El gobierno italiano anunció un duro recorte de 26.000 millones de euros en tres años. Ajuste sobre sanidad, educación, justicia y administración pública. Siguen gastos militares. Y hasta “cierran” 38 provincias.
Un machetazo. Así describen la mayoría de los diarios progresistas italianos la decisión del gobierno liderado por el técnico “SuperMario” Monti de enviar al parlamento un decreto que apunta a generar un “ahorro” de 26.000 millones de euros en tres años. El texto aplica una serie de recortes estructurales al sistema estatal, reduciendo los gastos públicos en función de respaldar la golpeada economía italiana. Entre las iniciativas planteadas en el decreto que el congreso evaluará en los próximos días llama la atención la reducción del número de provincias italianas. De las 107 administraciones provinciales, 38 serán eliminadas y sumadas a las de diez ciudades metropólitanas a partir de 2014. De esta manera, el estado busca ahorrar en el mantenimiento de la estructura pública, un recorte que incluye entre 250.000 y 300.000 empleados de las administraciones públicas, además del 10% de los funcionarios más encumbrados. El decreto plantea la posibilidad de despedir “unilateralmente” hasta el 40% del personal en 3 años y prevé un ahorro de 1.500 millones de euros.
Los recortes llegan también en la sanidad y en el sistema judicial. En el ámbito de la salud, Italia tendrá 18.000 camas menos y los hospitales con menos de 120 lugares para internación arriesgan con cerrar. Se prevé ahorrar de esta manera 5.000 millones de euros, a los que se suman otros 40 millones con el cierre de 220 destacamentos judiciales y 38 tribunales.
Los sindicatos y gobernadores -cuya coparticipación se verá reducida en hasta un 40%- están en pie de guerra. “La maniobra del gobierno es recesiva y se quitan imprescindibles servicios para la salud pública”, aseguró la secretaria de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), Susanna Camusso, previendo también el llamado a una huelga general contra el “decreto mata Italia”. Por su parte el gobierno técnico asegura que es necesario un ahorro de 4.500 millones de euros en lo que queda de 2012, 10.500 en 2013 y 11 mil millones en 2014, y para ello asegura que eliminará las “ineficiencias” del sistema público. “Los recortes se concentran en el gasto en bienes y servicios”, explicó el primer ministro. “Pero también se reducen los costos salariales y se da mejor uso a los edificios gubernamentales”. Uno de los principales puntos de conflicto gira en torno al mantenimiento de los gastos militares. Aunque se reducirá en un 10% de la nómina de las Fuerzas Armadas, Italia mantendrá intactos los contratos de compra para aumentar su parque aéreo y naval, además de los gastos en armamento y misiones en oriente medio. En 2015, el gobierno deberá desembolsar unos 20.000 millones de euros para la compra de 90 cazabombarderos F35 en favor de la empresa estadounidense Lockheed.
La decisión llega en un momento muy difícil para la economía europea. No obstante las buenas declaraciones de intentos logradas en las útimas cumbres, los datos concretos de recesión que llegan de España traccionan hacia abajo las economías más vulnerables. Italia llegó a tener un 36% de desocupación juvenil, y el Banco Central (BCI) informó que el PBI se contraerá un 2% más en este año. “2012 será un año negativo, pero si la situación no empeora, si las tasas de interés bajan, si la solución de la crisis es asumida a nivel europeo, podríamos estar viendo la luz al final del túnel de aquí a fin de año”, afirmó el Gobernador del BCI, Ignazio Visco. La deuda pública italiana está evaluada hoy en más del 145% de su PBI, un dato que preocupa mucho tanto en Roma como en Berlin y París, especialmente luego del regreso de los intereses de la deuda a los niveles previos al consejo económico europeo de junio, y algunos países como Finlandia y los Países Bajos ya anunciaron que dejarán de comprar deuda a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad como se había acordado.
Hoy la economía italiana depende de las decisiones que se tomen en Madrid -Rajoy debe aplicar un nuevo ajuste de 30.000 millones de euros para evital la bancarrota- y de la pulseada entre Alemania y Francia acerca de los mecanismos europeos de salvataje. Una discusión que pone en riesgo la continuidad misma de la moneda única, insostenible en un contexto donde la tercera -Italia- y cuarta -España- economías de la Eurozona viven una inestabilidad tan profunda.