Por Diego Villarino. La pelea por la cima está muy pareja. Pocos equipos le sacan provecho a las oportunidades. El Torneo se sumerge en la discontinuidad del nivel futbolístico. Se avecina un desenlace similar al Inicial 2013.
En la actualidad el fútbol argentino no presenta clubes que saquen una gran diferencia con respecto al resto. Claro que hubo excepciones. Es preciso citar al Estudiante de Alejandro Sabella o al Newells de Gerardo Tata Martino. Sin embargo, la tendencia a la irregularidad es frecuente. En el campeonato anterior, La Lepra estuvo ocho fechas sin ganar y aun así llegó con chances de forzar a un encuentro desempate. Malos espectáculos, imprecisiones en la entrega de la pelota y duelos trabados son vicios que se transformaron en moneda corriente. Los gigantes empobrecieron y las entidades humildes se animaron a competir de igual a igual. Mediocridad y paridad conviven.
El desarrollo del Final 2014 no varía demasiado. Colón (21) mantiene la punta intacta a pesar de perder ante Lanús (1-0). El Sabalero arrancó la temporada con problemas deportivos e institucionales. Diego Osella levantó el andar futbolístico del club. El entrenador formó un plantel basado en el trabajo y la estrategia del contraataque. Pregonó una identidad combativa y prescindió de la exquisitez. La incorporación de Ezequiel Videla fue clave. El ex volante central de Instituto es el motorcito del mediocampo. Los santafesinos ganaron la mitad de los partidos que jugaron (Seis victorias, 3 empates y el mismo número de derrotas). Aunque en el último tramo mermó el costado ofensivo con tres goles marcados en siete jornadas. Todo parece indicar que su destino es la lucha por la estabilidad en la categoría y no la pelea en los puestos de vanguardia.
En tanto, San Lorenzo (21) aprovechó la oportunidad para escalar a la cima. Los de Edgardo Bauza vencieron por 2 a 1 a All Boys luego haber arrancado abajo. No obstante, su andar no le escapa a la realidad del fútbol nacional. El desempeño técnico del Patón estaba en deuda debido a una serie de malos resultados. Las derrotas ante River y Gimnasia arrojaron problemas Encima los de Boedo repartieron porotos ante Godoy Cruz y Tigre. Las esperanzas en la cancha son depositadas en lo que pueda aportar Leandro Pipi Romagnoli en la creación. El Ciclón tuvo un pase agónico a los octavos de final de la Copa Libertadores. La clasificación pendió de un hilo durante varios pasajes del Grupo 2. Un hipotético sexto gol de Independiente del Valle en Chile (4- 5 vs Unión Española) eliminaba al Cuervo. El 3 a 0 a Botafogo significó el pasaporte a la siguiente fase.
Del mismo modo, Estudiantes (21) también hizo los deberes. El gol de Juan Manuel Olivera no solo hundió en los promedios al Bicho sino que colocó al Pincha en una ubicación de privilegio. Con Juan Sebastián Verón a la cabeza, todo se hace accesible para el León. La Brujita conduce los hilos del equipo y maneja los tiempos. La irrupción de Gastón Gil Romero, en el mediocampo, tapó la ida de Rodrigo Braña a Quilmes. El elenco de la Plata es el que mayor cantidad de igualdades registra. Por eso dejó muchas unidades en el camino.
En cambio, River (20) cayó ante Belgrano y dejo pasar el tren. El conjunto de Ramón Díaz venia dulce. Había encontrado un estilo solido frente a Lanús, Boca y Newell’s. Esa identidad contrastó con aquel ataque desaforado de las primeras fechas. El Millonario no pudo sostenerlo contra el Pirata y perdió en los minutos culmines. Tampoco logró alcanzar la soledad Vélez (20). Racing se llevó una victoria sorpresiva de Liniers. El Fortín es el máximo goleador con 22 tantos. Ante la Academia dominó, ejerció el desgaste, pero no pudo conseguir nada. El verticalismo que propone trajó consecuencias defensivas. Se coloca en el lote de los más vulnerados con 16 tantos en contra.
Un dato llamativo es que entre los tres punteros y el vigésimo, que es Arsenal, hay una distancia de once unidades. El trámite del Final 2014 resulta un déjà vu del Inicial. En el certamen pasado, el azulgrana obtuvo el título sin imponerse en las últimas tres jornadas. Asimismo fue el que menos cosechó en la historia de los torneos cortos desde que se contabilizan los tres puntos. A partir del Apertura 1995 los triunfos dejaron de valer dos. Los campeones superiores a los 40 quedaron en el olvido. Ni hablemos de los invictos. El caso reciente es aquel Boca dirigido por Julio Cesar Falcioni, que cosechó 43 unidades en el segundo semestre del 2011. Ninguna institución puede adueñarse de la tabla de posiciones con comodidad. Quedan 21 en juego. ¿La historia se repite? Estudiantes y River corren con ventaja porque participan en una competición.