Por Diego Villarino. Independiente sucumbió ante Sarmiento en Junín y agudizó su crisis. Después de ocho fechas, se complica el ascenso a primera división.
El Rojo atraviesa el peor momento desde que milita en la Primera B Nacional. Atrás quedó aquella solidez de la parte final del 2013. El empate ante Boca Unidos (1-1) marcó el comienzo de la racha negativa. El rendimiento había evidenciado grietas en el complemento ante Brown de Adrogué. Las derrotas ante Atlético Tucuman (1-3), Independiente Rivadavia (1-2) y Huracán (0-1) calaron hondo en las expectativas. La esperanza de pelear por el campeonato se esfuma progresivamente. Defensa y Justicia y Banfield se alejan cada vez más. Si bien quedan 36 unidades, la pelea por el tercer cupo es un hecho.
El conjunto de Marcelo Fuentes ganó con autoridad por 2 a 0 (goles de Ramiro López e Ignacio Cacheiro). Pero la realidad es que el verde pudo haber obtenido un marcador histórico. La impericia en los metros finales no se lo permitió. Los juninenses le dieron vida a un rival que no estuvo acorde a las circunstancias. El fútbol es tan impredecible, que el ex Chacarita y Fredes, en dos opciones aisladas, tuvieron la chance de lograr la injusta paridad. Nada de eso sucedió. El Diablo volvió a presentar fragilidades en el retroceso. Con la expulsión de Cristian Tula, el local prolongó su dominio. La constante presión del rival fue un atenuante. El zaguero central cometió una infracción poco habitual en un jugador de experiencia. Para colmo de males, el ingresado Federico Insúa, regaló una pelota increíble en la antesala del segundo tanto. No son buenas horas en Avellaneda.
El plantel tiene material para salir del abismo. No obstante, el escaso funcionamiento colectivo afecta al individual. No existe una transición certera entre ataque y defensa. Es un equipo desequilibrado que otorga enormes ventajas. La incorporación del Pocho trajo un problema en el armado del once inicial. Se transformó en una obligación apostar a un plan ofensivo que solo dio sus frutos en los primeros veinte minutos contra el Tricolor. El camino está embarrado por el factor anímico. Daniel Montenegro y Matías Pisano no son los mismos que jugaron en la primera rueda. El Rolfi, que solo recuperó su nivel en el 3-3 vs el Taladro, erró un penal clave contra el elenco de Parque Patricios. Los caudillos están imprecisos y los juveniles no pueden amoldarse.
Asimismo, De Felippe, no le encuentra solución a la actualidad crítica. El comandante reflotó el barco, con seriedad y trabajo. Las primeras jornadas en la categoría fueron penosas. Omar empezó a obtener resultados y ubicó al grande en una zona privilegiada tras el 1 a 0 sobre Patronato. Los triunfos ante Ferro (3-0), Instituto (2-0) y Douglas Haig (2-0) reflejaron la levantada. El brillante andar estaba basado en diversos aspectos. Por un lado, la sobriedad de su arquero Diego Rodríguez y una valla casi imbatible. Por otro lado, surgió el cinco indicado luego de experimentos fallidos con Reinaldo Alderete y Franco Razzotti. El ex Vélez, relegado, debió abandonar la institución. En cambio, Marcelo Vidal se apropió del mediocampo con firmeza y personalidad. Mientras que Pisano le cambió la cara al ataque. La frescura de Juguete se complementó muy bien con la capacidad goleadora del capitán y Parra. Todo hacía suponer que el destino estaba en Primera División. Pero el horizonte se tornó negro en el verano. La derrota por tres goles ante Racing frenó el envión. La lesión en la rodilla del juvenil volante central alteró los planes. El futbolista no pudo hacer la pretemporada a la par de sus compañeros.
La gestión de Javier Cantero también está en discusión. En la sede aparecieron pintadas amenazantes. Los rumores de renuncia trascendieron durante el martes. Sin embargo, el mismo presidente desmintió la versión. El máximo responsable no pudo torcer el rumbo en la pelea contra los violentos. Basta con recordar el famoso episodio en la Asamblea de Representantes de Socios. Hinchas y Barras ingresaron para lanzarles sillas a integrantes de la comisión directiva. El presente económico tampoco es el ideal con una deuda superior a los 600 millones de pesos. El caos institucional se magnificó cuando se dio a conocer que el delantero, Luciano Leguizamón, embargó las copas internacionales por incumplimiento en el pago.
El club acumula ocho fechas sin ganar. Resulta aliviante que a esta altura siga en puestos de ascenso. Comparte la tercera posición con la Gloria de Córdoba (45). Los competidores se dedicaron a restar y no a sumar. Todavía quedan 12 fechas para alcanzar el objetivo. El entrenador, desorientado, no dialogó con la prensa una vez finalizado el último encuentro. Las tres patas (dirigentes, cuerpo técnico y futbolistas) tambalean en la cornisa. Hacen falta respuestas dentro y fuera de la cancha.