En un nuevo aniversario de la Masacre de Avellaneda, la música se hizo presente una vez más. Con la presencia de numerosos artistas populares, el festival de la jornada del 25 preludió la vigilia de la mejor manera. La cultura, del lado del pueblo.
Las actividades por un nuevo aniversario de la Masacre de Avellaneda comenzaron, como todos los años, con un festival cultural en la tarde del 25 de junio, previa de la vigilia, símbolo de la resistencia que se revive en cada madrugada y hasta el mediodía del 26, cuando el Puente Pueyrredón se transforma en el escenario del pueblo y su manifiesto año tras años: el acto central, el pedido de justicia.
Pero muchas situaciones se vieron antes del 26. Todo comenzó el 25, apenas pasadas las 17, cuando numerosos artistas populares se dieron cita en el escenario ubicado sobre la Avenida Pavón para amenizar la espera, dejar en claro su compromiso social y sumar sus voces al reclamo por el avance del juicio y castigo a los responsables políticos de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
Pero las voces que cantan son también las voces que opinan, que sienten y que se comprometen. Luego de escucharlos sobre el escenario, Marcha dialogó con integrantes de Arbolito, La Renga, la Delio Valdez, Sara Hebe, y con los folkloristas el “Duende” Garnica, Bruno Arias y Raly Barrionuevo. Esto nos dijeron:
A 12 años de la Masacre de Avellaneda, ¿qué significa para ustedes estar en esta jornada en la Estación Darío y Maxi?
Raly Barrionuevo: Estar acá para míes reafirmar muchas cosas, significa reivindicar la lucha de Darío y Maximiliano, su militancia. Hoy eso cobró un sentido mucho más poderoso que años atrás. En tiempos en que hay muchas organizaciones fragmentadas, donde los gobiernos tuvieron diferentes estrategias para ir destruyendo espacios, cooptando gente, etc., creo que volver hacia la lucha de Darío significa un acto de resistencia muy grande. Estar presenta acá es reafirmar eso.
Después, hay un cotidiano en el que uno tiene que ponerle el pecho a estas cosas. Hay muchas luchas que están siendo acalladas, hay un doble discurso muy fuerte, una falta total de autocrítica hacia un montón de cosas que están pasando en este país y que son absolutamente indefendibles e inexplicables para cualquier gobierno. A la par de mucha guita que se baja, se trae a Monsanto, a la par de cosas interesantes, todo se opaca con la represión a los Qom, con la Ley Antiterrorista, todo esto habla de un doble discurso muy fuerte. Yo, como simple cantor, lo que rescato de la lucha de Darío Santillán es que hay que estar lejos del poder, porque el poder es muy hijo de puta, tiene muchas estrategias, se disfraza de muchas cosas para terminar cooptando a la gente, y uno termina siendo poco creíble en esos casos. A cualquier acción popular que uno haga cerca del poder, yo le dejo de creer. Y me parece que ese es uno de los grandes ejemplos de Darío.
Ezequiel Jusid, de Arbolito: Para Arbolito no es sólo esta jornada, es todo nuestro camino, que está signado de actividades, de recordatorios, de luchas. En el 2002 tocábamos en las asambleas, los piquetes, por eso nos pegó muy fuerte todo lo que pasó, por eso cuando podemos estamos, recordando, haciendo el aguante, para que los responsables políticos estén presos, o por lo menos tengan la condena social por haber mandado a matar a los pibes. Estar acá con un montón de gente, juventud, familias, haciendo valer la voz, diciendo que esto no va a parar, que esto recién empieza. A fines de los ´90 empezó a cambiar la cabeza de un montón de gente, se empezaron a generar cosas muy lindas, empezamos a encontrarnos de vuelta todos, y eso no va a parar, por más que cambien los partidos políticos, el presidente y esas cosas que pasan por otro lado, esto no va a parar, y Arbolito va a estar siempre que se pueda.
