Por Andrea Sosa Alfonzo. Un mito popular arrasa con la violencia de género. Iride Mockert interpreta el unipersonal La Fiera, una obra de Mariano Tenconi Blanco. En la noche, bajo la luna tucumana, una mujer tigre asesina a los hombres en su sed de venganza.
Entre la cultura urbana y el misticismo tucumano, se van creando espacios, símbolos, mitologías, lenguajes, canciones e historias desgarradoras, en un ir y venir constante entre el drama, la ironía y el humor.
En esta nueva obra del talentoso Mariano Tenconi Blanco, Iride Mockert cautiva con toda su magia y hace una interpretación tan desgarradora como sensible sobre la trata de blancas y las violencias hacia las mujeres.
La mirada al vacío de Mockert apenas comienza la obra desmorona cualquier presunción que uno pueda hacerse de una fiera, o de una mujer tigre, o de una mujer humana con sed de venganza. Durante 55 minutos, con la música en vivo de Ian Schifres y Sonia Álvarez, entre canciones y relatos, La Fiera atrapa a los espectadores entre sus garras y los lleva a una travesía que devela todo el dolor, el amor, la pasión, la vergüenza y la inmensidad que genera la venganza. Y los lleva a ese punto donde cualquier ser humano deja de ser, para entender y conmoverse ante una fiera con una misión.
La historia de La Fiera es la historia de una mujer en el profundo Tucumán, “bien bruta ha visto”, pero con el valor y el coraje de las sabias. Es la historia de las mujeres que han sido violentadas y cosificadas. Los textos y la potencia de las canciones, sitúan a la fiera con ´ensañamiento´ sobre cualquier hombre que abuse de una mujer. “De culeaos que son los tipos nomá”, sus víctimas -que nunca aparecen en escena- se van depositando en el mundo imaginario del espectador a través del salvajismo de aquella mujer animal que eligió ser fiera por pura convicción.
Marcha dialogó con Iride Mockert sobre la idea inicial de la obra, qué significa ponerse en la piel de una mujer tigre y qué aportes realiza La Fiera a la lucha contra las violencias de género.
“Hacer La Fiera es un regalo y una oportunidad en todos los sentidos. Es la posibilidad de trabajar como actriz en un material que denuncia claramente la trata y la violencia de género. Desde lo actoral y la puesta de Mariano, permitió elaborar un discurso que permita que el espectador entre en la historia, escuche y piense la problemática desde otro lugar” afirma Mockert sobre uno de los aspectos centrales y que hacen al acierto de la obra.
Durante casi una hora los espectadores, hombres y mujeres, se estremecen ante las escenas. “Quizás al principio en un lugar inesperado, que incomoda, de contradicción, de pregunta, de necesidad de tomar partido por lo que se está diciendo”. Es así que asisten a un debate de nuestra época, donde lo artístico se vuelve político y desarrolla un lenguaje propio. “El corrimiento desde donde contamos esta historia, y este personaje: una suerte de Kill Bill del bajo fondo, en su carencia, decide transformarse en tigre para vengar la violencia de género”.
La obra está situada en un pueblo tucumano y refleja en la puesta oral de la actriz un misticismo cultural, pero también una realidad social y económica que hoy está vigente. “Había algo que teníamos que modificar del habla en función de los matices”. Para eso trabajaron junto a amigos tucumanos la entonación. Luego, junto al autor, buscaron “cómo acentuar esta falta de educación que ella tanto nombra en la obra. Esta bruteza”.
El diálogo de Mockert y Tenconi comenzó mucho antes. Y, como toda búsqueda, implicó la tarea de poner el cuerpo, la cabeza, los sonidos y la voz. “Al principio intercambiamos con Mariano leyendas, mitos y entrevistas que veíamos del norte”. Después llegaron las “canciones” y “esta maravilla de texto que escribió Mariano”.
Mockert concluye planteando que “la oportunidad de abrir capas en el pensamiento” es un potencial para “germinar un nueva idea, un punto de vista”. Y la recompensa de haber construido paso a paso el recorrido acertado comienza a dejar huellas: “salir de la función y que un espectador te diga que algún día vamos a lograr que el femicidio sea declarado de lesa humanidad, es un grito de justicia, así, como lo grita la fiera”.
La obra abre nuevos espacios estéticos en la construcción de un teatro político que se arriesga en poner, desde un lugar poético, temas sensibles de nuestra actualidad de un modo conmovedor y necesario. Esa apuesta sólida donde cada lugar, cada relato y canción, recrea -desde la cumbia hasta el hip hop- un mundo donde la valentía y el reconocerse en todas las mujeres, lo es todo. Donde “se abre esa posibilidad maravillosa de ver, como dice la fiera, que no es tan difícil esta lucha”, pero que necesariamente “es un compromiso social”. “Un gesto mínimo puede desatar una revolución y el teatro lo hace”.
La Fiera puede verse todos los miércoles y domingos, a las 21 hs en el teatro El Extranjero.
http://www.elextranjeroteatro.com/plays/view/73/name:LA-FIERA-de-Mariano-Tenconi-Blanco