Por Sebastián Daniel. Un paro “general” organizado por el sindicalismo opositor al Gobierno y apoyado por la Sociedad Rural. Movilizaciones y cortes por distintos sectores de la izquierda. Una acción que encuentra a dos sectores opuestos bajo consignas que quedaron en segundo plano.
El jueves 10 se llevó a cabo a lo largo y ancho del país el paro organizado por Moyano, Barrionuevo y los sectores sindicales afines de todas las provincias. La medida fue apoyada además por la Sociedad Rural y algunos sectores de la derecha nacional.
Por otro lado, el kirchnerismo y el macrismo coincidieron sorprendentemente en las críticas al paro. Bajo la consigna demagógica de que “la gente quiere ir a trabajar y no puede”, ambos sectores evadieron los supuestos pedidos que lo motivaron (paritarias libres, eliminación del impuesto a las ganancias, 82% móvil para jubilados, contra la precarización laboral, derogación de las leyes antiterroristas, contra la criminalización de la protesta social, y libertad para los petroleros de Las Heras, entre otros).
Desde los medios afines al Gobierno se encargaron de criticar el paro y victimizar a la sociedad por la imposibilidad de concurrir a sus trabajos. Desde los medios opositores, fogonearon el “gran acatamiento” (imposible de medir) y la desacreditación del Gobierno a la medida. El aparato mediático de los dos sectores logró que las reivindicaciones queden en segundo plano, dejando en evidencia un claro objetivo político.
Por otra parte, las distintas corrientes de izquierda realizaron movilizaciones y cortes en los principales accesos y rutas de todas las provincias. Bajo las mismas consignas, realizaron sus propias medidas de fuerza, intentando diferenciarse de los organizadores del paro. Sin embargo, el rol de los medios jugó un papel preponderante para dejar “pegados” a los distintos partidos y organizaciones sociales con el sindicalismo organizador de la acción nacional.
Aún es pronto para ver con claridad el resultado, pero a priori el discurso demagogo kirchnerista logró contrarrestar los efectos del paro. Los sectores organizadores, que ya no contaban con buena imagen popular, probablemente la hayan empeorado. Es una incógnita ver en qué plano salió beneficiada o no la izquierda. Lo único claro es que ninguno de los puntos reclamados lograron la fuerza y la atención que demandan.
Una medida difícil de entender
Si bien fue anunciado con bastante antelación la realización de este paro parcial de los sectores sindicalistas aliados a Moyano y opositores al Gobierno Nacional, es difícil de interpretar la decisión de realizar el mismo. En un momento donde se están cerrando los acuerdos paritarios (principalmente los gremios cercanos a Caló) y muchos de ellos acordando un sueldo menor a lo que establecía una de las consignas (9000 pesos), ¿por qué no se realizó antes de las negociaciones, si la voluntad era defender el bolsillo de los trabajadores?
Ni hablar en épocas donde el líder de Camioneros era afín al kirchnerismo. El caso más emblemático reciente es el de los maestros, que estuvieron más de dos semanas negociando su sueldo y, a pesar de la disconformidad de la gran mayoría de las bases, Baradel acordó un porcentaje que está muy por debajo del salario mencionado anteriormente. Sin embargo, los distintos referentes sindicales que organizaron esta medida nacional no adoptaron ninguna posición ni tampoco realizaron acción concreta alguna en apoyo a los trabajadores de la Educación.
A su vez, entre las consignas se hizo referencia a la precarización laboral y paradójicamente fueron organizadores del mismo Gerardo “Momo” Venegas y Luis Barrionuevo, dirigentes sindicales de dos de los sectores que más precarización del trabajo sufren como son el rural y el gastronómico, respectivamente. Y si a esto le sumamos el apoyo de la Sociedad Rural (histórica entidad que aglutina al empresariado del campo), la sorpresa es mayor.
Con todas estas cartas sobre la mesa, se hace difícil no ver este paro como una medida meramente política. Un intento de demostración de poder que no fue más que eso, un intento. Por un lado, por la falta de lectura coyuntural de las facciones que lo convocaron, y por otro por el fuerte aparato mediático kirchnerista en sintonía con el repudio del macrismo.
Quien se mostró en bajo perfil con referencia a esto, fue Sergio Massa. El referente del Frente Renovador optó por continuar con la monotemática de la “inseguridad” y evitó hacer declaraciones directas sobre la medida de fuerza. Sin embargo, la verborragia y la violencia en las declaraciones de Luis Barrionuevo (quien llamó a formar la mesa sindical “Massa Presidente”, además de ser el esposo de Graciela Camaño, diputada del massismo) pueden haberle jugado en contra.