Bruno Arias: Ya es el tercer año que vengo, para mí es un honor que me hayan convocado nuevamente, poder estar, compartir, seguir apoyando a la familia. Sé que está encajonada la causa y estamos pidiendo por eso y también que se respete la ley de la Estación, que todavía no se cambió el nombre. Hay algunos carteles pero todavía no están los nombres de Maxi y de Darío. Es un año más en este acto en los que hay cada vez más gente y más músicos, más bandas, y a mí me llena de emoción poder compartir con la gente y sobre todo con los que lucharon y acompañaron a todos sus familiares durante tantos años, poder aportar desde el folklore un poquito de mi música y compartir esto con la gente.
Manu Varela, de La Renga: Es una muestra que de todas las ramas de la cultura y como ciudadanos tenemos que aportar para seguir visibilizando esto y no perder la memoria sobre cuestiones que fueron pasando en democracia también, en medio de una cuestión de liberar zonas y criminalizar la protesta, como hoy día sigue sucediendo, y que en este caso terminó con los asesinatos de la Estación Avellaneda. Los músicos tenemos que estar presentes acompañando, en una composición y en el apoyo, porque así como los políticos son muy hábiles en acercarse a grupos que pueden de alguna manera ayudarlos a ganar legitimidad sobre todo en la juventud, es importante que la juventud se de cuenta que hay que acercarse a las causas de lucha permanente que durante esta supuesta década ganada no han tenido los resultados que todos hubiésemos esperado. Hay muchos políticos que han salido ilesos de todo esto, como Duhalde, Aníbal Fernández, que se reciclan y vuelven. Para mí es un orgullo que me inviten a participar y estar acá. Me parece que hay que seguir hasta lograr la justicia, sabiendo que cuanto más tarde en llegar la justicia, menos justicia es.
El “Duende” Garnica: Los sueños deben ser continuados y se tienen que continuar a través de los compañeros referentes de la música popular, como puede ser un pintor, un cantor, un poeta. Si los sueños no se sostienen, quedan vacíos y quedan en el aire. En este tipo de festivales tiene que primar la situación cultural y no tanto el discurso. Hay seguir acompañando, estar con los compañeros.
La Delio Valdez: Hace un par de días, cuando nos llegó la invitación, fue instantáneo. Nosotros nos manejamos entre nosotros consultándonos rápido lo que queremos hacer, y nadie dudó en venir acá. Nosotros somos músicos, creemos que nuestra labor, además de tocar, es apoyar todo este tipo de movidas con lo que podemos hacer. En ese sentido, dimos lo mejor que pudimos para sumar lo nuestro y para hacer lo que se pueda en función de que llegue la justicia.
Sara Hebe: Me dio alegría poder participar, que nos inviten y sumarnos a este reclamo de justicia por este hecho aberrante. Me parece muy importante que se haya podido realizar todo esto para que nada quede en el olvido, porque la construcción de la memoria pasa por ahí. Si ellos no resistieran todo sería aún peor, a pesar de que las cosas mucho no han cambiado porque sigue existiendo el abuso policial, el abuso de poder. Pero si la gente no se reuniera para reclamar justicia sería peor.
Cuando me convocaron dije que sí porque para eso estamos, además de para hacer música y tocar en distintos lugares. Es importante formar parte de esto que tiene que ver con todo lo que hablamos nosotros en nuestras canciones.
El Frente Popular Darío Santillán declaró hace dos años al 26 de junio como el Día de la Juventud Militante, siempre con la idea de continuar con la pelea y transmitirla a nuevas generaciones, ¿qué implica para ustedes darle un protagonismo a la juventud en lo que tiene que ver con los cambios y los problemas que atraviesa nuestra sociedad?
Ezequiel Jusid, de Arbolito: La juventud sobre todo se dio cuenta a fines de los ´90 de que las cosas si no las cambiábamos nosotros no podíamos esperar que las cambien los políticos de turno, entonces salió a la calle, primero por una gran necesidad de comer y trabajar, después por otras necesidades, levantando la voz, y la juventud es la que va a estar siempre. Después de tanta desesperanza y de que se participaba muy poco, pasó esto. El germen ya está, el germen de que hay que salir a la calle, de que hay que pelear, está y se nota. Algunas cosas se cambiaron gracias a la participación y a la militancia, otras no, pero se cambiarán en algún momento.
