Boca se llevó una victoria de Mendoza, lleva 26 partidos invicto y se aseguró el primer puesto del Apertura a tres fechas del final. Con solo empatar ante Banfield, el domingo próximo en La Bombonera, volverá a ser campeón luego de tres años.
El recuerdo del triangular con el que se definió el Apertura 2008 está hoy más vigente que nunca. Aquel minitorneo ante San Lorenzo y Tigre le dio a Boca su último título en el fútbol argentino. Tuvieron que pasar tres años para que el xeneize quedará a solo un paso de dar otra vuelta olímpica. Con un emotivo y merecido 2-1 sobre Godoy Cruz, el equipo de Julio Falcioni se aseguró el primer puesto en el Apertura 2011 a tres fechas del final. Con solo empatar ante Banfield, el xeneize se consagrará campeón.
Boca no solo está la vuelta de un nuevo título sino que se aseguró la clasificación a la Copa Libertadores del año próximo y llegó a los 26 partidos invicto, la segunda mejor racha en la era profesional (igualó la de 1943/44). La más extensa fue de 40 encuentros sin perder de la mano de Carlos Bianchi en 1998/99.
Luego de un comienzo dubitativo, Boca logró la primera diferencia en una contra. Pochi Chávez arrancó por el medio de la cancha, trasladó la pelota casi 50 metros y se la dio a Diego Rivero que llegaba por la derecha. El ex volante de San Lorenzo estuvo muy rápido y en vez de parar la bocha, decidió mandar el centro para la entrada por el segundo palo de Cvitanich, que solo tuvo que empujarla para gritar el primero de Boca. De esta manera, el xeneize comenzaba a enderezar el partido a su conveniencia y era Godoy Cruz el que debía hacer el gasto si quería dar vuelta el resultado.
De a poco, el equipo local se fue acercando al arco de Orión. Primero con un centro de Villar que Insaurralde evitó que llegará a los pies de Rubén Ramírez y luego con un remate de Castillón que se fue por arriba del travesaño.
Pero fue solo un suspiro de aire fresco para el Tomba. El equipo de Falcioni, de la mano de Erviti, de gran tarea en defensa y ataque, volvió a inquietar el arco de Torrico. Primero Mouche se fue solo por la izquierda, mandó el centro atrás y Cvitanich definió, sin ángulo, de derecha afuera. Pocos minutos después, otra vez Mouche apareció como wing izquierdo y envió un centro que se cerró tanto que pegó en el travesaño y salió.
El partido parecía definido luego de un penal que se originó en un pase alto de Somoza a Cvitanich, que el ex Ajax aprovechó para encarar hacia el medio y Nicolás Sánchez le hizo una tonta falta en la puerta del área. Schiavi tomó la pelota, le pegó fuerte al palo derecho y en 37 minutos dejó a Boca 2-0, muy cerca del triunfo.
Ya en el segundo tiempo, Godoy Cruz intentó apretar a Boca para conseguir el descuento en el marcador que le diera una esperanza. La primera la tuvo el ingresado Gonzalo Cabrera con un remate suave que se fue muy cerca del palo derecho de Orión. Luego solo se vio esfuerzos desordenados del local por superar a la sólida defensa xeneize.
Mientras, Boca esperaba y se jugaba a una contra que sellará la suerte del encuentro. Así, llegó la más clara. Mouche tuvo el tercer gol con un gran tiro libre, pero una estirada providencial de Torrico se lo impidió.
Pero en ese andar desordenado de Godoy Cruz y bastante individualista le dio un resultado inesperado para el trámite del juego. Ariel Rojas recibió la pelota en la puerta del área y sacó un zurdazo que se clavó en el ángulo derecho del arco de Orión para dejar a un gol al local y ponerle emoción al final del partido. El arquero de Boca no pudo hacer nada para evitar el cuarto gol que recibió en los 16 partidos del Apertura, una marca que evidencia la solidez que ha tenido el puntero del torneo y que lo llevó a estar a un paso de la consagración.
En los cuatro minutos de adición que dio Juan Pablo Pompei se vivió lo más emocionante del partido y en la última jugada el local pudo empatarlo pero Leandro Caruso le erró al arco en un cabezazo en la puerta del área chica. En la contra, Cvitanich tuvo el tercero en un mano a mano con Torrico, pero el arquero le tapó todos los ángulos y evitó el grito del ex Banfield.
Así llegó el final, con un poco de angustia para Boca, pero con la seguridad de tener el primer puesto del torneo en sus manos y a un solo punto de lograr otro título para sus vitrinas, el número 24 de su historia.