El ejército israelí desalojó en la madrugada del domingo a militantes palestinos que estaban acampando en el territorio conocido como E-1. El campamento se había iniciado dos días antes con el objetivo de frenar el expansionismo israelí en áreas de Cisjordania.
El viernes, día religioso para los musulmanes, es un día de lucha en Palestina. Miles de ellos, sobre todo los que viven cercados por el muro del apartheid, salen en el comienzo de la tarde para protestar adelante del muro en diversos puntos del territorio de la Cisjordania.
El viernes pasado, 11 de abril, una nueva forma de resistencia pacífica fue adoptada por activistas palestinos vinculados a los Comité de Resistencia Popular. Alrededor de 250 militantes armaron un campamento con 25 carpas y un puesto de atención médica en una región altamente estratégica dentro de Cisjordania.
Se trata de la región llamada por Israel de E-1, pero conocida de los palestinos por el nombre de al-Tur. El campamento fue bautizado por los activistas de Bab el-Shams [Puerta del Sol], en homenaje a una novela del escritor libanés Elias Khoury que cuenta la vida de un palestino por medio de una historia de amor. El escritor llamó a los activistas y les brindó su apoyo.
“Nosotros estamos construyendo esta aldea porque no podemos más callarnos adelante de la construcción de colonias y del robo de nuestras tierras. Además, creemos que por medio de acciones concretas y oposición popular, iremos conquistar nuestros objetivos”, dice el comunicado del Comité.
La policía israelí cercó el campamento el mismo viernes a la tarde para controlar la entrada y salida de personas. El desalojo ocurrió en la madrugada de domingo, alrededor de las 3 am. Según el Comité, al menos seis activistas fueron golpeados por los soldados israelís. Éstos negaron las acusaciones. En la página de Bab el-Shams en la red social Facebook, fueron divulgadas fotos de los militantes heridos. Las carpas siguen en el local.
La justicia israelí había pedido un plazo de seis días para decidir qué hacer con el campamento. El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, sin embargo, ordenó el desalojo. Una fuente del ejército afirmó a periodistas que la justicia permitió la acción sábado a la noche, pocas horas antes del ejército entrar en local.
Netanyahu manifestó en noviembre el deseo de construir al menos 3 mil nuevas casas en el área de E-1, una región de 12 km² estratégica porque funciona como un pasillo que conecta Jerusalén a la colonia israelí de Ma’aleh Adumim, en Cisjordania, cortando ésta por la mitad. Las consecuencias son la inviabilidad de la creación del Estado palestino dentro de las fronteras de 1948, el aumento del control que hoy tienen sobre circulación de los palestinos en esa región y, además, el aislamiento de Jerusalén Este del resto del territorio palestino.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) felicitó a los militantes por medio de un de sus principales negociadores, Saeb Erekat, quien afirmó que Bab el Shams representa un intento de salvar a la llamada “solución de dos estados”.
La parlamentaria palestina Hanan Ashrawi también felicitó a los activistas por su “herramienta no violenta y altamente creativa y legítima” para proteger las tierras palestinas. “Lo que está pasando en Bab al-Shams es un recuerdo del régimen de apartheid que Israel nos impone para pode tener uso exclusivo de la tierra para sus colonias en suelo palestino”, añadió la parlamentar.
Por su parte, Netanyahu reafirmó a una radio israelí que mantiene vivo su objetivo de construir colonias en E-1, a pesar de las críticas de la comunidad internacional. En diciembre, el premier israelí ya había manifestado su desprecio por opiniones ajenas. “No me interesa que dice las Naciones Unidas sobre las colonias”, dijo al canal 2 de Israel. “Vivimos en un Estado judío y Jerusalén es la capital de Israel. El Muro de los Lamentos no es un territorio ocupado. Construimos en Jerusalén porque es un derecho nuestro. Lo que dice la ONU no me interesa”, manifestó.