Por Andrea Sosa Alfonzo. Marcha dialogó* con Alberto Santillán y Vanina Kosteki. Condena y justicia social, juventud y política, la continuidad de la lucha y la reivindicación de las figuras de Darío y Maxi a través del tiempo.
Con el contexto de tensión social que había el 26, ¿creen que Darío y Maxi eran conscientes del alcance que tenía esa participación y ese compromiso con la lucha y el corte de ese día?
Alberto Santillán (AS): Con Dari pasamos el último fin de semana juntos. Por sus actividades nos veíamos una vez a la semana, sábado y domingo olvidate porque siempre estaba de reuniones. Por eso siempre digo que nos regaló ese fin de semana. Compartimos sábado y domingo juntos con un asado, nos tomamos unas cervezas y nos cagamos de la risa, pero también se habló del tema del corte. La línea que bajaba el gobierno en ese entonces era una línea dura, muy fogoneado. Siempre me acuerdo las palabras de Atanasoff (Alfredo, Ex Jefe de Gabinete): Cruzar el puente es una declaración de guerra. Y si bien en la charla con Dari pensamos que iba a haber represión, que iba a haber presos, que iba a haber garroteada, no pensamos que iban a tomar al pie de la letra lo que decían. Una guerra es una cosa, y matar inocentes como lo hicieron es otra.
A Dari nunca le decía que no vaya, pero sí me acuerdo que la hermana le dijo No vayas. Y él siempre le decía: Gorda quedate tranquila, cuando baje mirá por la ventana que mientras vos estés mirando por ahí yo voy a volver y no me va a pasar nada. Y es algo que hoy por hoy mi hija se cuelga en la ventana esperando a que el hermano llegue. No pensamos que iba a ser de esa manera, nunca.
Vanina vos decías que sabías que Maxi tenía decidido ir ese día…
Vanina Kosteki (VK): Saber sabía por pura intuición que nos unía con Maxi. La última vez que lo vi después de tener una larga conversación con él de que se iba a ir a vivir a La Plata, que íbamos a llevar adelante nuestro gran sueño, que iba a empezar la facultad, fue el 31 de mayo en la casa de mi hermana mayor. Ese día era el cumpleaños de mi mamá. Pero no fuimos a la casa de mi mamá, fuimos a la casa de mi hermana porque todos sabíamos que mi mamá iba a estar ahí. Ese día él me dijo que quería cambiar, entonces yo a modo de joda le dije, habiendo tantos días para cambiar, cambia otro día. Pero estaba convencido de ir a ese corte y ya con 21 años, a pocos días de cumplir los 22 uno ya no lo podía convencer como cuando era chiquito. Ese día Maximiliano jugó con sus sobrinos, como si fuera la última vez que los iba a ver y así fue.
Ese 26 yo estaba convencida de que no había que ir, y no fui. Miro el noticiero al mediodía, veo la primera represión, y cuando anuncian a las dos de la tarde los dos primeros muertos le digo a mi ex marido: Pobres las familias de esos dos pibes.
¿Cómo se enfrenta el dolor?
AS: Yo sigo sosteniendo que a diez años de que no está Dari, sigo aprendiendo cosas de Darío. Y el dolor está pero lo tenés que superar porque tenés que honrar a personas como Darío, a personas como Maxi, a personas como Fuentealba, como Ferreyra. El dolor hace que uno se ponga más fuerte aunque la ausencia sigue estando. Y eso de que el tiempo cura las heridas, es una gran mentira. El dolor lo aguantamos, lo soportamos porque tenemos el orgullo. Yo tengo el orgullo de ser el papa de Darío, y ella el de ser la hermana de Maxi. Si yo me hubiese encerrado en una pieza a llorarlo, Darío se levantaría de la tumba y me metería un voleo en el orto, “¿Gordo que estás haciendo?”(risas).
Claro que el hecho de refugiarse en los que uno ama, en los seres queridos, los compañeros, el Frente, los militantes, es importante.
VK: Además te das cuenta que hasta en los peores momentos siempre hay alguien que te hace darte cuenta que el encerrarte y llorar no sirve. En el 2007 en la despedida de un amigo que se iba un mes, me agarró una crisis, un ataque de fobia. Los buenos compañeros militantes, mi pareja, una amiga del laburo me acompañaron en los seis meses siguientes. Desde que murió Maximiliano hasta ese momento, yo me levantaba y andaba, y andaba. Mi psiquiatra me dijo que bajara los decibeles y que lo llorara a Maximiliano de una vez por todas. Yo le dije que si no hay justicia yo no puedo parar. Mi recuerdo de él es como la imagen que tiene la hermana de Darío de esperarlo por la ventana, yo todavía estoy esperando que vaya a la facultad. Y quién te dice que algún día digamos es momento de sentarnos, hacer el duelo y llorar.
A diez años del 26, a diez cortes del Puente, con la condena de Fanchiotti y Acosta, con la recuperación de la estación “Darío y Maxi”, y el reclamo pendiente de la condena a los responsables políticos, ¿cuáles son hoy las perspectivas de las organizaciones sociales que se inspiraron en la tradición del movimiento piquetero?
VK: La lucha en la calle con las organizaciones sigue estando, nosotros lo vemos reflejado en los barrios y las necesidades. La asignación familiar no es trabajo, el Argentina Trabaja tampoco es trabajo, desde que lo implementaron nunca hubo un aumento, los compañeros no tienen jubilación, no tienen obra social. La continuidad de que en 9 años tuvimos alrededor de catorce compañeros que fueron asesinados en distintos cortes, los procesados que tenemos, los Archivos “X”, la criminalización de la protesta social. Hay un montón de cosas que no han mejorado. La desocupación sigue estando, la miseria, la desnutrición, la mala educación sigue estando, todas esas cosas que fueron el reclamo de hace diez años atrás hoy siguen estando vigentes. Y este 26 va a pasar eso, cortarles un lunes y un martes, lo que va a pasar es que nos van a decir “manga de vagos vayan a laburar.”
