Envio especial- Catamarca. La muerte de los cuatro chicos en Catamarca se podría haber evitado: la Dirección de Bomberos ya había advertido que el edificio de la Alcaidía Policial no tenía salidas de emergencia, había problemas con la presión del agua y los rociadores automáticos de agua no funcionaban correctamente: los que estaban en las celdas directamente estaban anulados. Estas irregularidades fueron denunciadas en noviembre de 2006. Ninguna autoridad política, judicial o policial presto atención a las denuncias. Crónica de una masacre anunciada.
Según informa El Esquiú, el abogado Marcos Denett aportó información sobre el estado en que se encontraba la Alcaidia a los fiscales Juan Pablo Morales y Marcelo Sago. En la documentación queda constatada que la Justicia y el poder ejecutivo estaban al tanto de la falta de colchones, la falta de ventanas y que los baños se encontraban en pésimas condiciones de higiene y conservación.
En el texto enviado por el letrado Denett a la Justicia se puntualiza que se “venía constatando en forma fehaciente el gravísimo estado de alojamiento de los menores y alto grado de riesgo de las instalaciones de la alcaidía”.
El pedido de jury de enjuiciamiento a las juezas Figueroa y Nieto se cae de maduro: son responsables por haber encerrado a adolescentes que no podrían haber permanecido en la Alcaidía