Por Micaela Ryan, desde Caracas. En febrero de 1989 el pueblo venezolano salió a las calles en repudio al “paquetazo” neoliberal, impuesto por el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
En diciembre de 1988, el candidato de Acción Democrática, Carlos Andrés Pérez (CAP), ganó las elecciones presidenciales bajo el lema de “volver a la Venezuela Saudita”, nombre con el cual autodenominó a su primer gobierno. De esta manera, en Venezuela el modelo neoliberal no necesitó de la fuerza militar para imponerse. Bajo una dudosa democracia, la Cuarta República consistió en un sistema bipartidista entre los dos partidos firmantes del pacto de Punto Fijo en 1958: Acción Democrática y Copei. A fines de la década de los `80, Venezuela atravesaba un panorama de profunda crisis económica y productiva. Las medidas implementadas en contra del poder adquisitivo del pueblo, elevaban año a año los niveles de pobreza. El fatídico “Viernes Negro” de 1983, evidenció el rumbo que el país adoptó con gobiernos aconsejados y guionados por los organismos financieros internacionales, cuando la moneda cayó un 188% respecto al dólar. La represión de la protesta social se extendía por todo el territorio, marcada por las masacres de Cantaura (1982) y Yumare (1986).
CAP asumió la presidencia el 2 de febrero, bajo una profunda división en su partido vinculada con la elección de su nuevo gabinete. El Ejecutivo estaba conformado por una élite tecnocrática de corte neoliberal, a la cual llamaron “Ministros gerentes” y funcionarios “yuppies”, recomendados por el FMI. Dos días después de su asunción, el presidente y su equipo mantuvieron una reunión con altos mandos de este organismo. Como resultado, el 16 de febrero CAP anunció un paquete de medidas económicas en cadena nacional. El plan consistía, básicamente, en la entrega de la soberanía económica y política de la nación.
El “paquetazo” implicaba, en primer lugar, facilidades para que todas las entidades financieras extranjeras se instalen en el país. Las tasas hipotecarias en un 50 y 60%, produciendo que los alquileres de vivienda se duplicaran en un solo día. Las empresas de servicios públicos consideradas “no estratégicas” fueron privatizadas: Cantv (telecomunicaciones), Viasa (aerolínea estatal), Sidor (Siderúrgica del Orinoco), Cadafe (electricidad), entre otras, y todas las tarifas se incrementaron. Los impuestos a las importaciones se eliminaron de forma progresiva, bajando la competitividad de la producción local. Se devaluó el Bolívar en un 81% y todos los precios de los productos se liberaron, incrementándose el doble y hasta el triple de su valor de la noche a la mañana.
Como contrapartida, el gobierno de Pérez negocio un préstamo del FMI a corto plazo por 45 mil millones de dólares, que recibiría exclusivamente durante su mandato.
El termómetro social previo al estallido social
La Universidad Central de Venezuela fue escenario de las primeras manifestaciones. Los estudiantes rechazaban el paquete de medidas económicas, enfrentándose a la represión bajo las consignas: “con hambre y represión no hay concertación” y “exigimos a la prensa que diga la verdad”. El resultado fue el asesinato de un estudiante y varios heridos graves.
La población padecía el aumento de los precios del paquetazo y las exigencias de aumento general de salarios se hacía cada vez más fuerte. Las empresas productoras y comercializadoras de alimentos acapararon los productos, especulando con la suba de precios. Mientras, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), el Gobierno nacional y Fredecámaras (que nucleaba a las patronales), no llegaban a un acuerdo en este punto. Los rumores de rebelión popular eran reconocidos incluso por la dirigencia de Acción Democrática.
Pero la medida que provocó la reacción de la sociedad fue el aumento de la gasolina, cuyo valor se duplicó sólo en el primer aumento. Esto trajo aparejado el aumento del transporte público. La medida no fue anunciada sino hasta el 26 de febrero, generando el rechazo del Sindicato de Transportistas que llamó a un paro nacional para el día siguiente.
27F: pueblo a la calle en defensa de sus derechos
Las ciudades venezolanas estuvieron desabastecidas por más de diez días. Por ello, el 27 de febrero amaneció con los primeros saqueos que se produjeron en los barrios caraqueños y rápidamente se extendieron en todo el territorio nacional. El pueblo se levantó también en La Guaira, Guarenas, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Mérida y Ciudad Guayana. Por ello, el Caracazo también es conocido como el Sacudón.
El Plan Ávila fue el mecanismo represivo ideado para enfrentar un estallido social inminente. Carlos Andrés Pérez fue quien ejecutó y lo llevó adelante en su lugar de comandante en jefe. El Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Militar actuaron en conjunto en la brutal masacre. La represión dejó como consecuencia el número oficial de 331 fallecidos, aunque la inmensa mayoría no fueron declarados y la cifra extraoficial alcanza los 10 mil asesinatos.
El toque de queda se sostuvo hasta los primeros días de marzo. Por lo tanto, la sistemática violación de los derechos humanos quedó amparada en la suspensión de las garantías constitucionales. Como consecuencia social, hacia fines de 1989, la pobreza crítica alcanzó el 47,5%, mientras que la pobreza general superó el 60%.
27F, fin de la Cuarta República
El “Caracazo”, fue un día de profunda resistencia y rechazo a las medidas neoliberales y también al régimen de represión y empobrecimiento de la Cuarta República. Carlos Andrés Pérez fue destituido por el Tribunal Supremo de Justicia en 1993, no pudiendo finalizar su mandato. Durante los siguientes años, algunos de sus funcionarios también fueron condenados.
El 4 de febrero de 1992, un grupo de militares se alzaban contra su gobierno, fracasando en su primer objetivo de tomar el poder. Este movimiento llamado MBR200 era conducido por el Comandante Hugo Chávez Frías, quien fue apresado por esa acción.
En la actualidad, los historiadores y sociólogos coinciden en señalar al 27F como el comienzo del fin de la Cuarta República. El pueblo venezolano empezó a visualizar en Chávez y pensamiento bolivariano a un referente en la lucha por la dignidad del pueblo venezolano.