Por Tomás Astelarra. Uruguayo, emblema de la murga rioplatense, fue director de Falta y Resto y arreglador de la Bersuit. Alejandro Balbis vive hace 12 años en Buenos Aires dando talleres. Hace dos editó su primer disco solista “El Gran Pez” con una banda conformada por sus alumnos.
El curriculum murguero de Alejandro Balbis es extensísimo. Arrancó con Firulete (la primera murga de niños del Uruguay), que luego se transformó en la Contrafarsa, fue director de Falta y Resto, y arreglador e invitado de lujo en los discos “Hijos del culo” y “La Argentinidad al Palo” de la Bersuit. Tocó también con La Vela Puerca, Las Pastillas del Abuelo, con Adriana Varela, Bajo Fondo, Jaime Roos y Jorge Drexler. También compuso y puso en escena el espectáculo «Camorra» en La Trastienda. Hace doce años cruzó el charco para instalarse en Buenos Aires, dar talleres de murga y empezar a diseñar lentamente su primer disco solista, “El Gran Pez”, donde participaron, entre otros, León Gieco y Piti Fernández. Un día cualquiera de otoño llega a mi casa acompañado de su manager, Maxi Garrizio, se sienta en una silla, pide unos mates, y como cualquier vecino de barrio, se dispone atento a la charla con Marcha.
¿Cómo fue que te decidiste a venir a vivir a Buenos Aires?
En el 96 empecé a hacer giras con Falta y Resto. Ellos se volvían y yo les decía: loco vayan tranquilos. Me quedaba a ver que pasaba. Después empecé a pegar talleres y formalicé el trabajo en Buenos Aires. Viví de eso hasta hace dos años, acá hay mucho campo, y cuando yo llegué no había nadie que lo hiciera. Igual seguí con Falta y Resto hasta el 2002. Iba todo el tiempo. Cuatro pasajes de Lapa por mes. Había mucho trabajo. Un día no volví más. Me vine. Allá vienen y se van al toque, no aguantan mucho. A mi me encanta la urbe con su locura, con toda esa selva se sensaciones. Me encanta el anonimato de la gran ciudad. También me gusta el campo, pero para las vacaciones y nada mas.
¿Y dejaste hasta el tablado?
Nunca me fui. No dije nada. Porque si te vas y volves sos un garca. Así que por la dudas no dije nada. Yo ya había decidido venir a vivirme a Buenos Aires. Y es mucho tiempo, son seis meses de trabajo para el carnaval. Y todo bien con la murga pero yo ya no quería eso, quería tocar en otros países, salir a buscar mercado, y la murga es un género muy regionalista, por lo que habla, y por el sonido, y muchas otras cosas. Todo lo que está pasando ahora lo tenia en la cabeza hace veinte años. Si hubiera sido coherente con lo que quería hubiera dejado la murga mucha antes. Yo quería venirme a Buenos Aires. En Uruguay te empezás a chocar con las mismas personas todo el tiempo, somos pocos. Acá son 40 millones de tipos, y estas a cuatro horas de tu país. Es un milagro ser uruguayo y tener este país al lado, encima nos consideran bien, educados, democráticos, amables. Que es algo cierto. Igual vas a Uruguay y hay de todo.
¿Y cómo vez la murga argentina, está decisión ahora del gobierno de reinstalar el feriado de carnaval, o el surgimiento de cantantes solistas como Ariel Prat?
Es como una cosa que esta redescubriendo su forma y desde hace un tiempo empieza a haber condiciones para que se genere una escena local. Pero antes de este gobierno mas bien había todo lo contrario. Los anteriores gobiernos querían hacer desaparecer esta cosa del populacho morochoide. Este país es un país manejado por dos instituciones muy fuertes que son los militares y la iglesia, cualquiera de las dos denosta cualquier expresión popular comunitaria. Y acá en la dictadura la murga sobrevivió gracias a uno pocos muchachos que en algún momento serán considerados héroes. Porque es grave, hay que seguir después de todo lo que paso acá. Ahora hay condiciones políticas propicias para que eso germine, genere cultura y dale padelante. Y la gente se va reuniendo, va cambiando, va aprendiendo cosas. Yo creo que mucha gente que salio a disfrutar el triunfo de Alfonsín en el 84 había apoyado a los militares. Se dieron cuenta. Y no los podías condenar. No, dejalo quieto, que evolucionó, está festejando. Sino somos siempre los mismos iluminaditos de siempre, las mismas elites culturales que pretendían hacer los cambios sin la gente. Y el mismo tipo que hacia la denuncia a la cana pa que deje de ensayar la murga quizás ahora sale con la murga porque su hijo esta ahí. Y ahora que volvieron los feriados de carnaval, yo veo que la gente lo ve con nostalgia. Espera a que esto prenda unos años más a ver a donde va. Recién ahora empieza a haber condiciones.
¿Y vos haces murga argentina o uruguaya?
