Por Marcelo Luda. El jueves pasado el cohete ruso Dnepr lanzó al espacio exterior a Manolito, el segundo nanosatélite argentino, junto con otros 32 de distintos países. Fue desarrollado por la empresa Satellogic en un PH de Villa Ortúzar y en las instalaciones de INVAP-Bariloche.
Los nanosatélites son un emprendimiento reciente a nivel mundial. Son dispositivos de uno o varios módulos de 10x10x10 cm de tamaño que son colocados en órbita a bajo costo, debido a que utilizan el espacio sobrante en lanzamientos de satélites de mayor envergadura. La plataforma desarrollada para Manolito abrirá las posibilidades a empresas, universidades e instituciones públicas de llevar sus proyectos al espacio.
El proyecto fue financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y busca generar una plataforma multipropósito que se pueda aprovechar en diferentes aplicaciones en el futuro. Con ese objetivo el proyecto completo será liberado con una Licencia Libre (parte del código ya se encuentra disponible en el conocido repositorio libre github).
Satellogic está formada por una veintena de jóvenes entusiastas, en su mayoría ingenieros en electrónica. Marcha estuvo dialogando con uno de los desarrolladores del proyecto, Pedro Varangot. Pedro se formó en Matemática y Computación en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y está a cargo de estabilización y control de actitud de Manolito.
– ¿Como se arma un nanosatélite?
– Hay muchos procedimientos que son iguales a los de cualquier artefacto tecnológico. Se diseñan las placas, se sueldan los componentes, hay que hacer el software, pruebas, control de calidad. Algunas cosas cambian porque el espacio es un lugar muy hostil: a la sombra hace mucho frío y cuando te da el sol hace mucho calor. Hay radiación que rompe la electrónica que a la tierra no llega porque la frena la atmósfera.
– ¿Que se puede hacer con un satelíte de 20x10x10cm?
– Se puede hacer cualquier cosa que puedas hacer en tierra con algo de ese tamaño, ¡que es un montón de cosas! Por ejemplo, un experimento físico o biológico que ocupa ese tamaño, podés probarlo a ver como funciona en el espacio. Lo que nosotros le decimos la “plataforma” se puede meter en 5x10x10 o 10x10x10, en el resto del volumen se puede poner cualquier cosa.
Nosotros volamos ya una cámara de fotos chiquita para sacar fotos de estrellas para orientación, y ahora estamos volando una cámara de 20 megapixels con un lente de fotos normal. La idea es poder sacarle fotos a la tierra, pero para analizar arriba porque para bajarlas son muy grandes. En enlace de radio está a 9600 baudios, que es algo parecido a lo que usabas para conectarte a internet en los 80s.
– ¿Como fue la interacción con el ministerio otras instituciones de Ciencia y Técnica de Argentina?
– El proyecto es del ministerio, si no fuera por el MinCyT no había nanosatélites. A ellos les interesó hacer algo en Argentina con nanosatélites y tecnología comercial aplicada al espacio y fueron nuestra principal fuente de financiamiento.
INVAP hizo de incubadora de la empresa. Estuvimos trabajando en Bariloche por dos años y aprendimos mucho sobre los procesos de construcción del satélite. También usamos equipo para pruebas en vacío, de temperatura y mecánicas y usamos su servicio de construcción de placas de electrónica. Todo eso es muy raro de conseguir en el país y los servicios de INVAP están a la altura de lo mejor del planeta.
La relación con las instituciones estatales es buena pero a veces tenemos problemas de tiempos. Ellos están acostumbrados a tardar más en solucionar los problemas o a hacer más documentación o burocracia. A veces cuando les explicamos nuestras necesidades entienden y empezamos a trabajar super bien, como es el caso con CONEA y los paneles solares. A veces no es tan así.
– ¿Que significa que el diseño fue liberado? ¿Puedo hacer mi propio nanosatélite?
– Es parte del proyecto del ministerio, ojalá toda la tecnología que desarrolla el estado para uso civil/científico se hiciera con esta forma de trabajo. Lo que significa es que todo el software, CADs, diseños de placas, mecánicos, etc lo vamos a poner disponibles para que cualquiera lo pueda ver. Que tengas el código o los planos de algo no quiere decir que lo entiendas, pero tenerlo disponible para poder intentar entenderlo te sirve para aprender. Como siempre, mientras más experto sos más te sirve.
Lo de liberar toda la plataforma es un esfuerzo en curso, la idea es ir documentando y liberando cada vez más pedazos a medida que vayamos teniendo tiempo. No es que cualquiera se va a poder hacer su satélite, pero una universidad o un proyecto de investigación que se consiga alrededor de 200.000 dólares y tenga un rato para sentar gente a capacitarse, seguro. Ahora están haciendo el primer satélite uruguayo que va a ser también del mismo tipo que el nuestro, no van a usar directamente nuestro código pero si les estuvimos compartiendo un poco de información sobre cómo hicimos las cosas que seguro les ayudará.
La decisión la tomamos junto con el ministerio porque nos parecía la mejor forma de desarrollar una plataforma de nanosatélites para que se use en universidades y microemprendimientos de Argentina. Si la plataforma es cerrada eso pone trabas burocráticas o tecnológicas para otro que la quiera usar.
– Ahora que está en órbita, ¿Qué trabajo tienen por delante? ¿Tienen algún dato preliminar?
– El enlace de radio nos está andando super bien. En el primer satélite tuvimos muchos problemas con eso, en la parte en tierra y arriba en el satélite. La estación terrena de Tortuguitas es de un radioaficionado que está trabajando con nosotros, y la de Bariloche está en INVAP y la estamos operando entre los dos pero la armamos nosotros. Las dos están andando perfecto. Los paneles solares que hicimos con CNEA están andando perfecto. La antena que, está hecha 100% acá, también abrió bien y está andando.
Ahora el satélite está girando y estamos analizando cómo se va frenando. Eso es normal después del lanzamiento. Si esa fase sale bien y se frena, ahí vamos a poder empezar a usar la cámara de fotos.