Por Mario Hernández. La semana pasada estuvo marcada por dos grandes huelgas: el paro docente en la provincia de Buenos Aires y la huelga bancaria. A meses del 2015, los gremios se adelantan a las paritarias. Las estrategias del Gobierno nacional y provinciales salen a flote.
La primer huelga se cumplió con una altísima adhesión durante martes y miércoles y también tuvo impacto en el sector privado. Los docentes pidieron la liquidación de un plus de fin de año y así como el adelanto de las paritarias 2015. Sobre esto, el pasado viernes el jefe de gabinete bonaerense, Alberto Pérez, anunció que el gobierno de Scioli convocará anticipadamente a los gremios estatales para la negociación paritaria de 2015.
Por su parte, la Asociación Bancaria convocó a un paro nacional para miércoles y jueves en reclamo de una “reparación” salarial para compensar “la pérdida del poder adquisitivo por la falta de actualización” del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias.
También los petroleros patagónicos habían convocado a un paro la semana anterior, pero levantaron la medida de fuerza luego que el Gobierno lograra que las empresas aceptasen pagar una compensación a los operarios por los descuentos que sufren mes a mes. No obstante el Ministerio de Trabajo advirtió que no homologará un acuerdo que involucre una cifra demasiado elevada. Mientras las empresas ofrecen un bono de 30 mil pesos en varios pagos, los gremios quieren una bonificación de 50 mil, como compensación por los descuentos que sufrirán en noviembre y diciembre por ganancias y una suma puente para enero, febrero y marzo a cuenta de la próxima paritaria.
El sur también existe
Como reflejo del malestar que se vive en el sur del país, donde según se desprende del relevamiento realizado por el Sindicato de Trabajadores Viales de Chubut (Sitravich) una familia tipo (matrimonio y dos hijos en edad escolar) que vive en Trelew o Rawson necesita 18.167 pesos para llegar a fin de mes, los gremios nucleados en las CGT de Chubut, Santa Cruz y Río Negro resolvieron lanzar una medida de fuerza para el viernes pasado con el objetivo de reclamar la eliminación del Impuesto a las Ganancias, que fue suspendida tras el llamado de las autoridades a una mesa de negociación. A la medida se sumarían los choferes de colectivos (UTA), portuarios (SUPA), empleados de comercio, trabajadores de la alimentación, Luz y Fuerza, y los maestros.
No es casual que el sur se haya convertido en un foco de conflicto. En la actualidad, la mayoría de los trabajadores patagónicos son alcanzados por Ganancias, ya que según los datos del INDEC el sueldo inicial promedio supera el mínimo no imponible de 15 mil pesos, piso que fue fijado el año pasado. Un ejemplo son los docentes que aunque parten de un básico más bajo que el de otras actividades, caen igual bajo la sombra del gravamen cuando cumplen dos turnos y poseen más de 5 años de antigüedad, lo que ocurre en la mayoría de los casos.
Sólo monedas para Educación
El reclamo resonó en las calles de Paraná, cuando los docentes nucleados en AGMER y AMET realizaron un paro el jueves 13 y se movilizaron a la sede de la gobernación.
Desde los gremios se destacó el acatamiento del 90 por ciento de la docencia a la medida, cuyo reclamo central fue la reapertura de paritarias, tal como se estipuló en la discusión de abril, ante un contexto de devaluación e inflación que castiga al salario y la vida de los trabajadores.
Las distintas seccionales departamentales y la conducción central de AGMER, recientemente reelecta, confluyeron en la consigna de luchar para que no sean los trabajadores quienes paguen los costos de la crisis económica. También se plantearon demandas contra la precarización laboral (plan FINES y Mejoras) y el deterioro estructural de las escuelas, algunas de ellas sin agua.
Sin embargo, el gobierno del precandidato Urribarri, se ha mostrado duro, con una línea profundamente antidemocrática a través de conciliaciones obligatorias, medidas de persecución y apriete, y finalmente este jueves anunció que descontará a los docentes el día de paro.
Movilizaciones en Rosario
Una muy importante cantidad de delegados de Amsafe Rosario y trabajadores de ATE marcharon el pasado jueves 6 hasta la Plaza San Martín para hacer oír el reclamo de un aumento de emergencia de 2 mil pesos. En el acto realizado en Plaza San Martín, María Elena Molina afirmó que el bono era un paliativo que no alcanzaba y que en las grandes empresas de la provincia de Santa Fe estaban las riquezas necesarias para pagar un aumento a todos los estatales.
