Por Pablo Tano. El tenista azuleño, número 114 del ránking ATP, tuvo su semana soñada en Hamburgo. Llegó hasta la final del prestigioso torneo alemán tras vencer ni más ni menos que al suizo Roger Federer.
Histórico. Glorioso. Encomiable. El azuleño Federico Delbonis (114º), un perfecto desconocido para aquellos que no se caracterizan por ser fanáticos del tenis, vivió una semana soñada en el ATP 500 de Hamburgo, en Alemania. El juvenil, que provenía de la clasificación, llegó al pico de su actuación cuando venció en semifinales al suizo Roger Federer en sets corridos, por 7-6 (7) y 7-6 (4), pese a perder luego la final ante el italiano Fabio Fognini, por 4-6, 7-6 (10-8) y 6-2.
Delbonis, ganador de dos Challengers este año (Bucaramanga y Barranquilla) y cuartofinalista en el ATP de Buenos Aires 2013, mostró personalidad y madurez en momentos decisivos para cerrar el partido ante la inmensa figura de uno de los tenistas más grandes de todos los tiempos. “Jugó bien, fue un poquito más agresivo que yo (…) En los tie-breaks mantuvo la calma e hizo su juego hasta el final. Lo felicito”, fueron los elogios del nº 5 del ranking mundial.
Un laburante del tenis, como lo definió el periodista especializado Guillermo Salatino, al igual que Carlos Berlocq. Un peregrino que recorre con garra y corazón el circuito sudamericano y, hasta el momento, con sus 22 años, no había tenido ningún rendimiento superlativo a los ATP que apuntaba. “Lo fundamental es que el tenis sea integral, que se aprenda a jugar y en todas las instancias del juego estar en el nivel de los top”, aseguraba Gustavo Tavernini, su entrenador hace ya 11 años, en una entrevista concedida a ESPNtenis.com, en febrero pasado.
Ante el ex nº 1 del mundo, Delbonis sacó a relucir su temple y pudo cerrar el partido como si fuera un experimentado tenista acostumbrado a lidiar con la presión de alcanzar las instancias decisivas de torneos importantes y frente a un top ten. Desde el ATP de Viña del Mar, a comienzos de temporada, cuando fue derrotado por Rafael Nadal, no se había vuelto a probar con un rival de fuste.
En el exclusivo club Am Rothnembaum, la hazaña ya estaba consumada ante el Maestro. Pero faltaba un escalón más para completar una semana sublime. La historia frente a Fognini comenzó palo a palo, punto a punto, muy pareja. Delbonis llegó a superar cinco breaks en contra y así fue consolidando su tenis sobre la arcilla germana. Y como toda la semana, volvió a aprovechar un bajón en el adversario para concretar la primera oportunidad que se le presentó en el primer set: 6-4 y el sueño estaba cada vez más cerca.
El segundo capítulo se abrió con una tesitura similar. El argentino fue soltando su revés cruzado a dos manos y su drive invertido con aperturas formidables que dejan entrever un futuro promisorio. A eso le agregó aceleración y frialdad. Pelotas pesadas que fueron incomodando a Fognini, quien discutió un punto, recibió un warning y perdió concentración. Federico siguió con aplomo, ganó un par de games seguidos y se posicionó 4-1. El camino parecía menos elevado…
Pero el italiano no se resignó. Un par de pelotas con actitud displicente le devolvieron la confianza y forzó el segundo set al tie-break. Allí, Delbonis fue rehén de sus nervios y no pudo aprovechar los tres match points que tuvo. Esa volea en la faja, luego de un saque abierto, no pudo ser y el europeo se quedó con el parcial por 7-6 (10-8). “Me adelanté al ver que el saque era bueno. Quería cerrar la cancha, pero su devolución fue también buena y la bola llegó rápida. Quise poner la raqueta para frenarla, pero la fuerza de él me ganó”, lamentó.
La experiencia de Fognini (12º favorito), que venía de ganar su primer torneo de ATP en Stuttgart, volvió al court y, a partir de ahí, todo se hizo cuesta arriba. El cansancio por los dos partidos de la qualy que debió jugar, sumado a los nervios y a las emociones de lo que ya era un rendimiento inolvidable y el ánimo golpeado tras no poder cerrar la victoria, hicieron mella. A pesar de su garra y mentalidad ganadora, sus piernas lo paralizaron. El italiano continuó con un gran juego, se afirmó en la cancha y selló su segundo título por un contundente 6-2.
Con esta brillante actuación, Delbonis se ubicará desde este lunes en el top 70º, posición que le permitirá acceder a importantes torneos sin jugar la clasificación. Ahora deberá replantearse su calendario porque su ranking ya está para desafíos mayores. El potencial técnico y mental lo tiene. Sólo deberá seguir tallando su corteza como hasta ahora y los objetivos deberán ser cortos y sin grandes presiones. “Lo de Federer no me lo quita nadie. Entre haber ganado el título y haberle ganado a Federer… me quedaría con la dos cosas”, bromeaba el zurdo luego de la derrota. Y analizó: “A principio de año tenía otros objetivos, como estar entre los primeros 100 a fin de año. Pero esta semana me cambió un poco el panorama. Ahora quiero jugar la mayor cantidad de torneos ATP posibles. No me fijo objetivo. Todo lo que venga será para seguir sumando. Así piensa Delbonis, un peregrino del circuito.