Siguen los coletazos por el episodio del avión de Evo Morales retenido en Europa. Venezuela y Ecuador encabezan la protesta acordada en Mercosur. Bolivia responde este miércoles a las disculpas europeas pero sigue reclamando responsables directos.
Quince días después de que los gobiernos de España, Italia, Francia y Portugal impidieran que el avión presidencial de Evo Morales sobrevolara sus territorios -por lo cual quedó varado casi 15 horas en el aeropuerto de Viena-, el incidente convertido en mega conflicto interregional sigue sin saldarse.
Los gobiernos de Venezuela y Ecuador fueron los primeros en cumplir lo consensuado en la cumbre del Mercosur del viernes pasado en Montevideo. Este martes convocaron a los embajadores de estos cuatro países y les entregaron la resolución que se tomó en la reunión del bloque, en la que se manifiesta el rechazo y la indignación por el trato que recibió Morales en Europa por considerarlo “un acto discriminatorio, inamistoso, hostil y violatorio de los derechos humanos”.
El reclamo escrito, que cada gobierno debe entregar ante los cuatro países demandándoles las correspondientes disculpas, ya fue recibido por los diplomáticos europeos en Quito y Caracas. Además, los embajadores ecuatorianos y venezolanos en esos países arribarán este miércoles a sus pagos para reunirse con sus cancilleres.
“Nosotros daremos por superado este bochornoso y lamentable incidente cuando el presidente Evo Morales, su gobierno y el pueblo de Bolivia se sientan satisfechos de las aclaratorias o excusas que correspondieran”, señaló el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Elías Jaua.
Por su parte, Ricardo Patiño, canciller ecuatoriano, informó que elevó “un reclamo a las Naciones Unidas por una afrenta de esta naturaleza contra el presidente Evo Morales“. Además, Patiño se preguntó: “¿Qué habría pasado si hubiese sido el avión del presidente de Estados Unidos, de Francia o de España?… Seguramente vendrían los aviones de guerra de ellos a rescatar a su presidente”.
Cinco siglos igual
Recién 13 días después del hecho, y tras la presión mundial germinada en las reuniones de la OEA, Unasur y Mercosur, los gobiernos europeos retrocedieron un poco y ofrecieron las disculpas formales.
El descargo español estuvo a cargo de su embajador en La Paz, Ángel Vásquez Díaz de Tuesta, quien presentó el lunes un documento en el Ministerio de Relaciones Exteriores en el que lamentan las “incidencias” que pasó mandatario y explican la participación española durante el bloqueo aéreo. Luego dijo a la prensa: “Lamentamos ese hecho, presentamos nuestras excusas por ese proceder que no fue adecuado y que puso al presidente Morales en una situación difícil, impropia de un jefe de Estado”.
Pese a las preguntas de los periodistas, Vásquez evitó referirse a quién propagó la versión de que el ex agente de inteligencia estadounidense Edward Snowden viajaba en el avión presidencial: “Yo no me refiero a hipótesis, ni a rumores que hayan podido circular sobre esa cuestión, sino a hechos precisos y concretos, es decir, a las gestiones que realizó la Cancillería española”.
En tanto, el portavoz del Ministerio francés de Exteriores, Philippe Lalliot, insistió que su país “ha dado a las autoridades bolivianas las explicaciones necesarias y ha tenido la ocasión de manifestar sus excusas. Francia reitera su voluntad de superar los malentendidos que han podido derivarse y su deseo de continuar el diálogo y la cooperación tanto con Bolivia como con el conjunto de Mercosur”.
Las autoridades francesas tampoco quisieron dar explicaciones sobre la procedencia de la información que suscitó la denegación del permiso de vuelo. Precisamente ese es el principal reproche que reiteró el martes el canciller boliviano, David Choquehuanca, tras confirmar la recepción de las cartas de disculpas por parte de los cuatro países implicados, las que, según indicó, serán analizadas este miércoles en una reunión del gabinete.
Choquehuanca adelantó que las disculpas ofrecidas no son suficientes: “Los países europeos no tienen que dar solamente una explicación, sino reparar este daño que ha sufrido nuestro Presidente”. Y exigió que “den a conocer los nombres de los responsables directos en este hecho que puso en peligro la vida del jefe de Estado”.
Todos los caminos conducen a Washington.