Por su parte, los bancarios también sumaron sus reclamos a las calles rosarinas cuando dos multitudinarias movilizaciones iniciaron una jornada nacional de paro de 48 horas el miércoles pasado. La Asociación Bancaria reclamó un bono compensatorio por la pérdida salarial para fin de año, la modificación de las alícuotas y escalas del tributo de ganancias y una “reforma tributaria y financiera”. En oposición a lo que promueve la conducción de La Bancaria, que es reformar el impuesto actual, muchos delegados y trabajadores pidieron eliminar este impuesto y gravar a los especuladores financieros, aumentar los impuestos a las empresas, a las entidades financieras y a quienes obtienen grandes fortunas. Es el caso de las entidades financieras que han obtenido ganancias millonarias como también ciertas prerrogativas por parte del Gobierno nacional, como la impunidad para no cumplir con los acuerdos firmados y el mantenimiento de leyes menemistas que avalan un gran fraude laboral como son las tercerizaciones.
Ante la escalada de conflictos, el Ejecutivo puso en marcha una estrategia que busca que las empresas se hagan cargo del costo económico de negociar sumas compensatorias para los trabajadores, al mismo tiempo advirtió que Nación no asistirá financieramente a las provincias que otorguen bonos de fin de año.
Un tiempo sin paz
Un tiempo de auge en la conflictividad laboral no le deja respiro al Gobierno nacional. De hecho, en las últimas horas más gremios se sumaron a la lista de los que amenazan con tomar medidas de fuerza. Luego que los camioneros se declararan en estado de alerta y movilización y este lunes fracasaran las gestiones con los gremios del transporte, el martes pasado hubo una reunión clave en el Ministerio de Trabajo, donde los petroleros se reunieron con las cámaras del sector. En caso de cerrarse un acuerdo será el primero de fin de año que incluye sumas no remunerativas y un alivio con respecto al Impuesto a las Ganancias, lo que determinará un piso para el resto de los gremios. Pero en caso de no haber un acuerdo, los petroleros definirán una protesta en Neuquén.
En el caso del transporte, la comitiva gremial estuvo encabezada por el jefe de los maquinistas de La Fraternidad y de la oficialista Unión General de Asociaciones Sindicales de Trabajadores del Transporte (UGATT), Omar Maturano y por el moyanista Juan Carlos Schmid, titular de Dragado y Balizamiento y de la opositora Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). También asistió un representante de los camioneros. El ministro de la cartera, Carlos Tomada, acompañado por la viceministro de Trabajo, Noemí Rial, escuchó los reclamos de los gremialistas y puso reparos al considerar “complejo” modificar las escalas del tributo. Además deslindó responsabilidades en los empresarios acerca del bono de fin de año, al sentenciar que “en ningún caso interviene ni intervendrá el ministerio” de Trabajo. En respuesta, los sindicatos del transporte acordaron reunirse hoy a las 10 en la sede de la UTA, donde definirán los pasos a seguir y podrían definir medidas de acción, tras retirarse de la reunión con una sensación de pesimismo.
En este sentido, el titular de la UTA, Roberto Fernández, señaló que “aguardamos que el Gobierno haga algo que no sea discriminatorio, atento que sabemos que algunas provincias ya decidieron otorgar el bono de fin de año al igual que algunas empresas”. Y advirtió: “Solamente esperamos respuestas porque no es posible que siempre sean los trabajadores los que paguen los platos rotos”.
En medio de la creciente presión sindical por el pago de una compensación de fin de año por inflación y los descuentos en Ganancias, el titular de la CGT oficial, Antonio Caló, reunirá el miércoles a la primera línea de la central para evaluar la posición de la entidad frente al complejo escenario laboral. Fuentes cegetistas mencionaron que la intención es aprovechar el encuentro, que se concretará en la sede de UPCN, para definir la estrategia con la que se buscará redoblar la presión sobre el Ejecutivo en reclamo de la excepción del medio aguinaldo de diciembre del pago Ganancias. Se trata de una medida que algunas versiones mencionan que el Gobierno tiene en estudio, pero cuya definición sigue sin resolverse.
Hoy también será el turno de la central obrera conducida por Micheli y la Coordinadora Sindical Clasista, que realizarán a las 16 horas una medida de fuerza, con movilización a la Plaza de Mayo por una serie de mejoras laborales, como el pago de un bono salarial de fin de año de cuatro mil pesos. La CTA exige además un Salario Mínimo, Vital y Móvil de 9 mil peso y aumento de emergencia para los jubilados y la excepción del Impuesto a las Ganancias sobre el medio aguinaldo de diciembre.
La cumbia del impuesto al salario
Todos los años se repite la misma historia cuando se acercan las paritarias. El Gobierno nacional utiliza como un chantaje el impuesto al salario para lograr un techo en el reclamo salarial y poner un tope al aumento de las asignaciones familiares y jubilaciones. ¿Cuáles son las salidas del movimiento obrero frente a lo que parece repetirse año a año? Parece necesario definir una proyección en la lucha gremial que integre a todas las centrales sindicales, así como también la discusión en asambleas que permita la participación de las bases. Los puntos en común una vez más parecen ser: la defensa del salario, fijar un piso común para todos los acuerdos que partan de un mínimo igual a la canasta familiar, la actualización de las asignaciones familiares, y dar por tierra el trabajo precarizado, entre los más significativos.