disputa continental. Ahí se librará este domingo otra batalla clave de gran impacto para el futuro de América Latina: la revolución bolivariana buscará fortalecerse con una buena participación en las elecciones para la Asamblea Constituyente y la oposición intentará sabotear los comicios y avanzar por la vía violenta hacia el “asalto final”, siempre en nombre de la libertad y la democracia.

7.132 armas de la guerrilla de las FARC-EP fueron entregadas a la misión de la ONU. Con esto, cumplen su palabra y la sociedad colombiana espera que el Gobierno haga lo mismo: que entregue tierras, democratice el sistema político e implemente sin trucos los acuerdos de La Habana.

Movimientos de la región afirman que el campamento estaba siendo objeto de reintegración de posesión. Organizaciones sociales repudiaron masacre y lanzaron campaña internacional denunciando el nivel actual de la represión.

El analista y referente de la Mesa Social para la Paz en Colombia, Juan Houghton, plantea que el gobierno de Juan Manuel Santos ha optado por su plan B: “dinamitar el proceso con el ELN e irrespetar los acuerdos con las FARC”, y que busca una apuesta electoral victoriosa con sectores que “le exigen hacerle conejo a los acuerdos”, dejando atrás la pretendida coalición con los que estaban por la Paz.

Clarisse Gurgel es integrante del grupo “Filhos e Netos por Memória Verdade e Justiça” de Río de Janeiro, que reúne dos generaciones de personas afectadas por el terrorismo de Estado en la última dictadura militar brasilera. Para la politóloga y artista, el campo progresista en Brasil prioriza acciones performáticas como las marchas, manifestaciones y demás actos públicos, dejando en segundo plano el trabajo de formación política para las bases.

La comunicadora social Carolina Romero presenta la actualidad del fenómeno de los falsos positivos judiciales en Colombia. A su vez, de la mano de varios testimonios, propone al movimiento social posibles puntos clave a tener en cuenta a la hora de enfrentar este flagelo que parece no detenerse.