Por Mauricio Díaz, desde Córdoba. El gobierno provincial desconoce la situación de emergencia que atraviesa el territorio respecto del plano ambiental. La única respuesta fue la represión al bloqueo a Monsanto y fallos ambiguos. Un reclamo urgente.
Este martes por las calles de Córdoba se escuchó un urgente reclamo para que se declare la Emergencia Ambiental. La movilización fue encabezada por asambleístas y vecinos de Malvinas Argentinas, junto a Madres de Ituzaingó y el grupo “Malvinas Lucha por la Vida”. Participaron también partidos de izquierda y organizaciones sociales.
Eran unas 3 mil personas las que partieron desde la intersección de Avenida Colón y Marcelo T. de Alvear (La Cañada), hacia el Centro Cívico de la Capital cordobesa. La iniciativa fue llevada adelante por organizaciones que hace ya más de tres semanas llevan a cabo un bloqueo en los portones de la planta que la multinacional Monsanto quiere instalar en esa localidad.
La lucha por la vida fue lo que dio sentido a la convocatoria. Los participantes reclamaron al gobierno provincial que declare la “Emergencia Ambiental” en el territorio.
Ese pedido se fundamenta en los distintos hechos que se sucedieron en los últimos meses. La represión a ambientalistas la semana pasada en las puertas de la planta fue la gota que rebalsó el vaso de un conflicto que ya tiene larga data. Otro antecedente inmediato son los incendios que afectaron a cerca de 100 mil hectáreas, los desmontes que se vienen acrecentando en el intento de extender el límite agrícola y la sequía, lo cual, frente al cuadro de afectación de la vegetación, acelera la desertificación del suelo.
Las políticas ambientales, tanto a nivel nacional como provincial, iban en un mismo sentido hasta hace unos años atrás. A fines de 2008 y principios de 2009, en la provincia de Córdoba se quería instalar una mega minera en los parajes de Ongamira. Todo esto acorde con las políticas pro mineras del Estado Nacional. El movimiento y la protesta de los vecinos de la región, más la difusión lograda a través de múltiples canales de información, impidieron la instalación de la minera en el valle de Ongamira, aún con el veto a la ley de bosques de por medio.
En este marco, la marcha del martes por la tarde significó una más en una lucha que viene desde hace tiempo. El enfrentamiento contra Monsanto, sin embargo, la colocó en escena nacional.
Mientras tanto, un fallo de Graciela Escudero de Fernández, titular del Juzgado de Conciliación de 4° Nominación de Córdoba, le niega a Monsanto las obras operativas, mientras que por otro lado, le concede la autorización de seguir con las obras civiles. Esto reviste una contradicción en la misma esencia del fallo. Si no es seguro que la planta se instale, qué sentido tiene comenzar obras de caminos, instalaciones para obreros y demás. Por otro lado, las organizaciones sociales se ven preocupadas por la continuidad de las obras, piensan que algo se está tramando en algún lugar al que ellos no tienen alcance.
El intendente de Malvinas Argentinas, Daniel Arzani, ya da la instalación por sentada. Mientras, los asambleístas siguen recibiendo visitas como la de Adolfo Pérez Esquivel, que sostuvo que es inevitable y necesaria la consulta popular y que la gente de Malvinas Argentinas decida sobre su futuro. El martes por la noche llegó el cantante Raly Barrionuevo trayendo un poco de música a la gente que pasa las noches en los bloqueos. La perspectiva es que el piquete continúe hasta que se den novedades respecto de la radicación de la multinacional. Al mismo tiempo, continúan llegando muestras de solidaridad, acercamientos y acompañamientos desde diferentes puntos del país.