El pasado fin de semana el Partido Republicano de Estados Unidos presentó a su candidato a vicepresidente. El ultraconservador Paul Ryan acompañará a Mitt Romney en la fórmula para las elecciones de noviembre en las que intentarán desbancar a Barack Obama. Un repaso por el perfil del nuevo candidato.
En un intento por recuperar terreno en la campaña electoral, el candidato republicano Mitt Romney presentó en un acto en Norfolk, Estado de Virginia, a su vice Paul Ryan. El elegido es un joven político de 42 años, congresista y actualmente presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes. Desde allí se ha opuesto fervientemente a los distintos proyectos del gobierno de Obama y ha ganado fama como “halcón fiscal”. Este apodo se debe a que ha propuesto un plan para afrontar la inevitable crisis que va a sufrir Estados Unidos en esta década y la próxima, cuando se jubilen los 75 millones de estadounidenses -alrededor del 23% de la población- que nacieron entre 1945 y 1960, en lo que se llamó el “Baby Boom” en los años de prosperidad económica que siguieron a la Segunda Guerra Mundial.
En casi 14 años como congresista republicano por Wisconsin, Ryan votó a favor de leyes que reducen los fondos para el control de la natalidad y coauspició un proyecto que otorgaría a los fetos el derecho a una protección legal como a cualquier persona. Además, según el New York Times, el candidato a vice estima que la vida de un ser humano comienza con la fertilización, por lo que el aborto u otras formas de control de la natalidad deben considerarse como asesinatos. Al igual que la mayoría de los republicanos, se opone de forma ferviente a la ley de salud del presidente Barack Obama, en particular a la cobertura gratis de anticonceptivos para las mujeres, por considerarlos un atentado a la libertad religiosa. En 2006 Ryan votó a favor de una enmienda constitucional que prohibía el matrimonio homosexual y ese mismo año aprobó un cambio a la constitución del Estado de Wisconsin, que niega el reconocimiento oficial a los matrimonios del mismo sexo. En su historial también cuenta con su apoyo a la Cyber Intelligence Sharing and Protection Act (CISPA), una ley que exonera de responsabilidad a las empresas de internet que faciliten “voluntariamente” información privada sobre clientes y usuarios a las agencias de seguridad nacional. Todo ello sin ningún control judicial. Y la lista sigue.
El perfil ultraconservador de Ryan llevó a muchos medios de comunicación y analistas políticos que se podrían catalogar como “progresistas” a cuestionarlo y atacarlo por sus posicionamientos. Sin embargo, una mirada más crítica debe tener en cuenta otros aspectos.
¿Qué le aporta Ryan a la fórmula republicana?
En primer lugar, ubica a los republicanos como una opción más real ante la crisis. Romney se presentó como el más capacitado para manejar los asuntos económicos por su condición de multimillonario exitoso, sin embargo, el equipo de Obama desvirtuó esa imagen sacando a la luz antecedentes poco felices de su pasado como empresario.
Ryan podría resolver ese problema, tiene un proyecto fiscal bien elaborado (o al menos que se puede presentar públicamente de esa forma). Además es de origen humilde, un hijo de obreros que tuvo varios empleos para estudiar y hacer carrera política; su historia encaja perfecto en la idea del self-made man (hombre que se hizo a sí mismo) norteamericano. En términos políticos también aporta su cuota ya que es considerado un líder intelectual dentro de la élite republicana y es un preferido del Tea Party, una organización derechista de EE.UU. Este perfil aportará a sumar a las bases republicanas más conservadoras y su ligazón al Tea Party permitirá mayor unidad dentro del partido.
Si bien esto no garantiza la victoria de los republicanos, renueva el aire en una campaña en la que hace rato vienen mirando desde abajo al candidato demócrata y actual presidente Barack Obama. Aún falta para el martes 6 de noviembre, día en que los estadounidenses irán a las urnas a elegir quién será su próximo presidente. En ese tiempo Romney y Ryan harán lo posible por mostrarse como la mejor fórmula para sortear la crisis económica mundial que golpea a los Estados Unidos y es, hoy, la principal preocupación de los votantes.