Por Ulises Bosia. A medida que se acerca el 2015, ahora con la certeza de que ya no habrá reelección, empieza a tomar forma la interna peronista para suceder a Cristina.
Como en el TEG, después de la batalla corresponde reagrupar las fuerzas propias. Pasadas las PASO hace falta asumir el nuevo mapa, fortalecer las regiones que quedaron debilitadas tras el combate, y al mismo tiempo, proyectar los próximos movimientos hacia adelante. La estrategia contempla objetivos inmediatos y otros de mediano plazo, que llevan su tiempo, aún cuando la ansiedad muchas veces carcome la necesaria paciencia.
“Massa ha elegido otro camino, con Macri, que es otro camino” (Scioli)
Ante el dilema de la sucesión presidencial Sergio Massa y Daniel Scioli hicieron sus movimientos a tiempo, conformando dos caminos distintos. El intendente de Tigre se jugó a ocupar el espacio que los grandes medios de comunicación y el poder económico le reclamaron a Scioli durante años: el de una cierta continuidad del esquema económico general, pero con importantes cambios que contemplan una nueva devaluación, el endeudamiento externo y el ajuste del gasto público. En síntesis, una corrección fuertemente regresiva desde el punto de vista de los intereses populares.
Ante la decisión de Massa, ciertamente premiada por la voluntad popular, Scioli debió dejar atrás sus ambigüedades y alinearse con el Frente para la Victoria (FPV). Su estrategia ahora es poder ser el heredero de Cristina, pero sin perder para nada su perfil propio dialoguista, es decir, de mayor afinidad con los distintos sectores de la clase dominante.
Desde luego, el gobernador de la provincia de Buenos Aires sabe bien que para tener éxito deberá prevalecer sobre otros candidatos y, principalmente, terminar apareciendo como la única opción viable para que el FPV continúe en la Casa Rosada. Por esa razón ya adelantó que de cara al 2015 debería haber internas abiertas en el kirchnerismo, donde apuesta a hacer pesar su importante caudal electoral.
Él o vos
Una de las mayores víctimas de estos movimientos fue Francisco De Narváez, quien en los últimos años encabezó al peronismo opositor bonaerense. Pero la jugada de Massa vino a complicarle sus planes, al disputarle con éxito ese lugar.
A tal punto es así que el colombiano debió modificar los ejes de su campaña electoral y dirigirla principalmente a confrontar con el intendente de Tigre, para lograr la supervivencia de su proyecto personal. Y al mismo tiempo eligió mantener tendidos los puentes que lo unen con Scioli desde hace tiempo, principalmente corporizados en José Scioli, hermano del gobernador y leal a De Narváez.
Esto se debe a que De Narváez aspira a ser gobernador de la provincia de Buenos Aires en 2015, pudiendo acordar con los eventuales candidatos a presidentes, entre los que incluye a Scioli. En ese caso deberá competir para la gobernación con otros postulantes con perfiles políticos similares como Jorge Macri o Darío Giustozzi, hoy cercanos a Massa. Además actualmente el FPV necesita que De Narváez capte la mayor cantidad posible de potenciales votantes de Massa.
Intendentes y gobernadores
La conformación de dos grandes polos de atracción en el peronismo inevitablemente conlleva el paulatino acercamiento de sus principales dirigentes a uno u otro. Los gobernadores provinciales son las figuras más importantes por el importante poder territorial que tienen, seguidos por los intendentes y más atrás concejales y otros funcionarios públicos.
Si bien existen casos de traspaso de lealtades tras los resultados de las internas, las urgencias de los próximos dos años de gestión imponen un relativo conservadurismo en los jefes locales. Nadie quiere gestionar su territorio con el gobierno nacional en contra si puede evitarlo o posponerlo un tiempo más. Sin embargo, la danza de la sucesión atrapará a cada uno de los jugadores que irán encontrando su lugar, algunos cuando se conozcan los resultados de octubre y otros a medida que se acerque el 2015.
Peralta, actual gobernador de Santa Cruz enfrentado con la presidenta, y Das Neves, ex gobernador de Chubut también opositor y vencedor en las PASO, ya respaldaron a Massa. De la Sota, gobernador de Córdoba, por su parte tiene suficiente peso propio como para aspirar a la presidencia. Por esa razón es difícil que decida alinearse con Massa, al menos por el momento.
En cambio Gioja (San Juan), Closs (Misiones), Capitanich (Chaco), Alperovich (Tucumán) e Insfrán (Formosa), entre otros gobernadores están alineados claramente con el Frente para a Victoria, algunos de ellos con aspiraciones de integrar una fórmula presidencial. El gobernador de Entre Ríos Uribarri, por su parte, es considerado un presidenciable más afin al perfil del kirchnerismo más puro.
Dentro de la columna vertebral
Finalmente, también en el sindicalismo peronista pesa la interna. Ante el retraso de las definiciones de Massa, Hugo Moyano decidió jugar sus fichas con De Narváez, lo que por un lado seguramente le permitirá poner a Plaini en el Congreso Nacional, pero por otro lado, lo ubicó dentro de la cuarta fuerza bonaerense. En ese sentido el líder camionero podría acercarse a Massa después de octubre, algo en lo que su hijo Facundo Moyano viene trabajando hace tiempo.
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De todas maneras la política no se resuelve únicamente por la voluntad de los distintos sectores políticos sino que las estrategias de cada uno de ellos deberán probarse a la luz de los acontecimientos de la realidad social y política nacional y continental, muy agitada en los últimos años. Así como pesa la voluntad de los poderes fácticos, también contará la iniciativa de las clases populares para defender los pisos ganados en estos años e impulsar el cumplimiento de sus derechos negados.
Y por otro lado no es posible subestimar el liderazgo de la presidenta de cara a los próximos dos años, que no tiene parangón en ningún otro dirigente político argentino.