Por Santiago Mayor. Cuba anunció este martes la modificación de su política migratoria vigente desde 1976. Motivo de innumerables tergiversaciones y manipulaciones, el tema migratorio ha sido utilizado para atacar a la Revolución Cubana desde su nacimiento. Un repaso de la nueva legislación y un poco de historia.
¿En qué consiste la reforma?
Se publicó ayer, en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, el Decreto Ley del Consejo de Estado que modifica la vigente Ley de Migración de la isla caribeña. El mismo entrará en vigencia el 14 de enero de 2013.
Las reformas habilitan, entre otras cosas, la posibilidad de salir del país hasta por 24 meses a cualquier cubano que tenga pasaporte y la visa del país de destino (siempre y cuando este la solicite). Se elimina de esta forma el pedido de solicitud especial conocido como “Carta Blanca” y la necesidad de que exista una invitación especial del país de destino.
Además, si aquellos que viajan quieren extender el tiempo fuera del país deben presentarse ante la oficina diplomática cubana correspondiente y pedir una extensión que será expedida si: la persona se encuentra imposibilitada de regresar a Cuba por motivos justificados o si requiere residir en el exterior por mantener una “unión matrimonial, formalizada o no, con ciudadanos extranjeros o por otras situaciones familiares y humanitarias excepcionales” tal como reza el decreto.
El decreto-ley también establece que no pueden obtener el pasaporte los que: estén sujetos a un proceso penal y así lo hayan dispuesto las autoridades correspondientes; se encuentren sujetos al cumplimiento de disposiciones sobre la prestación del Servicio Militar; cuando haya razones de Defensa o Seguridad que así lo aconsejen; tengan responsabilidades con el Estado cubano o responsabilidad civil siempre que haya sido dispuesto por las autoridades correspondientes; carezcan de la autorización en virtud de las normas dirigidas a preservar la fuerza de trabajo calificada así como para la seguridad y protección de la información oficial; los menores de edad o incapaces que no cuenten con autorización del responsable a cargo; cuando se incumplan los requisitos planteados por la ley de Migración.
En el caso de los profesionales y técnicos calificados formados por el Estado cubano, la nueva reglamentación tiene un apartado especial. Si solicitan viajar por casos particulares se analizará caso por caso. Y si quieren residir en el exterior serán autorizados a hacerlo en un plazo que no exceda los 5 años mientras se garantiza la formación de su relevo. Es decir que, los profesionales cubanos que estén cumpliendo servicios a la nación podrán irse a vivir a otro país una vez que se garantice su reemplazo y esto debe realizarse en un plazo no mayor a 5 años.
Por otra parte, la nueva ley también buscar mejorar la relación con los cubanos que viven fuera de la isla, dispersos en más de 150 países del globo. Es así que quienes residen en el exterior pueden solicitar su pasaporte cubano en la oficina diplomática cubana correspondiente sin mayores tramites que los que tienen que hacer quienes residen en Cuba.
Una historia de agresión y hostigamiento
Efectivamente la política migratoria cubana ha sido motivo de debate, cuestionamientos y, sobre todo, tergiversaciones y manipulaciones. “Los cubanos no pueden salir del país” es una frase que desde los medios hegemónicos a nivel mundial se ha disparado sistemáticamente mintiendo y ocultando la verdad.
En Cuba existía y existe la posibilidad de viajar al extranjero realizando una serie de trámites como en cualquier otro lado. El hecho de que se exigieran una serie de requisitos mayores que en otros países tiene que ver con una historia de agresión y hostigamiento por parte de los EE.UU hacia Cuba que obligó a tomar medidas de precaución.
Por empezar hay que tener en cuenta el doble criterio por parte de Estados Unidos hacia los migrantes cubanos. Mientras por un lado se les niega la visa para que puedan viajar al país del norte de manera ordenada, legal y segura, por el otro la llamada Ley de Ajuste Cubano garantiza la ciudadanía a todo cubano que toque tierra estadounidense. Si pensamos que, por negárseles la visa, no pueden abordar un avión o un barco con destino a ese país ¿qué otra forma queda? Atravesar las 90 millas que separan La Habana de Miami de la forma que sea. Cabe recordar la denominada “crisis de los balseros” de 1994 que tiene sustento en esta política cínica, que causó la muerte de cientos de cubanos, por parte del gobierno de los Estados Unidos. También hay que remarcar que este “beneficio” del que gozan los cubanos que llegan a EE.UU. no lo tienen los mexicanos, los dominicanos, los salvadoreños, ni ningún otro migrante del mundo.
También hay que considerar, a la hora de analizar la política migratoria cubana, las distintas campañas de agresión hacia la isla mediante la infiltración de mercenarios y terroristas. Son innumerables los casos, durante más de 50 años, de atentados en la isla provocados por agentes enviados desde los Estados Unidos que han destruido cosechas, instalaciones turísticas, edificios industriales, etc. Si tenemos en cuenta este factor de agresión permanente es perfectamente lógico que un Estado proteja sus fronteras. Si no que habría que decir la Unión Europea o los propios Estados Unidos con sus restrictivos requisitos para todo aquel que intente entrar a su territorio.
Finalmente, la “fuga de cerebros” también ha sido una política permanente impulsada desde el gobierno estadounidense para debilitar a la Revolución Cubana. La última medida tomada al respecto ha sido el programa de visas para profesionales de la salud cubanos, implementado por Washington en 2006. El mismo facilita, a cualquiera de los miles de médicos cubanos que estén trabajando en una misión en el extranjero (Cuba ha mandado más médicos en misiones humanitarias al resto del mundo que la Organización Mundial de la Salud), el acceso a una visa de trabajo en EE.UU. Con sólo pensar cuantos profesionales de países del Tercer Mundo intentan, sin éxito, viajar y trabajar de lo que estudiaron en los Estados Unidos este programa ataca directamente uno de los núcleos más sólidos de la Revolución Cubana: su desarrollo en el campo de la medicina.
La nueva política migratoria cubana implica una modificación interesante acorde a los nuevos tiempos y muestra una vez más el dinamismo y vitalidad de la Revolución Cubana. Sin embargo, está lejos de ser una “apertura” a la economía de mercado tal como pregonan y les gustaría a algunos voceros de los grandes poderes económicos. Como declaró el presidente Raúl Castro: “Hemos realizado prolongados esfuerzos hacia la normalización plena de las relaciones de Cuba con su emigración que siente amor por la Patria y por sus familias y persistiremos en ello por la voluntad común de nuestra Nación”.