Yo hago murga uruguaya. Yo respeto mucho la murga argentina pero no sabría que hacer. Que la murga argentina la hagan los que la saben hacer. Yo trabaje con ellos aportándole algunos coros, enseñándole a cantar, pero ellos tienen sus propios cánones estéticos, sus propios ritmos. Hay que recuperar la tradición. Acá se cantaba muy bien, los Amantes de la Boca salían al ruedo con una primera fila de bandoneones, después venían los bailarines, después los travestis, y ahí recién los tambores. Y los cantantes, que eran italianos, que sabían cantar muy bien. Después en algún momento se suprimieron los coros y después los cantores. Ahora por suerte se pusieron un poco más de moda, quizás que un poquito de responsabilidad tenemos los uruguayos. Pero como aporte, desde la total humildad a un género que nos es totalmente ajeno.
¿Y el disco solista?
Eso viene a terminar una etapa y empezar una nueva. Fueron doce largos años de laburo desde que algunos amigos me convencieron que había que compilar un montón de material suelto que estaba tirado. La mayoría de las canciones en el 2005 ya estaban hechas, pero yo decidí esperar a que estuvieran todas las condiciones para grabar el disco como yo quería. Grabé con dos sellos, uno en Uruguay y uno en Argentina, porque con lo que me daban grababa medio disco. Entonces junté dos medios discos y grabé uno. Con Montevideo Discos, que es el sello de Uruguay, ya tenía el ofrecimiento desde el 2002, pero no daba. Vos podes tener canciones buenísimas, pero si no tenés guita para que funcionen bien, te quedas encerrado en el barrio. Yo quería que sonara bien, sino prefería no hacerlo. Y lo mismo con la banda, o te siguen o tenés guita. Así que tuve que recurrir a los recursos que tenía, que eran los alumnos. Y empezamos a hacer fechas en el bar Tuñón, yo con la guitarra y ocho o diez cantores más. Pero no había banda. Algunos se acercaron y otros surgieron de los mismos alumnos, con los años surgió la banda que tenemos hoy, que fue la que grabó, y nos ahorramos el dinero de sesionistas para tener mejor audio.
¿En la banda son todos argentinos?
Yo soy el único uruguayo
¿Y te gustó como quedó?
Maravilloso. Y la banda suena de puta madre, mucho más que el disco, que está buenísimo.
Acá han pegado tanto los grupos de rock como la Vela Puerca y No te va a gustar, como las murgas, Agarrate Catalina o Falta y Resto. Habiendo participado en todos ellos. ¿Tenés algo así como el éxito garantizado?
Y también está Jaime. Porque atrás de Jaime venimos todos. Yo le tengo mucho respeto a lo que hace él, y todos los que nombraste. Pero lo mío es lindo, porque lo hago yo y porque la visión es gigantesca. Porque el día que comprendan lo que hago voy a tener el público de la murga y de del rock también. El tema es como hacer para que 40 millones de tipos se enteren de lo que hago o ponéle 12 o 14 que viven en la capital. ¿Cómo haces para que se enteren? O tenés la guita de De Narvaez o te lleva la mitad de la vida. Yo no tengo plata, y la mitad de la vida ya me la tomé.
¿Cómo fue que te decidiste a venir a vivir a Buenos Aires?
En el 96 empecé a hacer giras con Falta Resto. Ellos se volvían y yo les decía: loco vallan tranquilos. Me quedaba a ver que pasaba. Después empecé a pegar talleres y formalicé el trabajo en Buenos Aires. Viví de eso hasta hace dos años, acá hay mucho campo, y cuando yo llegué no había nadie que lo hiciera. Igual seguí con Falta y Resto hasta el 2002. Iba todo el tiempo. Cuatro pasajes de Lapa por mes. Había mucho trabajo. Un día no volví más. Me vine. Allá vienen y se van al toque, no aguantan mucho. A mi me encanta la urbe con su locura, con toda esa selva se sensaciones. Me encanta el anonimato de la gran ciudad. También me gusta el campo, pero para las vacaciones y nada mas.
¿Y dejaste hasta el tablado?
Nunca me fui. No dije nada. Porque si te vas y volves sos un garca. Así que por la dudas no dije nada. Yo ya había decidido venir a vivirme a Buenos Aires. Y es mucho tiempo, son seis meses de trabajo para el carnaval. Y todo bien con la murga pero yo ya no quería eso, quería tocar en otros países, salir a buscar mercado, y la murga es un género muy regionalista, por lo que habla, y por el sonido, y muchas otras cosas. Todo lo que está pasando ahora lo tenia en la cabeza hace veinte años. Si hubiera sido coherente con lo que quería hubiera dejado la murga mucha antes. Yo quería venirme a Buenos Aires. En Uruguay te empezás a chocar con las mismas personas todo el tiempo, somos pocos. Acá son 40 millones de tipos, y estas a cuatro horas de tu país. Es un milagro ser uruguayo y tener este país al lado, encima nos consideran bien, educados, democráticos, amables. Que es algo cierto. Igual vas a Uruguay y hay de todo.
