Los trabajadores costureros de la empresa Mariel Monica Bolo se encuentran hace 14 días acampando en la puerta de la fábrica del barrio de Boedo, desde que su dueña, del mismo nombre que la firma, vació la empresa dejando a 90 trabajadores (y sus familias) en la calle.
Los trabajadores se encontraban trabajando en condiciones de semi esclavitud, cobrando aproximadamente 3000 pesos mensuales por mas de 12hs diarias, afirman que la empresa les adeuda los salarios últimos meses (en promedio tres meses adeudados).
En diálogo con www.marcha.org , comentaron que es práctica común de la propietaria, recambiar a los trabajadores a medida que van organizándose para reclamar por los derechos básicos. Frente a los reclamos de los costureros, la propietaria entregó vales por 200 pesos.
Luego de 9 despidos y con la empresa vaciada, los trabajadores apuntaron los reclamos a las empresas para las que trabajaba la textil Mariel Monica Bolo. Se trata de firmas de primera marca como Montagne, Cheeky, Prestige, Wilson y Stone, que tienen la obligación de fiscalizar los modos de contratación y las condiciones laborales de los trabajadores de sus empresas subsidiarias, algo que no viene sucediendo. Ante el vaciamiento de la textil, estas empresas no dan respuestas frente a la situación crítica de trabajadores que por muy poco prendas de indumentaria que luego son vendidas a altísimos precios en los centros comerciales.
Luego de varias audiencias en el Ministerio de Trabajo con promesas no cumplidas, los trabajadores intentaron entrar a la fábrica, pero fueron reprimidos por la Policía Federal y la Gendarmería. En diálogo con Jihovana, una de las trabajadoras referentes del conflicto, nos comentó: “Nosotros nos sentimos estafados. Lo que estamos reclamando nosotros son los salarios adeudados, mes y medio. Hay gente que va debiendo hace 6 meses. Cuando vienen a cobrar se les da 200$ o 100$; se les daba, porque ahora ya la señora cerró las puertas de la fábrica prohibiendonos el ingreso al trabajo. Nos enteramos que hubo un vaciamiento, no hay ninguna máquina adentro. Ahora estamos afuera de la instalación, resguardando nuestro trabajo, y esperando que nos paguen. Los que tienen que hacerse cargo de todo esto son las marcas Montagne y Cheeky, porque laburamos para ellas. Se nos exigía trabajar 12 horas al día, siempre hubo esa presión del encargado y la dueña, y nosotros trabajamos.”
Ayer Domingo 22, con el apoyo de organizaciones sociales y políticas y muy buena recepción de los vecinos del barrio, los trabajadores realizaron un escrache a los locales de las firmas Cheeky y Montagne, ubicados en Alto Palermo.
Los costureros, que reclaman el pago de los salarios adeudados y las indemnizaciones correspondientes conforme a la ley, se ven obligado/as a pasar la fiestas de navidad y año nuevo en la puerta de la fábrica. Solicitan la colaboración con donaciones y fondo de huelga para soportar las duras condiciones del acampe.