Es así como, en una lucha de poder y el cerco mediático que la rodea, quedaron en segundo plano reclamos y debates legítimos y necesarios para el conjunto de la sociedad. Es repudiable que demandas centrales como la del impuesto a las ganancias o el 82% móvil para los jubilados sean utilizados por sectores que durante años hicieron vista gorda a estos temas. Es necesario hacer mención a la absolución de los petroleros de Las Heras, reivindicación que también fue utilizada por el sindicalismo opositor y que deja en evidencia la clara posición del kirchnerismo con respecto a la protesta social. Un caso emblemático más que se ve perjudicado por la lucha de poderes.
La izquierda: entre las reivindicaciones y las incapacidades
Dentro del marco del paro nacional, distintas corrientes de la izquierda también tomaron cartas en el asunto y realizaron distintas movilizaciones y cortes en varios puntos importantes del país. Es indudable afirmar que es la izquierda en su conjunto la que siempre ha realizado acciones concretas y directas en defensa de los trabajadores y los sectores más vulnerables y vulnerados de la sociedad. Por ende, su adhesión a las consignas del paro nacional resulta una obviedad, ya que siempre ha sido el ala política que ha levantado estas banderas.
Sin embargo, constituye un error político, a título absolutamente personal de quien escribe, llevar adelante las diferentes medidas de acción en el marco de este paro organizado por personajes que nada tienen que ver con la izquierda. No es un error de lectura, pero si una demostración de incapacidad. La izquierda nacional, a pesar de las apariciones esporádicas de distintos referentes en los principales medios hegemónicos, no cuenta con un gran apoyo de los mismos. Esto habla bien de ella, pero no se puede dejar de ver la visión que los mismos generan en la sociedad. Más en una época donde el rol de los medios está en medio de álgidas discusiones y juega un papel casi determinante. Es por esto que los intentos de algunos dirigentes de distintos partidos de izquierda por “despegarse” del paro, tanto en los medios masivos como en la prensa propia, fueron en vano. Noticieros, diarios, portales en internet e incluso algunos dirigentes kirchneristas lograron que quede para la imagen general que “la izquierda le hizo el juego a Moyano y cia.”. Es acá donde se desnudan las incapacidades.
Es sabido que no es real la visión que se intentó dar y que la izquierda levanta, hace mucho tiempo, estas banderas. Sin embargo, las medidas de fuerza realizadas este jueves pasado evidencian la incapacidad de la izquierda de realizar acciones concretas independientes de otros sectores opuestos desde el plano ideológico, y que alcancen una importante valoración de la sociedad.
Como mencionamos anteriormente, no es menor el rol que juegan los medios hegemónicos (en connivencia con los restante sectores políticos) en contra de toda la izquierda nacional, ya sea por la indiferencia o por la imagen negativa que difunden de ella. Pero esto no la exime de sus propios errores.
Por un lado la izquierda partidaria, de quien es sabida la trascendencia que le otorga al plano electoral, y por ende nos irrisorio pensar que cada acción que lleve a cabo tiene como trasfondo crecer en ese aspecto. La adopción de una cualidad propia del peronismo.
Y por otro lado, la llamada izquierda independiente, conformada por distintas organizaciones sociales con fuerte presencia en los barrios. Nada puede opacar la gran labor militante que estas organizaciones despliegan a lo largo del país. Sin embargo, en un contexto de histórica invisibilización a los ojos de la sociedad, resulta absolutamente negativo que se la intente mostrar, en este caso, junto a personajes que poco tienen que ver con ellas, como Moyano.
Por otra parte, representan una fuerte contradicción las medidas realizadas el jueves en el marco de un paro organizado por la burocracia sindical, ubicada en las antípodas de toda la izquierda y fuertemente criticada por ella, luego del Encuentro Combativo Sindical que se llevó a cabo hace poco menos de un mes en el Estadio Atlanta y que convocó a una amplia variedad de las corrientes sindicales de los distintos sectores de la izquierda. Paradójicamente, desde este encuentro se llamó a la burocracia sindical a realizar este paro nacional.
En este contexto, y en un plano reflexivo, es necesario para toda la izquierda realizar una autocrítica para evitar que acciones directas con reivindicaciones históricas no queden ni ligadas ni opacadas por sectores cuyas intenciones son netamente políticas y poco han hecho por modificar las condiciones de vida de los trabajadores y de toda la sociedad argentina.