¿Y cómo vez la murga argentina, está decisión ahora del gobierno de reinstalar el feriado de carnaval, o el surgimiento de cantantes solistas como Ariel Prat?
Es como una cosa que esta redescubriendo su forma y desde hace un tiempo empieza a haber condiciones para que se genere una escena local. Pero antes de este gobierno mas bien había todo lo contrario. Los anteriores gobiernos querían hacer desaparecer esta cosa del populacho morochoide. Este país es un país manejado por dos instituciones muy fuertes que son los militares y la iglesia, cualquiera de las dos denosta cualquier expresión popular comunitaria. Y acá en la dictadura la murga sobrevivió gracias a uno pocos muchachos que en algún momento serán considerados héroes. Porque es grave, hay que seguir después de todo lo que paso acá. Ahora hay condiciones políticas propicias para que eso germine, genere cultura y dale padelante. Y la gente se va reuniendo, va cambiando, va aprendiendo cosas. Yo creo que mucha gente que salio a disfrutar el triunfo de Alfonsín en el 84 había apoyado a los militares. Se dieron cuenta. Y no los podías condenar. No, dejalo quieto, que evolucionó, está festejando. Sino somos siempre los mismos iluminaditos de siempre, las mismas elites culturales que pretendían hacer los cambios sin la gente. Y el mismo tipo que hacia la denuncia a la cana pa que deje de ensayar la murga quizás ahora sale con la murga porque su hijo esta ahí. Y ahora que volvieron los feriados de carnaval, yo veo que la gente lo ve con nostalgia. Espera a que esto prenda unos años más a ver a donde va. Recién ahora empieza a haber condiciones.
¿Y vos haces murga argentina o uruguaya?
Yo hago murga uruguaya. Yo respeto mucho la murga argentina pero no sabría que hacer. Que la murga argentina la hagan los que la saben hacer. Yo trabaje con ellos aportándole algunos coros, enseñándole a cantar, pero ellos tienen sus propios cánones estéticos, sus propios ritmos. Hay que recuperar la tradición. Acá se cantaba muy bien, los Amantes de la Boca salían al ruedo con una primera fila de bandoneones, después venían los bailarines, después los travestis, y ahí recién los tambores. Y los cantantes, que eran italianos, que sabían cantar muy bien. Después en algún momento se suprimieron los coros y después los cantores. Ahora por suerte se pusieron un poco más de moda, quizás que un poquito de responsabilidad tenemos los uruguayos. Pero como aporte, desde la total humildad a un género que nos es totalmente ajeno.
¿Y el disco solista?
Eso viene a terminar una etapa y empezar una nueva. Fueron doce largo años de laburo desde que algunas amigos me convencieron que había que compilar un montón de material suelto que estaba tirado. La mayoría de las canciones en el 2005 ya estaban hechas, pero yo decidí esperar a que estuvieran todas las condiciones para grabar el disco como yo quería. Grabé con dos sellos, uno en Uruguay y uno en Argentina, porque con lo que me daban grababa medio disco. Entonces junté dos medios discos y grabé uno. Con Montevideo Discos, que es el sello de Uruguay, ya tenía el ofrecimiento desde el 2002, pero no daba. Vos podes tener canciones buenísimas, pero si no tenés guita para que funcionen bien, te quedas encerrado en el barrio. Yo quería que sonara bien, sino prefería no hacerlo. Y lo mismo con la banda, o te siguen o tenés guita. Así que tuve que recurrir a los recursos que tenía, que eran los alumnos. Y empezamos a hacer fechas en el bar Tuñón, yo con la guitarra y ocho o diez cantores más. Pero no había banda. Algunos se acercaron y otros surgieron de los mismos alumnos, con los años surgió la banda que tenemos hoy, que fue la que grabó, y nos ahorramos el dinero de sesionistas para tener mejor audio.
¿La banda son todos argentinos?
Yo soy el único uruguayo
¿Y te gustó como quedó?
Maravilloso. Y la banda suena de puta madre, mucho más que el disco, que está buenísimo.
Acá han pegado tanto los grupos de rock como la Vela Puerca o No te va a gustar, como las murgas, Agarrate Catalina o Falta y Resto. Habiendo participado en todos ellos. ¿Tenés algo así como el éxito garantizado?
Y también está Jaime. Porque atrás de Jaime venimos todos. Yo le tengo mucho respeto a lo que hace él, y todos los que nombraste. Pero lo mío es lindo, porque lo hago yo y porque la visión es gigantesca. Porque el día que comprendan lo que hago voy a tener el público de la murga y de del rock también. El tema es como hacer para que 40 millones de tipos se enteren de lo que hago O ponéle 12 o 14 que viven en la capital. ¿Cómo haces para que se enteren? O tenés la guita de De Narvaez o te lleva la mitad de la vida. Yo no tengo plata, y la mitad de la vida ya me la tomé.