Bruno Arias: Importante, primero porque en este último tiempo hay muchos jóvenes militando y aportando para que haya un cambio en todos los sentidos, incluso en lo musical. Yo creo que la única forma para que haya un cambio es que los jóvenes se involucren más, militen y acompañen las luchas. Yo digo que tienen que seguir adelante, y que con la unión y con mucho fuerzo se pueden cumplir todos los sueños.
Manu Varela, de La Renga: Respecto de la militancia, me parece lo más sano que le puede pasar a un pibe, y mantenerse revolucionario lo más sano que le puede pasar a cualquier persona, incluso seguir preguntándonos si lo que estamos pensando va de la mano con lo que está sucediendo en la realidad o si nos estamos corriendo del foco, porque quizás con el tiempo algunos vamos accediendo a otras posibilidades económicas, y ahí a veces también eso genera una distancia. Por eso tenemos que preguntarnos siempre en qué lugar estamos parados.
Me parece importante la presencia de la juventud, pero más allá de la fecha en sí, es importante el laburo cotidiano de todos los días, pensar por qué siguen pasando estas cosas, por qué los pobres siempre terminan siendo los más solidarios, los que dan hasta no tener nada, los que padecen todo, los que son perseguidos, los que producen la mayoría de los productos que consumimos y muchas veces ni siquiera pueden acceder a eso.
La Delio Valdez: Para nosotros la militancia en sí es seguir lo que uno cree fehacientemente y lo que uno cree como filosofía de vida. Para nosotros la música es nuestra filosofía de vida, vivimos para y por la música, y desde ese lugar, nuestra militancia es tocando.
Cualquier expresión popular, dentro de una masividad que esté de acuerdo, organizada, y que exprese un sentimiento común de reclamo, de felicidad, como pasó hoy, que fue un reclamo y a la vez una fiesta, porque nosotros tocamos cumbia, y, como decía uno de nuestros compañeros, la cumbia es un ritmo festivo pero también tiene su toque de nostalgia y de dolor. Para nosotros, estar en las manifestaciones populares pidiendo por una verdad común y la justicia popular, es un honor participar.
Nosotros nos consideramos compañeros de los que están acá. Somos militantes de lo que hacemos. Militantes de la música, militantes de nuestro proyecto. Nos autogestionamos, la remamos, nos cuesta todos los días, y creo que ustedes lo viven de la misma manera, es poner el cuerpo, poner el esfuerzo por las pasiones, y las pasiones no se negocian.
Raly Barrionuevo: Nosotros tenemos la tranquilidad de estar acá y para mí es una alegría enorme, porque, como te dije antes, es reafirmar muchas cosas que hoy tomaron un valor más fuerte, que es la lucha de Darío, la de los movimientos independientes, que buscan, con un montón de tropezones, con lo que sea, horizontalidad desde los trabajos que se realizan. Por eso estar aquí para mí es mucho más valioso, y lo mismo para la juventud que aquí está.
La música en estos espacios o en cualquier espacio de lucha pinta de color las cosas, genera conciencia, reflexión en muchos casos. Eso me parece importante, es una tarea que yo aprendí de compañeros militantes. Yo iba antes casi instintivamente, comencé participando de movidas en los ´90, ollas populares, etc. Yo me sentía cómodo en esos lugares y tocaba. Pero después uno empieza a mirar las cosas que te rodean, y se pregunta por qué uno está en estos lugares, por qué la gente está acá, porqué hay personas que resisten tanto, cuál es el mundo que se busca, cómo se focaliza el enemigo nuestro, todo eso uno lo aprende en el camino. La militancia, como la vida misma, es un aprendizaje cotidiano. No se puede aprender todo de un día para el otro y tenerla super clara, tenemos miles de contradicciones y vamos aprendiendo de esas mismas contradicciones.
Sara Hebe: Los jóvenes son siempre los que están adelante, los que se están moviendo. Yo creo que hay bastante conciencia por parte de ellos, y de quienes están acompañando las luchas sociales, que son los músicos y otros artistas también. Creo que hay bastante conciencia de lucha.