Por Leandro Vila. Pese a que no ocupan cargos jerárquicos en el Comité Ejecutivo, el manejo cotidiano de la AFA se basa en una estructura conformada por José Luis Meiszner, ex presidente de Quilmes, Rubén Raposo (Lanús) y Jorge Domínguez (ex titular de Gimnasia La Plata).
Una máxima en política indica que los líderes rara vez resignan espacios de poder. Julio Grondona, el eterno caudillo de la Asociación del Fútbol Argentino, es uno de ellos y no escapa a dicha lógica. Ni siquiera sus problemas de salud y sus ya habituales internaciones llevan a don Julio a pensar en construir una gestión con mayor participación de los dirigentes de los clubes.
A contramano del razonamiento esgrimido por periodistas e hinchas, el manejo de la AFA no pasa por los cargos jerárquicos del Comité Ejecutivo, sino por una estructura de ex dirigentes, que, en la mayoría de los casos, se alejaron de mala manera de sus clubes. Ellos son el ex presidente de Quilmes, José Luis Meiszner, quien es el actual Secretario Ejecutivo de presidencia y flamante hombre fuerte de la Confederación Sudamericana de Fútbol. Rubén Raposo, ex dirigente de Lanús, quien ejerce el cargo de Secretario Financiero. Y Jorge Domínguez, titular de Gimnasia y Esgrima de La Plata entre 1998 y 2004, quien se aboca a los asuntos económicos.
Al no tener que lidiar con el día a día de sus respectivos clubes, los tres, junto con un grupo de dirigentes de cuadros del Ascenso, manejan los asuntos cotidianos del fútbol argentino.
El caso de Meiszner es el más paradigmático. Es el estratega y armador político del grondonismo. El hombre que sale a poner la cara cada vez que su jefe es cuestionado. Para trazar un paralelismo con el gobierno nacional se lo puede comparar con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Esta no es la única coincidencia que tiene con el flamante Senador Nacional. Ambos se conocen desde hace treinta años. Meiszner hasta fue funcionario bonaerense en tiempos en los que Aníbal ocupaba el ministerio de Trabajo durante la gobernación de Eduardo Duhalde. Su hijo, Andrés, es el Director del Registro Nacional de Armas, que está bajo la órbita del jefe de ministros.
A mediados de 2010, la fórmula Meiszner – Aníbal Fernández ganó las elecciones en el Quilmes Atlético Club. El primero manejaba los hilos de la institución, mientras que el segundo solo se limitaba a ser un hombre de consulta. Pero el descenso sufrido por el primer equipo, sumadas a las urgencias económicas, hicieron que la relación se resintiera. Con la excusa del inicio de la Copa América, Meiszner, quien ocupaba funciones en la organización del evento, se pidió licencia. Al poco tiempo renunció. ¿El motivo? Dos peces gordos, difícilmente, logren convivir en una estructura de poder. Y de ambos, el pez más gordo es Aníbal, quien ganó la pulseada y logró que su antiguo aliado renunciara. El ex funcionario duhaldista, devenido en kirchnerista, asumirá la presidencia del Cervecero el próximo 11 de diciembre.
Domínguez gobernó Gimnasia entre 1998 y 2004. Desde allí tejió una buena relación con don Julio, que lo convirtió en Tesorero de la AFA. Su gestión no dejó buenos recuerdos en La Plata. En el caso de Raposo, su salida de la dirigencia de Lanús no fue traumática. Sin embargo, los directivos granates aseguran que, luego de haberse enquistado en la burocracia afista, rara vez se lo volvió a ver por el sur. La última vez que Raposo estuvo en el centro de la escena ocurrió días después de que Grondona fuese consagrado nuevamente como presidente de la AFA. Roberto Bugallo, mandatario de All Boys, lo acusó públicamente de haberle retaceado a su club fondos pertenecientes al programa Fútbol Para Todos. Bugallo había sido uno de los principales promotores de la fallida precandidatura presidencial de Fernando Raffaini, el capo de Vélez. Pero, llamativamente, luego terminó votando a favor del ferretero de Sarandí.
El lugar común del periodismo deportivo indicaba que, a partir de octubre de este año, Grondona delegaría en otros dirigentes el manejo de la AFA. Hasta se habló de una estructura conformada por cinco presidentes, que serían Nicolás Russo (Lanús), Carlos Portell (Banfield), Luis Segura (Argentinos Juniors), Mario Contreras (Godoy Cruz) y Germán Lerche (Colón). Todos ellos, sobre todo los últimos cuatro, tienen influencia directa en el manejo de la Asociación, pero el poder real pasa por otro lado.