Por Laura Salomé Canteros. En un emotivo descargo, Florencia Trinidad -Flor de La V- hizo uso de su espacio televisivo de cada mediodía para profundizar un tema no menor, la responsabilidad de comunicadores y comunicadoras en la tarea de construcción de mensajes para la igualdad.
“No creo que deba ser trato para ninguna persona que sus genitales se expongan ante millones de personas en horario central televisivo”; “somos ejemplo en el mundo por los derechos humanos, las leyes de matrimonio igualitario e identidad, pero realmente en este país la igualdad aun no existe”. El relato que la artista televisiva y teatral Florencia Trinidad -Flor de la V- realizó al final del programa que conduce por TELEFE tuvo carácter de alegato contra la impunidad de las y los colegas que tanto la maltrataron por sus decisiones de vida a lo largo de toda su carrera.
En emotivos ocho minutos, hizo referencia a un informe que se transmitió en el programa Bendita TV de Canal 9 en el que se materializaron comentarios discriminatorios hacia ella de parte de los periodistas de espectáculos Viviana Canosa y Marcelo Polino. “Gran parte de mi vida sentí vergüenza de mi, de ir a un banco y mostrar mi DNI, de que me escucharan la voz, sentí vergüenza de mi condición”; pero “voy a trabajar incansablemente” porque “no quiero que ningún hombre, mujer, adolecente o niño sientan lo que yo sentí” y finalizó, “como comunicadores tenemos un deber y si una persona en mi programa se refiere en forma discriminativa (hacia otra) yo diría momentito” y mirando a cámara, levantando su DNI con orgullo remató, “mi nombre es Florencia Trinidad (…) mujer y argentina”.
La solidaridad y el repudio a la discriminación
Ante los hechos, la Federación Argentina Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) redactó un comunicado en el que hizo pública la solidaridad hacia Florencia Trinidad -quién además es la primera mujer trans en el país en acceder al reconocimiento de su identidad- y la preocupación por los contenidos discriminatorios hacia el colectivo LGBT en los medios de comunicación. En el mismo declaran que “en las últimas semanas se han sucedido una serie de expresiones discriminatorias hacia las personas LGBT, en especial al colectivo trans, en los medios de comunicación masiva. Estas expresiones contravienen a la ley de Identidad de Género y la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, entre otras” y agrega “el conmovedor testimonio de Florencia Trinidad puso de relieve la trascendencia del tema”.
El presidente de la FALGBT, Esteban Paulón, expresó que si bien “los medios en general han abierto su discurso a la diversidad, aún quedan focos conservadores y lo que le pasó a Florencia es ejemplo de eso. Más allá de que te guste o no como artista y de la banalización que están realizando algunos medios del tema, lo grave de esta situación es la negación del reconocimiento de su propia identidad”.
Por su parte, para Alejandro Aymú, periodista del Centro Cultural de la Cooperación e integrante del Colectivo de Varones Antipatriarcales y de la Red PAR -Periodistas por una comunicación no sexista-, el caso de Florencia resuena porque “da cuenta de cuestiones muy sensibles de una sociedad en la que está en pleno debate la garantía de derechos humanos”. Opinó que si bien “se avanzó en determinados planos, entre ellos los que tienen que ver con el reconocimiento a la identidad, aún hay un recorrido muy amplio por hacer” y agrega “es notable como las reproducciones patriarcales en los medios de comunicación asoman cuando la ´norma´ es resquebrajada; así, una persona cuya identidad no responde a un modelo hegemónico y patriarcal se convierte en una disidencia política dentro de un sistema heteronormativo como el que la convierte en diva a Flor de la V”.
“Los discursos violentos se desesperan por estereotiparla; denominarla ´tipo´ o referenciar a sus genitales para descalificarla públicamente es el método no solo para no entender lo que Florencia dijo acerca de ´ser diferente, distinto/a, y poder amar´ sino una forma para no asumir el debate”, concluyó.
Informarse para informar
Desde la FALGBT se elaboró “Derecho a la identidad. Guía para comunicadoras y comunicadores”, un recurso que aporta a la tarea de comunicar la responsabilidad de “informarse para poder informar”. En la guía, se resalta que “la única manera respetuosa de aludir a las personas trans es respetando su identidad de género, lo mismo que para cualquier otra persona. Esto significa que una persona que se identifica con el género femenino debe ser aludida mediante el género gramatical femenino en sustantivos, adjetivos, artículos y pronombres del mismo modo que una persona que se identifica con el género masculino debe ser aludida mediante el género gramatical masculino”.
Cuestionar los estereotipos; evitar los abordajes que ponen en plano de igualdad posturas respetuosas de otras prejuiciosas; no obviar los aspectos sociales, culturales y políticos al relatar las historias personales a fin de evitar las presentaciones naturalizadas de las identidades de géneros y las orientaciones y prácticas sexuales no normativas; tratar como prácticas discriminatorias los gestos o comentarios burlescos y consultar con los colectivos involucrados cuando se informa sobre historias, experiencias o situaciones relacionadas con personas pertenecientes a esos colectivos, son buenas prácticas a adoptar desde la comunicación.
Paulón adelantó además que desde la Federación están trabajando en el proyecto de creación de un Observatorio de Medios. “El objetivo del Observatorio no será ponernos en rol de policías sino en observadores de las coberturas en radio, televisión y prensa gráfica de un tema que como activistas conocemos de cerca y al que podemos aportar” y amplió que “la idea es rescatar las buenas prácticas de tratamiento de la diversidad en los medios, reivindicar los espacios ya creados que promuevan una mirada no discriminatoria e inclusiva, pero también monitorear las situaciones que ameritan una denuncia por su tratamiento violento y discriminatorio”.
Poner los derechos que se supieron conseguir en el medio de la farándula, el amarillismo y la mediatización acrítica sin dudas provoca llanto como expresión de dolor ante la violencia de la discriminación. El repudio a los mensajes prejuicios e hirientes no deberían ser producto de una consulta de opinión sino un mensaje inequívoco de una sociedad que se pretende de iguales. Invisibilizar es una forma de no reconocer las luchas. Como sociedad entendimos la importancia de que las leyes acompañen los cambios socioculturales para devolver la dignidad a las personas; ahora, debemos entender y practicar la importancia de una comunicación como herramienta de ejercicio y garantía de más inclusión, más igualdad y más derechos.