Durante el día de ayer se presentó el informe sobre Paraguay del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) al Consejo Permanente de dicha institución. Como era previsible, la OEA no hará prácticamente nada ante el Golpe de Estado.
El secretario general de la OEA José Miguel Insulza descartó la adopción por parte de la OEA de la propuesta de algunos países miembros para “suspender” a Paraguay de la institución interamericana al asegurar que la misma “no contribuiría a alcanzar nuestros objetivos y conllevaría altas implicaciones económicas para el país”.
Después de solo dos horas y media de debate, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) cerró su tercera sesión extraordinaria sobre Paraguay con la única decisión de reunirse de nuevo, probablemente “a finales de esta semana o comienzos de la siguiente”, según dijo Insulza a los periodistas.
Como alternativa, el titular de la OEA propuso “el despliegue inmediato de una misión que acompañe el proceso conducente a los comicios de abril de 2013, facilite el diálogo político e informe periódicamente al Consejo Permanente”.
Además explicó que “esta misión tendría por objeto observar desde ahora el respeto de las garantías necesarias para que todos puedan competir en igualdad de condiciones, que no haya represalias contra el presidente Lugo y sus seguidores y que se impulsen los ajustes de algunas normas sobre la eventual realización de juicios políticos”.
De esta forma, lo único que tiene en sus manos la OEA a tres semanas del golpe de Estado en Paraguay es un informe y una “recomendación” de su secretario general de impulsar una misión observadora.
¿Y que dice el informe de Insulza?
El informe presentado por el Secretario General de la OEA puede leerse en la página web del organismo (http://www.oas.org/es/default.asp). En el mismo se puede observar, tras un manto de supuesta “objetividad”, una defensa del orden impuesto en Paraguay luego del golpe de Estado a Fernando Lugo.
Ante los acontecimientos de Curuguaty, dónde murieron 17 personas, el informe dice que “el hecho fue calificado como una emboscada y atribuido al Ejército del Pueblo Paraguayo”. Esta es un primer “error” ya que varios informes e incluso la investigación oficial que se está llevando a cabo en Paraguay desestiman la posibilidad de que el EPP haya participado de dicha acción. Más bien, esta afirmación replica el fantasma que agitaron los medios de comunicación hegemónicos del país sudamericano luego del desalojo que derivó en esas muertes.
El informe prosigue: “El Congreso aprobó la destitución del Presidente Lugo con una mayoría abrumadora de 76 de 80 votos a favor del juicio en la Cámara de Diputados y 39 de45 afavor de la destitución en la Cámara de Senadores”. Con este punto, mencionado así, aislado de toda otra caracterización, parece que efectivamente hay mucha legitimidad en la destitución por la “abrumadora mayoría” parlamentaria. Ignorando de esta forma los conflictos políticos y sociales subyacentes y haciendo un una mera descripción de los hechos. Aunque a continuación se aclara que “el juicio político fue realizado conforme al procedimiento constitucional en sentido estricto. Sin embargo, hay distintas opiniones sobre si los plazos otorgados permitieron el ejercicio de la legítima defensa del imputado”. Primer momento donde el informe pone en duda la legitimidad del juicio político aunque lo hace bajo el manto de que “hay distintas opiniones” sobre el tema sin definirse por ninguna.
El informe es largo y podrían citarse varios apartados más, pero cabe destacar como se describe la situación actual del país: “La situación de seguridad que se percibe públicamente, en las calles, es normal, como parece haberlo sido también durante el desarrollo de la crisis. Hasta ahora no existen evidencias de violencia, ni tampoco de acciones emprendidas en contra de personeros del Gobierno del Presidente Lugo, sus partidarios ó integrantes de medios de comunicación. El Gobierno, el Congreso y la economía paraguaya funcionan con normalidad, más allá de los hechos políticos suscitados en las últimas semanas”. Curioso ya que en estos últimos días fueron varias las organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos de Paraguay y el continente que están denunciando persecución ideológica tanto a partidarios de Lugo como a funcionarios estatales que no están de acuerdo con el golpe. El informe, y por lo tanto la OEA, parece no dar cuenta de esto.
El resto del informe de Insulza contempla una serie de conclusiones y propuestas para resolver la crisis que son las mismas que manifestó públicamente.
Las críticas
Roy Chaderton Matos, el embajador venezolano ante la OEA, sostuvo que no hubo “novedades” ya que todo lo presentado en el informe “ya lo sabíamos por la prensa paraguaya e internacional”. A su vez el diplomático venezolano consideró como “siempre tibia” y “a veces fría” la respuesta de la organización americana ante la destitución del presidente constitucional Fernando Lugo.
Chaderton llamó también la atención sobre la ausencia de los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en la misión especial del organismo interamericano que viajó a la capital paraguaya, Asunción, y dijo: “Pareciera que la OEA no se inclina a incluir a gobiernos de izquierda en comisiones para investigar”.
Por su parte el embajador de Argentina ante la OEA, Martín Gómez Bustillo, afirmó que su país ratifica el espíritu y contenido de las decisiones adoptadas en el marco de la reunión del Mercado Común del Sur (Mercosur) y en la reunión extraordinaria de jefes y jefas de Estado de la Unasur, celebradas recientemente. “Esta posición se sostendrá hasta cuando el tema sea debatido o considerado en una futura reunión de este consejo”, agregó Gómez Bustillo.
Con la decisión de no suspender a Paraguay de la OEA Insulza rechazó tácitamente la petición de 20 estados integrantes de ese organismo regional que califican de golpe de Estado parlamentario el juicio político contra Lugo y no reconocen a la nueva administración liderada por Federico Franco. Para la OEA, en Paraguay no ha pasado nada.