Por Santiago Mayor. Animales Sueltos, el programa que conduce Alejandro Fantino en las noches de América se ha convertido en una tribuna fundamental para los políticos de cara a las elecciones legislativas de 2013. Un nuevo formato de entrevista y una nueva imagen de los políticos.
Probablemente Alejandro Fantino se haya convertido en el mejor conductor de la televisión argentina después de Marcelo Tinelli quien además este año ha optado por ausentarse de la tv. La versatilidad para entrevistar con igual interés y profundidad a una vedette, un futbolista, una actriz o un político ha puesto a Fantino en los primeros lugares de la pantalla.
Sin ir más lejos su programa Animales Sueltos, que se transmite por canal América de lunes a viernes poco antes de la medianoche, se ha convertido en la vitrina que han elegido varios políticos de cara a las elecciones legislativas de este año. Sergio Massa, el candidato del Frente Renovador en la Provincia de Buenos Aires, eligió ese programa para dar una entrevista en profundidad por primera vez en más de un año. Casi al instante, el kirchnerismo (que tiene una fuerte disputa con el intendente de Tigre en la provincia) llevó a su candidato, Martín Insaurralde, a la misma vidriera.
Una nueva forma de entrevistar
Alejado de la forma estructurada de los programas políticos, Alejandro Fantino logró concretar una forma de hacer entrevistas que abarca a todos los públicos. Desde que hacía Mar de Fondo en TyC Sports que fue mejorando y puliendo esa técnica hasta llegar al día de hoy.
Fantino pregunta todo, casi con ingenuidad, poniéndose en el lugar de la persona que no sabe o no entiende nada sobre el personaje que está en frente. Desde la infancia del entrevistado, sus gustos personales y luego, siempre, llega a lo puntual y específico de la vida de esa persona. Esta técnica de ir de la historia de vida (lo general) a lo que hace que la persona entrevistada se destaque (lo particular) permite, sobre todo en los políticos, generar un acercamiento con el público que otros programas de radio y televisión no logran.
El mismo Fantino reconoció hace años, en una entrevista en Página 12, que esto es intencional: “Yo sé más de los entrevistados que lo que ellos mismos saben de sí mismos, porque me informo por otros medios. Juego a hacerme el mal informado, aun a riesgo de que parezca que no sé nada. Tengo que partir desde la base de que no todo el mundo conoce la vida de cada entrevistado”.
En este punto es dónde el periodista santafecino les pasa el trapo a otros. Ni Lanata, ni Bonelli, ni Sandra Russo, ni Orlando Barone pueden lograr eso. Cualquier figura política que vaya a ser entrevistada por estos periodistas ya sabe a qué va y también lo sabe el público. Un kirchnerista entrevistado en TN sabe que va a ser atacado y que su tarea será ir a defenderse, a pelearse con el periodista que ya está preparado para echarle en cara los defectos del gobierno. Lo mismo sucede a la inversa. Aunque los medios oficialistas no opten muy seguido por entrevistar políticos opositores y prefieran atacarlos evitando el mano a mano.
“A mí me molesta cuando el entrevistador quiere demostrar una y otra vez que es tanto o más culto que el entrevistado, porque la entrevista pasa a ser una lucha de egos”, agrega Fantino en la nota mencionada anteriormente. Y sin dudas remata: “No me gusta excluir a ningún sector. Y esto no es ser nivelador para abajo. Los tipos más valiosos son aquellos que pueden bajar al llano cuestiones complejas. Yo tengo que hacerme el boludo, como que no sé muchas cosas, para darle la oportunidad al entrevistado de contar un aspecto de su vida, y al público de conocer una faceta interesante”.
El político de la gestión, de la gente
Nada es casualidad. Este perfil de periodista que entrevista desde el llano (un llano muy diferente al de Joaquín Morales Solá), va muy bien con una nueva imagen que algunos políticos quieren mostrar de sí mismos.
La idea de que la política es cuestión de gestionar bien y “escuchar a la gente” es una estrategia que viene utilizando la derecha en toda América Latina. Los políticos se presentan como “gente común” cercana a la población y aggiornan su discurso de acuerdo a la elección. El caso más paradigmático en América Latina es el de Henrique Capriles en Venezuela quién en las últimas elecciones, entre otras cosas, decía defender los logros del chavismo cuando había participado activamente del golpe de Estado contra Chávez en 2002.
Mauricio Macri fue quién comenzó a desarrollar ese perfil en Argentina, pero el que mejor está explotándolo actualmente es Sergio Massa. De ahí que una entrevista como la de Fantino le parezca el lugar ideal para reaparecer en público a un candidato de estas características. Pero ¡ojo! Con esto no se está planteando que el conductor de Animales Sueltos no haga preguntas “picantes”. Sin ir más lejos le preguntó directamente si pensaba ser candidato a presidente en 2015.
Lo que sienta bien de las entrevistas de Fantino es el carácter distendido dónde entrevistador y entrevistado se tutean y generan una “confianza” casi amistosa. Así Massa, que era interpelado por Fantino como “Sergio” podía comenzar sus respuestas con un “Ale” y evadir algunas preguntas complicadas apelando a la intimidad de la entrevista.
En el mismo sentido, aunque con la imposibilidad de romper del todo con el perfil confrontativo y más cargado ideológicamente del kirchnerismo, Insaurralde se presentó en el programa de América.
La entrevista comenzó por la lucha contra el cáncer que dio el intendente de Lomas de Zamora. Esa imagen de hombre que enfrentó la adversidad también busca explotar el perfil de cercanía a “la gente”. Lo mismo cuando se resaltan sus logros de gestión al frente del municipio del sur del conurbano. Y no se puede dejar de mencionar que se encuentra acompañado en casi todos sus actos por el paladín de que “con buenas ideas, con optimismo, hablando con la gente” se consiguen logros en política: Daniel Scioli.
Massa obligó al kirchnerismo a competir en un terreno difícil. Un hombre que no confronta directamente ni recurre a la bajeza discursiva (aunque quizás efectiva) del “Ella o vos”. Por eso desde la vereda de enfrente intentan ahora también disputar ese perfil.
Un político que no polariza combina muy bien con un periodista que se aleja de la polarización mediática. Fantino no trabaja para “la Corpo” ni para “los medios k”. Él es, por ahora, un tipo normal que pregunta lo que muchos del otro lado de la pantalla también quisieran.
Fantino no “quiere preguntar”. Pregunta.
@SantiMayor