AS: Pero también creo que hay una diferencia, hay una parte importante de la sociedad que no lo toma así sino que adhiere. Y al mismo tiempo hay gente que nos dice “bien muertos están” pero también hay una parte de la sociedad que se acuerda de lo que pasó y acompaña este reclamo.
Decís que ahora hay un acompañamiento de la sociedad en general. ¿Y los medios? A diez años del titular: “La crisis causó dos nuevas muertes”, ¿cuál fue el rol de los medios en aquel entonces y cuál es en la actualidad?
AS: Si hablamos de los medios, el gobierno cooptó a casi todos. Por otra parte, considero que son más fidedignos los medios alternativos, porque muestran la realidad y la verdad, es decir, son los medios que sabemos que no responden a nadie y que dicen las cosas como son. Hace diez años que quieren tapar esto, hace diez años que quieren que no salga en ningún lado y hace diez años que quieren que nos dejemos de hinchar las pelotas, pero ha sido tan masivo que no lo van a poder ocultar porque tampoco pueden ocultar la lucha del día a día.
Porque estos no son diez años, o nueve, u ocho; los que sufrimos esto, los que vivimos esto, los que extrañamos a los seres que amamos y nos han matado, esto es algo de todos los días.
Los medios en su rol de vender, van a sacar la noticia no sé si porque les interese sino porque vende y en ese sentido no lo van a poder ocultar. Evidentemente entonces cada uno hace su juego, algunos dirán que este gobierno acompañó, para lo cual nosotros nos vamos a encargar de dejarlo bien clarito; que este gobierno sigue siendo cómplice de los asesinatos de Darío y Maxi, es cómplice de Duhalde, Atanasoff, Solá y todos los que siguen hoy por hoy con el gobierno, con fueros, o postulándose para el cargo que sea.
Esa es la claridad y el compromiso que tenemos que tener, ante cada micrófono, ante cada oportunidad que tengamos para hablar y decir la verdad: hace diez años venimos señalando a los responsables políticos, señalando a la Justicia, y vamos a señalar al gobierno. Y apuntar a la Justicia de que una vez por todas se ponga los pantalones largos y se deje de romper las pelotas, que basta de esperar. Esta es una lucha que va a traspasar el tiempo, yo me puedo morir y va a seguir mi hijo, y la van a seguir mis nietos, porque no la van a poder callar nunca.
¿Les causa miedo el paso del tiempo sin justicia?
AS: Creo que es algo que tenemos que enfrentar, tenemos que asumir que va a costar mucho, que los que mandaron a matarlos; los políticos, estén presos. Pero por otra parte los “Darío y Maxi” siguen estando presentes en la forma en que se multiplican, si bien yo quisiera tenerlo a Dario sentado a mi lado, la obra de ellos se ha multiplicado. Siguen estando presentes ya sea en un bachillerato, ya sea en una primaria para adultos, en una herrería, en una bloquera, en una biblioteca; donde sea Darío siempre va a estar presente. Es difícil realmente que la justicia actúe como debiera actuar porque como la Policia responde al humor político, llevar a cabo que un ex presidente termine preso es difícil pero no hay que apartarse del camino. Si la justicia no los condena, hemos logrado al menos la condena pública y social.
VK: La gente no se olvida, porque cuando fueron las elecciones de Duhalde y durante su campaña electoral, la gente recordó quién era y en qué momento estuvo.
Los tiempos de la Justicia no ayudan: desde 2007 tardaron cinco o seis años en dictar sentencia en primera instancia, si pensamos que quedan dos instancias más, entonces de acá a diez años o quince años más tendremos sentencia firme para los dos. Y después quedará lo mas duro, la condena a los responsables políticos.
Le dije reiteradas veces al juez, “dictá sentencia, se te caduca la causa” porque mientras un funcionario esté en el cargo, la causa no caduca y es eterna. Por eso tenemos suerte. Si la causa tuviera carácter de lesa humanidad tendríamos la incaducidad pero eso no va a pasar, porque si cualquier juez se atreve a decir que la causa del Puente Pueyrredón es declarada como delito de lesa humanidad abre un abanico a un montón de otras causas. Nosotros ya dimos un golazo: metimos a la Bonaerense tras las rejas.
¿En qué coyuntura política puede alcanzarse la justicia que reclaman?
VK: Cuando el kirchnerismo no esté.
AS: Creo que es una continuidad de todo y va a depender de quién suba también, porque todavía pueden hacer fuerza para que Fanchiotti y Acosta salgan. No creo que exista ningún político que quiera que su par termine preso, porque eso también le puede pasar a él. Y son todos iguales, nombrame uno solo que creas que pueda cambiar algo, yo no lo encuentro. Excepto que el juez tenga el apellido de Kosteki o Santillán, puede ser.
Cuando salimos del bar la llovizna persistía y el cielo seguía siendo de un naranja amenazador. ¿Para dónde vas vos? ¿Y vos?, todos íbamos para el mismo lado. Tres en una esquina con Darío y Maxi, en cada palabra siempre presentes. Un abrazo y el compromiso de vernos en el Puente el 26 de junio, como todos los años.
* Tercera y última parte de la entrevista completa a Alberto Santillán y Vanina Kosteki, publicada en fragmento en el Cuaderno Número 1 de Marcha “Huellas y voces del Puente”.