Por Laura Salomé Canteros. A 9 años de la ausencia de Florencia Penacchi se realizó una manifestación que exige la aparición con vida y la condena para aquellas personas que no han investigado las evidencias que llevan a suponer que fue secuestrada.
Florencia nació un 21 de septiembre de 1980 en Neuquén capital. Hoy tendría 33 años y una vida de derechos y opciones en libertad que le fue arrebatada. Era hija, hermana, estudiante, trabajadora y amiga; mujer apasionada y comprometida. Las últimas personas que la vieron fueron sus compañeras de trabajo, la noche del 15 de marzo de 2005 en el barrio porteño de Palermo, donde vivía. Preparaba un cartel para movilizarse por la memoria, la verdad y la justicia. Ante su ausencia, una de sus amigas tuvo que marchar con él. A 9 años, continúa desaparecida y la acción u omisión de la justicia pesa cada año un poco más. A Florencia le debemos seguir buscándola.
La pista de la trata de personas
Para Emilce, integrante de la colectiva feminista Sin Cautivas –creada por amigas de Florencia Penacchi para investigar y difundir el caso-, “hay por lo menos tres indicios que hicieron pensar a la familia de Florencia y a amigas que fue secuestrada por una red de trata. El primero, el testimonio de dos víctimas que fueron rescatadas por la Fundación María de los Ángeles en Córdoba y que declararon en la causa haberla reconocido en el book de uno de los prostíbulos; el segundo, que en 2010 la autoridad federal a cargo de la causa de Florencia, el Comisario Jorge Omar Cipolla fue separado del cargo por supuesta connivencia con redes de trata y prostitución; y el último, que no se siguió la línea de investigación de un llamado que aportaba datos sobre su paradero de parte de una persona que decía ser a quien Florencia fue a ver antes de que desapareciera”. Y agrega, “hay muchas pistas perdidas y no se cambio la carátula, la causa sigue abierta por ´averiguación de antecedentes´ a pesar de todas estas evidencias”.
En una carta abierta publicada en un blog que actualizan amigas y amigos de Florencia, se evidencian mas pistas que las llevan a suponer que la joven fue raptada por una organización delictiva, “las maniobras evasivas para saltearse procedimientos que requerían de agilidad, como allanamientos, citaciones a declarar, pinchaduras de teléfono y algunas declaraciones mediáticas de las autoridades policiales que llevaban adelante la causa direccionaban a la opinión pública a afianzar la idea de que Flor se había ido con un novio. Eso develó la operación: la Policía estaba ocultando algo”.
Y los relatos continúan, “una amiga de Flor se entrevistó con Susana Trimarco, la madre de Marita Verón, otra mujer secuestrada por las redes criminales de trata de mujeres. Susana le contó (…) que dos chicas de Santa Fe que habían escapado de prostíbulos de Córdoba reconocieron haber visto a Florencia en tres lugares (…) distintos. Dos en la provincia de Buenos Aires y uno en el interior de Córdoba. Con ese dato increíble que nos sacaba ya del terreno especulativo, la pesquisa del fiscal a cargo debía direccionarse, salir corriendo a allanar prostíbulos, a tomar declaraciones. Pero no, eso tampoco se investigó en la causa que lleva adelante Marcelo Retes en la Fiscalía Federal 23 de Capital Federal. Tampoco se hizo nada incluso después de que se supo que a una de las chicas volvieron a secuestrarla y a la otra la amenazaron y balearon su casa”.
Para la fecha en que Florencia Penacchi desapareció, Jorge Omar Cipolla era la autoridad máxima de la División antisecuestros de la Policía Federal, institución en la que quedó encuadrada la causa por un llamado anónimo que resultó aportar datos falsos (…). Este mismo Comisario fue denunciado (5 años después), en 2010 por su supuesta participación en redes de trata y prostitución como responsable del cobro de coimas que darían libertad de acción a tratantes y regentes de prostíbulos de la Capital Federal y de la Provincia de Buenos Aires.
Otro caso de omisión de investigaciones y violencia institucional
Aún persisten, a pesar de las crecientes capacitaciones de las fuerzas seguridad y de operadores y operadoras de justicia en perspectivas de género y derechos humanos, la lamentable regla que materializa los abusos de poder y la violencia institucional. Los prejuicios que llevan a retardar, obstaculizar o impedir que una niña, joven o mujer acceda a su derecho de ser libre de todo tipo de violencias y a suponer que no fue víctima de un delito sino que se “fugó del hogar” o se “escapó con un noviecto”, aún operan como estrategias de distracción o complicidad, especialmente en las fundamentales primeras horas de un caso de secuestro con fines de explotación sexual.
A este respecto, Emilce de Sin Cautivas, sostiene “estamos esperando que nos llamen a declarar para aportar y que la justicia pueda contrastar los datos que tenemos. De hecho, también Susana Trimarco está esperando que la llamen a declarar así como esperamos que se cite al ex jefe de la división antisecuestros Jorge Cipolla para que dé explicaciones”. El hermano de Florencia, Pedro Penacchi ya había declarado a fines del año pasado que “la principal sospecha es que puede estar viva en algún lugar y no por su voluntad, la tienen secuestrada. Hacer desaparecer una persona y borrar su existencia es terriblemente fácil en este país”.
Ni sociedad, ni estado, ni medios cómplices o proxenetas
Al cumplirse 7 años de la ausencia de Florencia Penacchi y con el objetivo de denunciar la inacción de los Estados y a la vez concientizar socialmente sobre el complejo entramado que hace posible el delito federal de la trata de personas y el sentido político de la desaparición de mujeres; amigas y amigos de la joven abrieron un espacio en las redes sociales para que las personas envíen su mensaje a través de una foto. De esta manera surgió ContralaTrata en Facebook, un muro en el que se pueden leer no sólo los palabras de esperanza para continuar con la búsqueda como un “Nunca la vi en la calles pero ahora la busco” sino también los de denuncia, “Florencia fue secuestrada por redes de trata. El poder judicial, político y la policía son cómplices”.
Emilce, integrante de la colectiva feminista Sin Cautivas también alerta sobre la responsabilidad de los medios en el tratamiento de los casos de trata de personas. “Los medios se acuerdan de Florencia sólo los 16 de marzo o cada 21 de septiembre que es el día de su cumpleaños, pero nosotras la buscamos todos los días” y agrega, “desde hace 9 años sus amigas estamos respondiendo las mismas preguntas acerca de qué tipo de persona era Florencia en vez de interrogar a los responsables por el curso de la causa” y concluye “para la sociedad en la que vivimos es más fácil pensar que Florencia era una drogadicta que se fue de su casa que instar a que se investigue y desentramar las complicidades. La prensa en el caso de Florencia, y fundamentalmente en los primeros meses, no hizo más que ejercer violencia, discriminación hasta terminar en revictimizarla”.
La labor de operadores y operadoras de justicia en el caso del secuestro de Florencia Penacchi es más que dudosa e ineficiente. No se adopto un enfoque de género, no se complejizó ni actualizó la causa, se cayó en el lugar común de sospechar de la víctima, no se puso la mira en los cómplices policiales ni se investigó las pistas aportadas por la familia. Lo cierto es que, mientras los negocios millonarios y la sociedad de consumo de cuerpos sigan operando a oscuras, toda la matriz sociopolítica y cultural asimétrica no se desarmará. Hasta ese momento, le estaremos debiendo a la familia de Florencia muchas respuestas, y a ella, su libertad.
Denunciá la trata. Podes llamar al 145 en todo el país, las 24 hs y los 365 días del año. O escribir al correo electrónico de la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación: oficinarescate@jus.gov.ar