Por Manuel Soifer. León Rogani empezó, como casi todos, con el punk. Pero de a poco se fue volcando a una faceta acústica que explotó en su primer disco. Hoy, a punto de sacar dos LP´s en simultáneo, uno con El Hiperfulbo y otro solista, repasa su carrera el 7 de Septiembre en el Teatro del Viejo Mercado.
León Rogani, de lejos, no se parece en nada al mismo que sobre el escenario explota con temas como “La Sudestada”, canción incluida en Desatamundos, primer disco de El Hiperfulbo disponible a partir de Diciembre de 2013. La imagen de este “hacedor de canciones”, tal y como se define, está mucho más cerca de melodías como las de “Las luces del Cañaveral”, de su primer disco solista El Amor en los tiempos del Call Center; incluso de “Una brújula”, de La Invención de la noche, su segundo LP como solista que verá la luz el 7 de septiembre, fecha en la que Rogani se presentará en el Teatro del Viejo Mercado (Lavalle 3177).
“No me considero a mi mismo músico, hay gente que estudia para esto. Me duele la cara decir que soy músico. Yo hago canciones, soy un hacedor de canciones, no otra cosa”, afirma el cantante de 26 años, autor de un puñado de temas que son la banda de sonido ideal para graficar amores y desengaños en épocas donde las cosas se expresan muchas veces pantalla de por medio.
Rogani empezó con la música a los 16, tocando en bandas de punk de la zona Sur del Gran Buenos Aires, aunque no hace tanto tiempo que tomó la decisión de apostar 100% a su carrera. “Desde que empecé de hacer canciones, no dejé. A los 23 años me planté en mi casa y les dije a mis viejos que la música era lo que me hacía feliz y que no esperen más de mi que hacer canciones”, declara.
Después de años forjando un camino como solista, León forma parte actualmente de dos bandas; Krupoviesa, un quinteto de “rock cabeza indie peronista”, como se define una de sus canciones disponibles en Bandcamp, que completan Pablo Segovia en guitarra, Felipe Musiera en batería, Satur en teclados y coros y Nico Lantos, bajista y cantante; y El Hiperfulbo, trío donde lo acompañan el Pola Huarte en batería y Juan Manuel Garrido en bajo. “No siento que haya un salto de solista a grupo. En el caso de El Hiperfulbo somos como una persona sola. Yo soy muy limitado técnicamente y ellos me entienden perfectamente a la hora de tocar”, asegura León.
El Amor en los tiempos del Call Center, su primer LP, se editó en agosto de 2011, y fue grabado en una casa, especie de Centro Cultural, que Rogani compartía con Dany Hokama, productor y bajista del disco, usando una consola y una computadora. “El disco se llama así porque un poco estamos como en un call center, conectados todo el tiempo con mil aparatitos y sin tener una comunicación real con el otro”. Las letras de Rogani están inspiradas en cosas que le sucedieron a León, historias que le contaron, películas e incluso libros. “La composición a veces es jugar con acordes y de repente una palabra cae justo y ya no la puedo mover. O puedo pasarme cinco horas tocando y no sale nada y a veces estoy en el Subte con algo en la cabeza y llego a casa, agarro la guitarra y sale una canción. Pero no soy un tipo de método”
Así como no tiene un método, de las charlas con León se desprende cierto rechazo a los estereotipos que la fauna rockera, generado por años de transitar muchos kilómetros recorridos en los circuitos del under porteño y del Gran Buenos Aires: “Hay mucha gente copada y que te ayuda, pero ese porcentaje es mucho menor de lo que uno supone”, asegura. Y concluye que muchos músicos “piensan que son mejores que vos, que les hacés un favor al tocar con ellos.”
León se considera un tipo “prejuicioso”, pero no musicalmente, lo que queda demostrado en cada una de sus presentaciones solistas donde no faltan, entre el rock y las baladas, sus versiones de temas de Rodrigo, o incluso alguna cumbia. “Vas aprendiendo en el camino, pero cuando ves a alguien que viene hace años y se cree Pomelo, te saca las ganas. Yo tengo bien claro quiénes son mis socios en el ámbito de la música, pero debo admitir que a priori soy escéptico cuando conozco gente nueva.”
A pesar de ese escepticismo declarado, León está siempre dispuesto a intercambiar opiniones, conceptos y sobre todo música. En su cuenta de Twitter, @leonrogani, suele intercambiar con todo aquel que lo contacta y las redes sociales, opina, juegan un rol fundamental a la hora de dar a conocer lo que los nuevos artistas hacen. “Así como hay más oportunidades, Internet influye porque hay tanta oferta que la concentración del público se complica más; antes todo era para los que tenían plata y hoy hay medios alternativos y abre el juego de la música”. Pero ese mismo libre acceso, reflexiona, puede ser también contraproducente. “Hoy hay tanta oferta que para el público es más complicado. Para que algo te guste tiene que tocarte una fibra, algo. Sino escuchás cinco minutos y pasa”.
En una época en la que las grandes bandas se toman varios años entre cada disco y los recitales quedan muchas veces relegados al marco de festivales sin identidad, León Rogani presenta tres discos en una sola noche, acompañado de amigos con los cuales comparte un lenguaje que excede lo musical y define un estilo particular donde las emociones, esta vez, son cara a cara.