Por Julia de Titto. En el juicio que se desarrolla en la provincia de Tucumán por el secuestro y desaparición de Marita Verón, los testimonios empiezan a armar el mapa de las redes de trata en el norte argentino. La fortaleza de Susana Trimarco en la búsqueda de su hija y la denuncia a los responsables.
Desde el 2002 a esta parte, Trimarco fue quien encabezó la búsqueda de su hija. A lo largo de su pesquisa fue convirtiéndose en un ejemplo por su compromiso y fortaleza. En estos diez años, mientras indagaba el paradero de Marita, fue investigando el vínculo entre empresarios, la policía, la justicia y diversos gobiernos en las redes de trata. Gracias a su perseverancia, logró liberar a cientos de mujeres que se encontraban secuestradas y siendo prostituidas en todo el país.
En el juicio que se lleva adelante en la Cámara Penal de San Miguel de Tucumán, Susana Trimarco declaró durante más de tres horas y contó cómo fue la vida de Marita hasta su desaparición y todas las puertas que tuvo que golpear en su búsqueda. Narró, entre otras cosas, como el mismo Subsecretario de Seguridad de la Provincia de Tucumán, Julio Diaz, la derivó con la remisería “Cinco Estrellas”, perteneciente a una de las imputadas, María Jesús Rivero. Según el testimonio de Trimarco, Diaz afirmó que en ese comercio “tenían más autos y mejores armas que la policía”.
Por su parte, María Jesús Rivero es acusada como posible autora intelectual del secuestro de Marita Verón. A su vez, es la esposa de “La Chancha” Ale, ex presidente del Club San Martín de Tucumán, que está detenido en este momento por otras causas. “Tenían fama de delincuentes, no me gustaba esa gente, pero el gobierno nos mandó a los Ale”, recordó Trimarco. Además agregó: “Como estúpida iba a la casa de gobierno. Digo estúpida porque estaba la mafia ahí”. Por otro lado, Rivero, una de las pocas imputadas que testificó, afirmó que ella y los autos de la remisería colaboraron en la búsqueda de Marita.
Se Trata de redes
Daniela Milhein, quien tambien esta imputada en la causa y terminó de declarar en el día de ayer, confesó “tengo muchas presiones y tengo mucho miedo”. Afirmó que otra de las imputadas en la causa, Lidia Irma Medina, quien regentea varios prostíbulos, la había amenazado. El testimonio de Milhein incomodó a los otros acusados, cuando confirmó que en los locales llamados “whiskerias” se ejerce la prostitución. La acusada contó que Ale fue quien la obligó a prostituirse durante 6 años. “La Chancha” y Milhein tienen una hija de 19 años juntos. Las sospechas de que Ale estaba vinculado con el caso de Marita Verón eran bastante firmes, y el testimonio de Milhein lo vincula directamente con su rol de proxeneta que se suma al resto de su prontuario.
La acusada comentó que recién cuando Ale estuvo preso por el asesinato del oficial Juan Salinas, en 1993, ella pudo cortar la relación. Contó con detalles como después terminó en La Rioja, en un burdel regenteado por Lidia Medina y como pudo volver a Tucumán mencionando su vínculo con “La Chancha”. Esto es algo a destacar ya que expresa como funcionan las redes de trata y cuales son sus rutas. En sus palabras quedó más claro el mapa que muestra quienes fueran los dueños de los prostíbulos y quienes estan acusados, con distintos grados de responsabilidad, de secuestrar y vender a Verón.
El testimonio fue sumamente valioso porque abrió toda una línea potencial de investigación sobre el vínculo entre las redes de trata de Tucumán y de la provincia de La Rioja donde Medina es mencionada como la “Gran Madama”.
María Alejandra Huertas (quien declaró previamente al juicio que compartió reclusión con Marita) acusa a Milhein de ser reclutadora de mujeres para las redes de trata. Ella insiste en que todas las mujeres que se dice que estuvieron cautivas bajo su poder, eran empleadas domésticas o similar.
Cómo sigue
El día de hoy terminará su exposición la madre de Marita Verón y declarará Medina, con lo que se espera un nuevo reacomodamiento de la información en el caso.
En el juicio por el secuestro y desaparición de Marita Verón hay trece imputados y ninguno está preso. Tampoco ninguno será juzgado por la Ley 26.364 (Ley de Trata de Personas. Prevención y asistencia a sus víctimas), porque es una ley sancionada en 2008, fecha posterior a la del secuestro. Todos están acusados de los delitos de privación ilegítima de la libertad en concurso ideal con promoción de la prostitución.
Susana Trimarco ayer narró detalladamente todos los pasos que dio en la búsqueda de Marita y comenzó a denunciar los entramados de poder que sostienen las redes de trata. “La trata de personas es un flagelo en la Argentina, yo lamentablemente lo palpé, lo sufrí, me metí, lo investigué, me disfracé, casi me violan en un prostíbulo”
“No voy a parar de buscar a mi hija”, reafirmó Susana Trimarco, ya que, al momento del juicio sigue siendo desconocido el paradero de Marita Verón.
Artículos relacionados: