Por Pedro Perucca. A poco de que la serie británica de culto Doctor Who cumpla 50 años y pasados unos días desde el anuncio de quien será la doceava encarnación del misterioso personaje, desde estas páginas decidimos simplemente compartir una oda de amor y agradecimiento al salvador del universo y depredador de los Daleks.
Que Doctor Who es una serie de culto y una referencia cultural ineludible para el público británico no es ninguna novedad. El libro de Records Guinness consigna varios logros para la serie, entre ellos el de ser no sólo la serie de ciencia ficción emitida durante más tiempo en televisión sino también la más exitosa del mundo, con episodios que contabilizaron hasta 16 millones de televidentes. El Instituto Británico Cinematográfico votó a Doctor Who como el tercero de una lista de los 100 mejores programas de televisión británicos y su canal madre, el BBC One, la considera como la “pieza central” de su programación de los sábados y, además, como la serie que “define al canal”. El personaje y derivados de su universo aparecieron y aparecen en libros, obras de teatro, radioteatros, películas, musicales, videojuegos y juegos de rol. Las referencias a Dr. Who son moneda corriente en películas, series y canciones, desde Rugrats a Padre de familia, Futurama y Los Simpson, pasando por Radiohead (“I´m stuck in the Tardis”, cantan en “Up On The Ladder”) y, lógicamente, The big bang theory. La máquina del tiempo sintiente del doctor, la TARDIS (Time And Relative Dimension In Space), que por una falla en su sistema de camuflaje aparece siempre exteriormente como una cabina policial azul de los años sesenta (aunque por dentro es mucho, pero mucho más grande), se ha convertido en un ícono cultural inglés, tanto así que en 1996 la BBC la registró como marca comercial y, ante el reclamo de la policía londinense, se inició un juicio en el que la oficina de patentes falló a favor de la cadena televisiva argumentando que la caseta estaba más asociada con Dr. Who que con la misma policía (la TARDIS incluso puede se encontrada en Google Maps). El productor ejecutivo responsable de la resurrección de la serie, Russel T. Davies, recibió el título de oficial de la Orden del Imperio Británico por sus servicios al drama y en 1999 el servicio postal del Reino Unido emitió una estampilla conmemorativa ilustrada con un Dalek. Los fanáticos de la serie (como quien suscribe) se autotitulan Whovians y son responsables de cientos o miles de foros en internet, incluyendo uno que se ubica entre los 300 más activos de la red, lo que es decir bastante.
Pero ¿Doctor Who? ¿Quién es este misterioso facultativo? Si bien en algunos reductos especializados en CF y sólo frecuentados por nerds podían conseguirse DVDs de la serie, el público hispanoparlante recién pudo familiarizarse con este mito contemporáneo a partir de su difusión por internet. Así que, reconociendo que puedan existir otros intereses relativamente válidos más allá de los propios de ñoños fanáticos de la ciencia ficción (como quien suscribe), y que, por lo tanto, tal vez haya aún quien no sepa de la existencia de nuestro querido doctor, digamos que se trata ni más ni menos que de un alienígena, un Señor del Tiempo nacido en el planeta Gallifrey (constelación de Kasterborous, en las coordenadas galácticas 10-0-11-0-0 * 0-2), una especie de apariencia humana pero con dos corazones y capaz de regenerarse físicamente cuando está en peligro de muerte (truco éste que ha servido para ir reemplazando actores a lo largo de los 50 años de historia televisiva de la serie), que viaja por el tiempo y el espacio, en general acompañado por una ayudante o “companion” humana, corrigiendo errores temporales, poniendo freno a diversos villanos (algunos de los enemigos clásicos del Doctor son los Daleks, los Cybermen, los Sontarans, los Ángeles llorones o el enloquecido Timelord conocido como El Amo) y, más en general, luchando contra la injusticia y protegiendo la diversidad vital y cultural del universo.
La serie comenzó a emitirse el 23 de noviembre de 1963 a las 17:15 (GMT) y continuó en forma ininterrumpida durante 26 temporadas y 253 episodios (de los cuales hay 108 perdidos, imperdonablemente borrados en los años 70 para reutilizar las cintas*), con 7 actores personificando al doctor en esta etapa “clasica” (William Hartnell, Patrick Troughton, Jon Pertwee, Tom Baker, Peter Davison, Colin Baker y Sylvester McCoy). Luego de un descenso en los niveles de audiencia a fines de los 80 (de todos modos, nunca un episodio midió menos de 3 millones de televidentes), la serie fue suspendida en 1989. En 1996, como parte de los intentos de revivir la serie, y gracias a la colaboración con las cadenas estadounidenses Fox y Universal, que pretendían testear las reacciones del público en vistas a una posible producción norteamericana de la serie, se estrenó Doctor Who, la película, protagonizada por Paul McGann como el octavo doctor.
