Por Pedro Perucca. La leyenda de Lis Chi, la última creación de Maruja Bustamante, es mucho más que una obrita para chicos en vacaciones de invierno. Superman ya tiene un competidor de peso en el panteón de los superhéroes judíos.
Lis Chi no fue siempre Lis Chi, antes de ser el superhéroe de voz tonante y puños de acero al que se recurre cuando la Argentina está en peligro fue Aaron Lifchitz, un niño judío despreocupado, hijo de una pareja de tenderos del Once, que tuvo la mala idea de enamorarse de Úrsula Patricia López quien, como era de esperarse con ese nombre, era goi. Ante la intransigencia paterna, Aaron se ve obligado a abandonar a Úrsula (aunque parece que algunas brasas amorosas quedaron encendidas en lo más profundo de su robusta anatomía superheroica), contribuyendo así a crear a su némesis, una mala malísima dispuesta a destruir al mundo tan sólo para vengarse de aquél lacerante despecho infantil.
En este primer episodio de la pentalogía legendaria tramada por Maruja Bustamante, Lis Chi es convocado nada menos que por el Presidente de la Nación (un divertido cameo de Rafael Spregelburd) para que investigue el robo de un meteorito en Campo del Cielo, Chaco. Hacia allí se dirigen el superhéroe y su equipo (su fiel sidekick Emilio Slavkin, su hermana Marina Lifchitz en su primera misión superheroica, la maestra de héroes Tamara Horowicz y la graciosa y eficiente robot Sh1k5y) que al llegar deberá enfrentarse a las huestes malvadas del resentido Capitán Bortnik (que odia a Tamara por no haberle permitido el ingreso al Liceo Horowicz para superhéroes), a su mano derecha, la espléndida y mortífera Gaga, y a una troupe de peligrosos secuaces. Allí combatirán al mal, vagarán por un mundo subterráneo habitado por seres alienígenas amantes del locro y las guitarreadas, intentarán volver a poner en funcionamiento a la averiada Sh1k5y e irán develando secretos que sugieren que muchas veces el odio no es más que amor despechado, que dolor nunca acabado de digerir. Pero Bortnik, Gaga y los meteoritos robados son tan sólo una pequeña parte del gigantesco plan maestro de la malvada Úrsula, que se seguirá desarrollando en los próximos episodios de esta maravillosa saga.
Uno de los más evidentes aciertos de esta arriesgada apuesta de Maruja Bustamante (de quien ya comentamos en estas páginas esa hermosura llamada Paraná Porá), es su eficiencia en cuanto al multitarget: los chicos se divierten durante toda la obra, siguen atentamente los vaivenes de una trama que tiene sus complejidades, se mueven en sus asientos al ritmo de la música, estallan en carcajadas con las ridículas coreografías de combate y se maravillan con el vestuario, las luces y el arte de una puesta que aprovecha al máximo su estética comiquera, mientras que los adultos también la pasan genial permitiéndose volver a la infancia con una historia de superhéroes criollos (inspirada, según confesó su autora, tanto en el manga y las películas de artes marciales como en las revistas de historietas nacionales tipo Fantasía o El Tony) y además pueden vincularse con algunas de las múltiples referencias políticas y de género de la propuesta. Porque otro de los grandes valores de La leyenda de Lis Chi es el de una decidida apuesta por la diversidad: los viajes del equipo heroico permitirán presentar distintas geografías y culturas del país, los personajes no son todos católicos, las elecciones sexuales de héroes y de villanos no son siempre ni necesariamente heterosexuales.
Las actuaciones son todas excelentes y se nota que hay un equipo que ha trabajado mucho y con mucho amor en la propuesta, pero se destacan particularmente la genial Monina Bonelli en su doble papel de Úrsula/Sh1k5y, Hernán Morán como el duro y tierno Lis Chi, Iride Mockert como la peleadora hermanita del héroe y el increíble Juanma Cabrera como la diva malvada Gaga. Escenografía, luces, música, maquillajes y vestuario son puntos altísimos y partes fundamentales de esta puesta divertida y espectacular como pocas de la cartelera invernal.
Quedan aún un par de funciones de este primer episodio (Capítulo 1: Misión Campo de Cielo), al que le seguirán, cada tres semanas, Capítulo 2: Misión Cerro de los siete colores (estreno 27 de julio), Capítulo 3: Misión Valle de la Luna (estreno 18 de agosto), Capítulo 4: Misión Los Antiguos (estreno 14 de septiembre) y Capítulo 5 y final: Misión Uritorco (estreno 5 de octubre).
Y esta maravilla infantil es sólo unas de las múltiples propuestas que está llevando adelante una hiperproductiva Maruja Bustamante quien, además de la gestión del espacio multicultural La casona iluminada y de sus recitales con su banda “Te amo”, está a punto de reestrenar Doberman, pieza dirigida por Azul Lombardía, donde actúa junto a Mónica Raiola (a partir del 23 de julio en el Centro Cultural Rojas), y de protagonizar el biodrama Maruja enamorada, dirigido por Vivi Tellas (a partir del 18 de agosto en el teatro El Extranjero).
FICHA ARTISTICO-TÉCNICA:
Idea original: Maruja Bustamante
Autores: Maruja Bustamante y Gael Policano Rossi
Actúan: Aymará Abramovich, Monina Bonelli, Juanma Cabrera, Carlos Cano, Pablo Delia, Emiliano Figueredo, Iride Mockert, Hernán Morán, Constanza Nacarato, Gonzalo Pastrana
Actuación en video: Alejandro Alonso Marcucci, Natalia Gonzalez, Paula Mesón, Rafael Spregelburd, Luciano Vargas
Asistencia artística: Gael Policano Rossi
Asesoramiento de producción: Monina Bonelli
Asistencia de dirección: Nicolás Capeluto, Luciana Martínez Bayón
Producción ejecutiva y producción general: María Solari
Dirección y puesta en escena: Maruja Bustamante
Complejo Cultural Teatro 25 de Mayo
Av Triunvirato 4444
Capital Federal – Buenos Aires
Teléfonos: 4524-7997
Entrada: $ 50,00 – Domingo y Sábado – 17:00 hs – Hasta el 07/08/2013
Entrada: $ 50,00 – Domingo, Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes y Sábado – 16:00 hs – Hasta el 28/07/2013