La Foxconn Technology Group, empresa que fabrica aparatos tecnológicos para Apple, Microsoft, Hewlett & Packard y Dell, debió reconocer que para sostener los ritmos de producción debió esclavizar a miles de trabajadores. Los sucesores de ‘San Jobs’ ya sacan cuentas de lo que les va a costar.
A sólo 6 meses de la muerte del creador de Apple, Steve Jobs, la empresa de tecnología más importante del mundo se encuentra ante el problema de tener que repensar su producción. Todo a raíz de la admisión por parte de la empresa china Foxconn Technology Group, que fabrica aparatos para el sello de la manzanita, de haber mantenido en condiciones infrahumanas a miles de trabajadores en sus talleres.
Cuando Apple se enteró de que el New York Times estaba preparando una investigación al respecto, pidió a la Fair Labor Association, una ONG internacional dedicada al fortalecimiento de los derechos laborales en el mundo, que comenzara una serie de averiguaciones que culminaron en un informe escalofriante. Allí se relatan más de 50 violaciones a las leyes laborales y se da cuenta de la responsabilidad de la empresa en una serie de accidentes fatales. El último, una explosión en el sector de fabricación exclusiva de productos Apple, había causado la muerte de 4 obreros y dejado a más de 70 heridos. En 2010, catorce trabajadores se suicidaron durante una protesta contra los bajos salarios en la planta de Shenzhen y otros 300 amenazaron con un suicidio colectivo para obtener una reducción de las horas de trabajo en Wuhan. La respuesta de la empresa en ese entonces fue que si no estaban contentos se fueran y retiraran sus liquidaciones. Si no, que siguieran trabajando en las mismas condiciones. Luego de la renuncia masiva, los trabajadores aún siguen esperando la indemnización.
Sin embargo, la expansión de la noticia obligó a Apple a tomar cartas en el asunto. Su flamante director, Tim Cook, sucesor de Steve Jobs, viajó a China la semana pasada y aseguró que “las inspecciones ahora en curso no tienen precedentes en la industria electrónica, tanto por su escala como por su alcance”. En referencia a las denuncias de trabajo esclavo en Foxconn, Cook defendió la posición de su empresa y prometió avanzar en las investigaciones. “Creemos que los trabajadores de todo el mundo tienen derecho a un entorno de trabajo seguro y justo”, afirmó el empresario. “Por eso hemos pedido a la FLA que evalúe de manera independiente el comportamiento de nuestros principales proveedores”.
De esta manera, Foxconn deberá sumar unos 10.000 empleados, además de los 120.000 que ya trabajan en la planta de la provincia central de Hebei. Además, el presidente de la empresa prometió aumentar los salarios y disminuir la carga horaria. Estas nuevas reformas -catalogadas por algunos medios liberales anglosajones como ‘segunda revolución china’-, en realidad costarán una fortuna para las empresas contratistas. Una de las fortalezas que hicieron de Apple la empresa ‘más confiable en el mundo’ –según una investigación de la consultora norteamericana Harris Interactive- y una de las más rentables del planeta fue justamente su capacidad de inundar rápidamente el mercado con aparatos tecnológicos de última generación y a precios módicos para la clase media de los países centrales. En los últimos siete años, los márgenes de ganancia de la firma aumentaron desde el 12 al 31% y eso gracias a la rapidez y puntualidad de empresas como Foxconn. La conquista de mejores condiciones laborales por parte de los trabajadores repercutirá directamente en esas exorbitantes ganancias y la decisión acerca de dónde amortiguar la pérdida le tocará justamente al señor Cook. “Las multinacionales que vienen a operar aquí deben hacerse cargo de nuestros problemas”, le reprochó a Apple el gobierno chino tras la denuncia, aunque nada dijo sobre cómo ellos mismos han ‘dejado escapar’ una situación tan grave. El presidente de Foxconn anunció una reparación monetaria a los más de un millón de obreros involucrados y reformas laborales, pero también advirtió que muy poco cambiará hasta el verano de 2013.
No es la primera vez que Apple debe enfrentarse a situaciones de esclavitud en sus plantas de ensamble. La Fair Labor Association ya había informado que sólo el 38% de sus proveedores cumplía con la condición de mantener una semana laboral de 60 horas. En China, donde se ensamblan el iPhone, el iPod y algunos modelos de tablet, la empresa mantiene una posición dominante en el mercado de teléfonos gracias a los acuerdo sellados con China Telecom y China Unicom y está a punto de sellar un a nueva alianza con el principal operador del país, China Mobile. Pero tampoco se trata de la única multinacional en problemas por el trato a los trabajadores en sus plantas proveedoras. La poderosa Microsoft, ya había tenido que intervenir cuando un centenar de obreros amenazaron con un suicidio colectivo por los bajos salarios en una fábrica de ensamblaje de la Xbox. También en ese caso, la tercerizada era Foxconn, empresa taiwanesa, con una extensa red de plantas en China, que hoy es el mayor fabricante subcontratado del mundo y el principal socio de las grandes multinacionales tecnológicas.