El 26 de marzo de 2005 finalmente se concreta la operación regreso a la televisión inglesa, de la mano de Russel T. Davies (responsable, entre otras series, de Bob & Rose, Casanova y Queer as Folk) como productor ejecutivo y con un genial Christopher Eccleston como la novena encarnación del doctor. Con un masivo respaldo de público (más de 10 millones de personas vieron “Rose”, el primer episodio del relanzamiento) la serie no sólo se consolidó sino que dio origen a varios derivados o spin offs (Torchwood, The Sarah Jane Adventures o K-9). Como la relación de Eccleston con los productores se fue deteriorando, en la segunda temporada fue reemplazado por David Tennant (mi doctor favorito) y en la quinta la posta fue tomada por Matt Smith, quien en el especial de estas próximas navidades colgará su destornillador sónico para dejar lugar al duodécimo doctor. A partir 2009 el productor de la serie pasó a ser Steven Moffat (ganador de varios premios Hugo por sus guiones para Dr. Who y responsable de la genial versión de Sherlock con Benedict Cumberbatch y Martin Freeman que ya recomendamos en estas páginas). En noviembre de 2013 también se estrenará un especial por los 50 años de la serie que será emitido en directo en varias otras televisoras, así como proyectado en cines en una versión 3D.
El proceso de selección del nuevo protagonista de Doctor Who fue vivido en el Reino Unido con dosis de expectativa y ansiedad similares a la de los cristianos que esperan la fumata blanca en la Plaza de San Pedro. Finalmente el anuncio fue hecho el reciente 4 de agosto con un especial en vivo en el que la BBC confirmó que las sandalias del doctor serán calzadas por Peter Capaldi, actor y director de cine escocés conocido por los fans de la serie por su papel en el episodio “Los fuegos de Pompeya”.
La serie es, además, el lugar donde todos quieren estar. Doctor Who es el verdadero, perdón por la redundancia, Who´s who del medio audiovisual inglés en lo que hace a actores, guionistas o directores. Se trata de un trampolín infalible para los desconocidos y de un lujo para los consagrados. El cast de, por ejemplo, Game of Thrones está lleno de figuras surgidas de allí. Algunas de las estrellas que pasaron por el universo Who son, sin orden ni concierto, Warwick Davis, Kylie Minogue, John Hurt, Hugh Grant , John Cleese, Timothy Dalton, Mark Gatiss, Peter Cushing, Derek Jacobi, Bill Nighy, Michael Gambon, Diana Rigg, Jonathan Pryce o Rowan Atkinson. Hay fanáticos que incluso están dispuestos a trabajar gratis, entre ellos Peter Jackson, quien se ofreció para dirigir un episodio de la próxima temporada a cambio de un Dalek.
En fin, esto en lo que hace a presencia cultural, a datos duros, a nombres y números. Pero antes de terminar es necesario decir que Doctor Who es no sólo la serie de CF más duradera y exitosa de la TV mundial sino además uno de los pocos productos que justifican su existencia (la de la televisión y, exagerando apenas, la del mundo). En cada episodio de 45 minutos, las aventuras del doctor concentran más inteligencia, sentido del humor, buen gusto y potencialidades dramáticas que buena parte del séptimo arte (por supuesto más que lo que se ofrece en la mayoría de las películas de ciencia ficción, pero no sólo). En numerosos capítulos de la serie la diversidad sexual es mostrada con una naturalidad realmente asombrosa para la televisión actual (no sólo con los populares personajes de Madame Vastra y Jenny Flint, una pareja de detectives del Londres victoriano que además conforma un matrimonio inter-especies, ya que Vastra es una reptil sylurian, sino sobre todo con el personaje del capitan Jack Harkness, protagonista central del spin off Torchwood, que se define como omnisexual, ya que no sólo gusta de hombres y mujeres por igual sino también de muchas otras especies inteligentes del universo) y en otros se plantean dilemas morales y filosóficos que ya quisieran para sí muchos ensayos académicos.
Si la ciencia ficción sirve para algo es para permitirnos pensar lo específicamente humano. Así el juego de llevar a hombres y mujeres al espacio, al futuro o al pasado, poniéndololos (poniéndonos) en situaciones en las que los condicionamientos históricos, sociales e incluso físicos actúen de otra manera, puede ser un ejercicio para pensar no sólo en lo que nos constituye como humanos, más allá de hoy y ahora, sino también en lo que podría llegar a ser esta especie increíble, maravillosa y terrible, de la que formamos parte. Tal vez por ello el Doctor, el individuo con más millaje del universo, es un explícito humanista, que no sólo nos quiere sino que no deja de asombrarse por ese ímpetu inexplicable que siempre nos empuja más allá, por ese ansia de saber gracias al que nos hemos expandido por toda la galaxia y por esa curiosidad maravillosamente irresponsable que nos puede llevar a explorar las arenas marcianas, un sol inteligente o un planeta en una órbita imposible alrededor de un agujero negro. Por eso también el Doctor le hace saber a cualquiera que amenace a la humanidad que el planeta Tierra se encuentra bajo su protección personal, gracia que esperamos continúe renovándose pese a todas nuestras torpezas.
*Si algún afortunado lector de Marcha conoce el destino de uno de estos míticos “episodios perdidos”, le recomendamos ponerse en contacto con la BBC y reclamar el Dalek a escala real que la emisora ofrece como premio.
Casi todo Doctor Who, y sus derivados, puede verse online en la página Mundo Who.