El sábado pasado asumió la presidencia de Guatemala el general retirado Otto Pérez Molina. El nuevo presidente, sospechado de cometer crímenes de lesa humanidad, gobernará durante los próximos 4 años.
El ex general Pérez Molina ganó las elecciones el 6 de noviembre de 2011, en segunda vuelta, con una campaña que hizo eje principalmente en la lucha contra el crimen y la violencia que impera en el país. Esta impronta preelectoral se reflejó claramente en sus primeros días de mandato y las acciones no se hicieron esperar. Un día después de asumir convocó al Ejército de su país a sumarse a esta cruzada entregándole “una importante meta de colaboración, coordinación y cooperación con otras instituciones de seguridad” para poder “poner fin a una amenaza externa y que contribuyan a neutralizar a los grupos armados ilegales por medio de la fuerza militar”.
También se reunió con el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, para “definir una política conjunta para el combate contra el narcotráfico y el flagelo del crimen organizado que tanto golpea a los habitantes de Centroamérica”. Finalmente, el nuevo presidente renovó este lunes la cúpula policial en función de su plan para la conformación de cinco fuerzas de tarea: contra extorsiones, el robo de vehículos, los secuestros, para combatir el narcotráfico y para atacar a la delincuencia organizada.
Sin embargo, no todo es seguridad y represión en la agenda del nuevo mandatario. La realidad de un país con el 43% de los niños menores de cinco años crónicamente desnutridos y una mortalidad materna de 138 por cada 100.000 embarazos obliga a tener en cuenta otras cuestiones, al menos discursivamente. Así fue como Pérez Molina declaró el estado de “calamidad pública” en el sistema de salud. El nuevo ministro de salud Francisco Arredondo sostuvo por su parte que “se pretende reducir la desnutrición en un 10%” en estos 4 años.
La nueva administración guatemalteca también manifestó su intención de formar parte de la alianza petrolera Petrocaribe, la organización que nuclea a 16 países de América Central y el Caribe.
El Prontuario
Nacido el 1 de diciembre de 1950 en Ciudad de Guatemala, Otto Pérez Molina inició su carrera militar en 1966. Cuenta en su haber con centenares de denuncias por violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil que se llevó a cabo en Guatemala entre 1960 y 1996. Este conflicto dejó más de 200 mil muertos y 45 mil desaparecidos.
Pérez Molina fue, entre otras cosas, jefe del Estado Mayor Presidencial durante el gobierno de Ramiro de León Carpio (1993-1996) así como jefe de la temida Dirección de Inteligencia Militar. Ambas unidades castrenses, según organizaciones de derechos humanos, fueron las responsables de cientos de asesinatos y desapariciones de opositores durante los 36 años de la guerra interna que padeció el país.
En 1996, luego de ser una figura importante durante los acuerdos de paz con la guerrilla, se convirtió en Inspector General del Ejército y entre 1998 y 2000 estuvo en la Junta Interamericana de Defensa con sede en Washington.
Al retirarse de la institución castrense en 2000 organizó el derechista Partido Patriota, herramienta electoral con la que se presentó por primera vez como candidato presidencial en 2007. En aquella ocasión perdió contra el socialdemócrata Álvaro Colom. Finalmente, en 2011 esta oscura figura de la historia guatemalteca que promete gobernar con “mano dura” alcanzó la presidencia de uno de los países con mayores índices de violencia del mundo.