Por Guillermo Naveira y Nicolás Scipiones. El inicio de la etapa de alegatos en el juicio oral por la causa de Mariano Ferreyra comenzó con un traspié de Lompizano y trabas en la causa. Luego el CELS exigió la pena de prisión perpetua para Pedraza, titular de la Unión Ferroviaria, así como para su segundo, Juan Carlos Fernández, y otros doce acusados.
Finalmente, en medio de un diluvio, el pasado martes 19 de febrero de 2013 se dio inicio a la etapa de alegatos en el juicio oral que investiga el homicidio del joven militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra. Luego de la suspensión de la audiencia anterior, provocada por la ausencia del imputado Hugo Ernesto Lompizano, los representantes del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) expusieron como querellantes de la familia Ferreyra, exigiendo la pena de prisión perpetua para José Pedraza, titular de la Unión Ferroviaria, su segundo Juan Carlos Fernández y otros doce acusados.
Pasadas las 9, comenzaron a probarse los parlantes que transmitirían en vivo la primera jornada de alegatos en torno al esclarecimiento del asesinato de Mariano Ferreyra, en las afueras de los tribunales de Comodoro Py. Lentamente los paraguas, las banderas rojas y los cantos se multiplicarían cortando la calle, dando cuenta de los centenares de personas autoconvocadas que se acercaban en apoyo a la familia y a los compañeros de la víctima.
Al inicio de la sesión, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 21, cedió la palabra al comisario mayor Hugo Ernesto Lompizano, imputado en el caso por el delito de abandono de persona. El mismo, esta vez en calidad de detenido, retomó las palabras que dijo su abogada en la audiencia anterior, “Pido disculpas por no haberme presentado a la audiencia pasada, pero tuve un imponderable familiar”, intentando justificar su inasistencia.
La fiscalía, por su parte, reiteró el pedido de revocación de la excarcelación vigente para el comisario mayor, amparando su posición en el manejo desprolijo y poco consistente que demostró el imputado en el último tiempo. “Se comprobó que el señor Lompizano viajó el jueves y no el sábado como se dijo, además de presentar dos certificados de dolencia que no pertenecen a una entidad estatal”.
Los abogados Maximiliano Medina y Alberto Bovino, pertenecientes al CELS, fueron los encargados de llevar a delante este primer turno de alegatos, que duraría aproximadamente 10 horas entre intervalos.
Los argumentos, que giraron en torno al negocio de la tercerización y la hegemonía política gremial, vislumbraron a Pedraza y a su segundo, Juan Carlos “Gallego” Fernández, como los instigadores del homicidio.
La existencia de un plan criminal quedo demostrada al momento de exponer la cronología de los hechos, donde se comprobó que el delegado Pablo Díaz, hombre clave en el verticalismo gremial, además de convocar a los compañeros de los talleres de Remedios de Escalada sumó a un grupo de choque para agredir a los manifestantes. “La idea era que fuera mucha gente, para que unos pocos pudieran aleccionar a los tercerizados sin ser descubiertos”, sintetizaban los abogados.
También, destacaron la complicidad policial frente al ataque, entendiendo que se permitió actuar a la patota , a pesar de tener pleno conocimiento del conflicto, como si se tratase de una cacería humana.
La querella, por todo lo expuesto, solicitó la pena de prisión perpetua para José Pedraza y Juan Carlos Fernández. Como así también, para los coautores del homicidio calificado (Cristian Daniel Favale, Gabriel Fernando Sánchez, Pablo Marcelo Díaz, Francisco Salvador Pipito y Jorge Daniel González) y los partícipes necesarios (Claudio Gustavo Alcorcel, Hugo Ernesto Lompizano, Luis Osvaldo Mansilla, Jorge Raúl Ferreyra, Luis Alberto Echavarría, Rolando César Garay y Gastón Maximiliano Ezequiel Conti ).
En el caso de Juan Carlos Pérez y Guillermo Armando Uño, solo se pidieron cuatro años de prisión por el delito de encubrimiento agravado. Mientras que para David Ismael Villalba, por omisión de los deberes de funcionario público, requirieron un año.
Al finalizar el alegato, el abogado Maximiliano Medina, conmovió a todo el auditorio con sus palabras, mientras señalaba a los padres de Mariano Ferreyra. “Esta señora que esta acá atrás, que escuchó hablar de enfrentamientos, escuchó decir que su hijo formaba parte de una horda criminal, que usaba armas. Y con toda la indignación del mundo se mantuvo en silencio. Con toda la indignación del mundo se mantuvo callada, en silencio. Espera, confía. Esta señora que esta acá atrás en el medio del debate a mí me dijo que espera el momento de la sentencia final para poder dar vuelta la página. Para poder volver a empezar. En nombre de ella les digo que no nos mueve ni la bronca, ni la impotencia, ni el rencor, ni el inmenso dolor que significa la muerte de Mariano Ferreyra. Nos mueve pura y exclusivamente este ánimo incontenible de alcanzar por fin justicia. Una justicia completa, abarcativa. Porque consideramos que están todos los elementos de convicción para eso. Pero principalmente, porque sin ésta, no se puede dar vuelta la página, ni volver a empezar. Ni Beatriz, ni Ricardo, ni la sociedad Argentina”.