En el Día del Camionero y con un estadio colmado por 80 mil trabajadores Hugo Moyano, actual titular de la CGT, lanzó un duro discurso hacía el gobierno nacional. Renuncias al Partido Justicialista, reclamos por la participación en las ganancias, las obras sociales y las paritarias fueron algunos de los puntos centrales.
La lluvia de un día gris y el estadio de Huracán repleto de camioneros con banderas de todas las provincias del país fue el contexto en el que el titular de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, dio uno de los discursos más duros de los últimos tiempos. Con palabras ásperas hacia el gobierno, aunque sin nombrarlo nunca directamente, parece haber dejado atrás aquel acto por el Día de la Lealtad, junto a la presidenta, en la cancha de River.
En lo que el titular de la CGT dio por llamar un “día de reflexión” se dedicó a tocar diversos temas. Uno de los puntos que más repercusión tuvo en los medios fue la respuesta directa a la mención de Cristina Fernández sobre las protestas sindicales en su discurso de asunción. Ante este hecho, Moyano planteó que “Ahora resulta que cuando hay un reclamo, como hacen los trabajadores, es una medida de extorsión o chantaje. Los trabajadores no extorsionan a nadie, reclamamos legítimamente”. También reforzó un reclamo que viene impulsando hace tiempo la CGT: la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas. Hace tiempo que en el Congreso duerme un proyecto presentado por el diputado Héctor Recalde (abogado de la CGT) y que plantea legislar sobre esta cuestión. Esta iniciativa fue uno de los principales puntos de fricción con el gobierno nacional, cosa que dejó en claro al afirmar: “pareciera como siempre, que la crisis la tienen que pagar los trabajadores. Y esto no lo podemos permitir, que paguen la crisis aquellos que ganaron mucho dinero con este modelo económico que son los empresarios”.
Contundente, remarcó: “Nosotros hemos apoyado con toda nuestra fuerza este modelo económico. Pero eso no significa que no vamos a reclamar lo que corresponde”.
Otro de los puntos destacados del discurso del dirigente sindical, fue la decisión de renunciar a sus cargos en el Partido Justicialista (PJ) acusándolo de ser “una cáscara vacía sin contenido político”. Refiriéndose a la falta de poder de decisión dentro de las estructuras del partido sostuvo que “la política y los candidatos los deciden fuera del PJ (…) no se dan cuenta que la base de una sociedad son los trabajadores organizados y nosotros no vamos a renunciar a ese destino”.
Las obras sociales de los gremios también fue un punto fuerte del discurso y uno de los más controversiales. Allí, luego de celebrar la liberación de Zanola (titular de la Asociación Bancaria, detenido por la causa conocida como “mafia de los medicamentos”) el camionero denunció que desde que el Ministerio de Salud impulsó esa causa “no se distribuyó más lo que las obras sociales tienen que tener una vez que cubren los medicamentos de oncología y de HIV”. Acto seguido preguntó “¿Y saben cuanto dinero se quedó no se donde? (…) Hoy en día está entre 12 y 15 mil millones de pesos que se quedaron de las obras sociales”.
Sobre el final del discurso, Moyano sostuvo, quizás en el momento en que más explicitó sus diferencias actuales con el gobierno nacional, “que no se equivoquen cuando se habla del 54 por ciento que sacó la Presidenta, que recuerden que ese porcentaje no es de los chicos bien, es de los trabajadores”.
Con este discurso se cristaliza una tensión que venía horadando, hace alrededor de un año, el vínculo entre el titular de la CGT y el Poder Ejecutivo Nacional. Desde amenazas de paro y disputa por cargos en las listas electorales, pasando por el reclamo fuerte de la participación de los trabajadores en las ganancias, hasta el faltazo hace escasos días de Moyano a la asunción presidencial, el distanciamiento fue transformándose en una situación aún con definición incierta, pero que sin duda debe preocupar a muchos dentro del armado oficialista. La respuesta del dirigente camionero a las palabras de la presidenta del pasado 10 de diciembre no se hizo esperar y, a partir de este momento, no son pocos quienes se relamen pensando en las posibles salidas para este conflicto.