Ayer se reunió la CGT que conduce Antonio Caló y dejó un mensaje claro: un rechazo a los techos en paritarias y un reclamo para combatir la inflación.
El delicado equilibrio de la CGT oficialista resulta cada vez más inestable. La reunión ayer en el sindicato de Luz y Fuerza no permitió llegar a acuerdos y los representantes sindicales reunirán el próximo viernes al Consejo Directivo para intentar avanzar en definiciones.
Uno de los puntos en debate tiene que ver con qué medidas tomar como Central frente al debate de las paritarias y a la falta de respuestas del Gobierno a los reclamos planteados.
Si bien en la CGT evitan hablar de medidas de fuerza y aclaran que siguen “siendo parte del proyecto nacional por ser parte del Gobierno”, el objetivo es convocar a un plenario de secretarios generales en un mes para evaluar los pasos a seguir.
Una de las mayores críticas realizadas por el secretario general de la central sindical, Antonio Caló fue el crecimiento de la inflación. “Los salarios van por la escalera y los precios por el ascensor, de una vez por todas tenemos que tratar de buscar quiénes son los formadores de precios y sentarnos y hacer una política de Estado”, afirmó.
Con respecto a una posible reunificación con la CGT que conduce Hugo Moyano, Caló fue muy cuidadoso: dijo que no está “ni a favor ni en contra”. Más temprano Omar Viviani, titular del sindicato de peones de taxis, aseguró que si los dirigentes de ambas CGT acercan sus posiciones, él estará “sentado a esa mesa” de diálogo.
Aún manteniendo el equilibrio y sin ser explícitamente críticos hacia el gobierno, las críticas se hicieron sentir. Además de la inflación, la mesa chica de la CGT también criticó e hizo planteamientos sobre el congelamiento de precios, la suba del mínimo no imponible, las obras sociales y las asignaciones familiares.
Daer, vocero de la CGT y titular del gremio de Sanidad insistió con la mayor preocupación que tienen los sindicatos hoy y reiteró que no va a “permitir” que “se impongan techos a las paritarias”.