En las elecciones municipales desarrolladas el pasado fin de semana en más de 900 comunas italianas, se dio el primer paso para el entierro del ‘berlusconismo’. Bien el centro-izquierda. La sorpresa: el cómico Beppe Grillo.
Entre el domingo y lunes pasados se celebraron en Italia las elecciones municipales en más de 900 localidades. Fueron los primeros comicios luego de la caída del gobierno de Silvio Berlusconi, y la llegada al poder de los ‘técnicos’ comandados por Mario Monti. Hubo mucha expectativa previa, por tratarse de la primera prueba electoral luego de la recomposición de los partidos tras la crisis institucional desatada por el mal pasar económico que vive el país. Y de esa manera se expresaron los votantes.
Todos los partidos que formaban la coalición de gobierno guiada por Berlusconi -Popolo della Libertá (PDL), Lega Nord y centristas- recibieron una importante derrota en las urnas. En la gran mayoría de los casos, se rompió el bipartidismo que se había instalado en Italia en -por lo menos- los últimos diez años, y que veía alternarse en el poder centro-derecha y centro-izquierda. El PDL, no logró ingresar siquiera a los ballottage de la gran mayoría de las ciudades, y de las localidades más pobladas, sólo consiguió ganar tres (Lecce, Gorizia y Catanzaro). El partido del ex primer ministro cayó a pique junto con la imagen de su líder, que sin embargo minimizó la derrota afirmando que “los resultados son mejores de los que nos esperábamos”. Teniendo en cuenta los estrepitosos resultados que había logrado su partido en 2007, las palabras de Berlusconi parecen confirmar la debacle en la que cayó el centro-derecha luego de su salida del gobierno.
El Partido Democrático (PD), principal opositor al PDL en los últimos años, hoy festeja los resultados de una buena elección en todo el país. Logró colocarse en los ballottage de las principales ciudades y roer el poder acumulado en los últimos diez años por el partido de Berlusconi. Sin embargo, en muchas jurisdicciones el centro-izquierda se presentó por separado dejando entrever, en lo local, la falta de un claro liderazgo a nivel nacional.
Quienes sufren una gran crisis política son los representantes de la Liga Norte, partido que acaba de perder a su principal líder, Umberto Bossi, a causa de un escándalo de corrupción que le costó su solidez en el norte italiano. Sólo lograron retener la alcaldía de Verona, pero gracias a la candidatura de Flavio Tosi, opositor a la conducción actual de su partido.
Datos poco cómicos
Sin embargo, los dos datos más importantes de las elecciones, son justamente los que ponen un manto de duda sobre la estrategia de los partidos tradicionales. En primer lugar el abstencionismo. En un país donde el voto no es obligatorio, pero con un promedio de afluencia superior al 80%, que sólo dos tercios de los votantes se hayan acercado a las urnas es tomado como una señal de alarma. La crisis institucional que llevó a la caída de Berlusconi fomentó un fuerte descrédito hacia el sistema político italiano, al punto de que en los últimos meses todos los medios apuntaron hacia los ‘privilegios de la casta’, para poner en tela de juicio la labor de políticos y representantes del estado. A esto, se le suma lo que en Europa se conoce como ‘antipolítica’, es decir la desconfianza generalizada hacia el establishment europeo, que incluye banqueros, políticos, empresarios y técnicos.
Justamente del rechazo a la ‘casta’ y de la ola ‘antipolítica’ surgió la segunda gran sorpresa de las últimas elecciones. El Movimiento 5 Estrellas, creado por el conocido cómico genovés Bebbe Grillo, hizo una muy buena performance, llegando a disputar en ballottage algunas de las grandes ciudades. Hace varios años el actor fue expulsado de todos los programas televisivos y apostó por armar una red de listas cívicas en diferentes ciudades basadas en el apoyo a las ideas de construcción política que comenzó a utilizar en sus espectáculos teatrales. Apoyándose en la indignación hacia ‘la casta’ -principal blanco de su humor- y en la denuncia de la corrupción de políticos y empresas, Grillo fundó su movimiento con el objetivo de ‘renovar’ la política italiana. Su blog se convirtió en el más leído de Italia, y desde ahí fue construyendo, a partir del 2000, un agrupamiento que lo llevó del humor ácido a ser una suerte de predicador líder capaz de ganarle en las urnas a ese mismo sistema que vapuleaba con su comicidad desde los años ’80.
La otra cara de la indignación, más organizada y más histórica, estuvo representada por algunos movimientos sociales que apoyaron decididamente ciertas candidaturas. Es el caso de la localidad de Avigliana, donde Angelo Patrizio, candidato del movimiento que desde hace meses lleva adelante una cruenta lucha por evitar la construcción del Tren de Alta Velocidad (TAV) que une Turín con la ciudad francesa de Lion, logró ganar ante la coalición formada por PD y PDL, ambos a favor del TAV.
Como ocurrió en Francia el domingo, todos parecen coincidir con que el ganador de las elecciones italianas ha sido el rechazo a las políticas que los gobernantes europeos esgrimen para paliar la crisis. En este primer ensayo electoral, el descontento triunfó en una clara señal hacía la clase dirigente, de cara a las elecciones generales del año que viene.