Por J.M.D.S. En la parte del año que mejor le sienta, el argentino recuperó su juego y la confianza para lo que vendrá.
Volvió Del Potro. Retornó con la derecha potente, incisiva y demoledora que supo guiarlo hacía los primeros lugares del ranking y lo llevó a ser considerado uno de los mejores jugadores del mundo. En Washington, se preveía que el gigante Isner complicara muchísimo con la potencia de su saque. Y se dio, por momentos.
En el primer set pareció que dominaba al tandilense con su mejor golpe pero, no obstante, Delpo pudo ir manejando la velocidad del juego e ir emparejando el trámite del partido. Así fue que levantó 4 set points pero no pudo evitar el 3-6 en contra. En el segundo set, el argentino pudo imponer condiciones con las armas de siempre y con el agregado de un servicio a prueba de balas.
Isner no logró en ningún momento encarrilar el encuentro para su lado. Ya no le funcionó el saque y su juego, sin ese ingrediente fundamental, pierde sustento. Los tiros profundos y bien colocados se hicieron costumbre y Del Potro manejó el juego en todo momento. El 6-1 no dejó lugar a ninguna duda.
Al número 7 del mundo, el ATP 500 de Washington le siente bien. Sus consagraciones en 2008 y 2009 dan cuenta de ello. Eso y la paternidad ante el estadounidense (4 a 0 con el encuentro de hoy) hicieron el resto. En el tercer set se vio lo mejor de su juego. Sólido, confiado, y con la moral en alza luego de la inactividad, Del Potro demolió a Isner. Fue 6-2 para terminar la historia y reafirmar que lo mejor está por venir.
La gira previa al US Open es la preferida del argentino. Allí demuestra su mejor versión y lo cómodo que juega en la superficie que más le gusta. En el cemento de Estados Unidos, triunfó en Flushing Meadows (venció a Roger Federer) y en otros cuatro torneos, además de alcanzar otra final. El título logrado ante el suizo le dio chapa y agrandó su figura en aquel país.
Lo curioso, en estos días, se vio al comenzar el torneo cuando Delpo jugó (y ganó) 2 partidos en un mismo día: primero venció al estadounidense Ryan Harrison por 6-1 y 7-5, en la segunda ronda, y luego despachó a Bernard Tomic, por 6-3 y 6-3, y se metió en los cuartos de final. La curiosidad se dio por la suspensión por lluvia del partido de segunda ronda. Luego llegaría el sudafricano Anderson, el alemán Tommy Haas y el citado John Isner.
Su vuelta, justamente en dicho torneo, no fue casualidad. Era el primer favorito para ganarlo y le sirvió para recuperar el ritmo de juego y reafirmar el ánimo de cara a los Masters de Montreal, Cincinatti, y el último Grand Slam del año, el Abierto de los Estados Unidos. Lo cierto, es que Del Potro ganó su título número 15 e igualó a Guillermo Vilas en cuanto a su triplete de lauros en Washington. “Conecté unas derechas increíbles en el segundo set y en el tercero ya me sentí con más confianza desde el fondo. He ganado un torneo realmente duro”, expresó luego del encuentro.
“Él (Isner) me quebró pronto, empezó bien y yo no estaba al 100 por ciento, pero pude lograr un rápido break en el segundo y eso me permitió seguir luchando y mejorar. En el tercer set hice el mejor tenis del torneo”, afirmó con satisfacción. Lo importante es que Del Potro se prepara para intervenir desde el miércoles o jueves en el Masters 1000 de Montreal, en Canadá, en donde debutará en segunda vuelta frente al ganador del choque que sostendrán el esloveno Grega Zelmja y el croata Iván Dodig.
Y lo cierto, es que con el ritmo y la potencia de su derecha (que mostró fundamentalmente en el último set de la final), las chances de seguir mejorando para llegar bien al US Open, son optimas. Del Potro está de vuelta, y eso, para los rivales, no es un dato menor.