Por F. S*. Tras la fuga de 13 presos del Penal de Ezeiza, el director del Servicio Penitenciario Federal (SPF), Victor Hortel, renunció denunciando complicidad de los guardias.
En la noche del lunes, 13 presos se fugaron del penal de máxima seguridad de Ezeiza, el Complejo Penitenciario Federal nro I. Esto motivó al director del Servicio Penitenciario Federal (SPF), Victor Hortel, a presentar su renuncia indeclinable en una conferencia de prensa en la que acusó de complicidad a los guardias y autoridades del complejo, de los que separó de sus cargos a 19 de ellos.
Hortel dirige la fuerza desde 2011 y es recordado por el incidente mediático que vivió cuando la agrupación que dirige, Vatayón Militante, fue atacada por las actividades culturales y políticas que realizaban junto a personas privadas de su libertad. Insólitamente, los medios atribuyen responsabilidad por la fuga a las actividades del Vatayón.
En una fuga que el mismo Hortel calificó de cinematográfica, Leonardo Antonio Salto, Cristian David Espínola Cristaldo, Thiago Ximénez, Renato Dutra Pereira, Mario Enrique Bagnera, Manuel Alberto Freijo, Jonathan Paez, Luciano Javier Campo, Jose Armando Durán, Matías Nicolás Lago González, Luis Alberto López, Claudio Marcelo Pájaro Ortiz y Marcos Ezequiel Sánchez, escaparon cavando un boquete de 40 X 22 cm, 1 metro de profundidad y 3 de longitud desde la celda 22 del modulo III hasta el exterior. Luego recorrieron más de 70 metros y atravesaron 3 alambrados cortando los alambres o cavando un pozo y pasando por debajo. Dos de ellos fueron capturados pocas horas después en Cañuelas, el resto continúan prófugos.
Según denunció Hortel, los prófugos fueron ayudados por los guardias del penal. Fundamentó esa hipótesis en que las herramientas que utilizaron no son accesibles para los presos, las requisas no detectaron el boquete en la celda, los guardias que patrullan los techos no estaban en sus puestos ni tampoco quienes custodian los alambrados exteriores. El director de la unidad, el jefe del módulo del que se fugaron, cuatro jefes de requisa, cuatro jefes de turno y seis celadores, entre otros, fueron desplazados por Hortel, quién además presentó su renuncia indeclinable.
Los medios no tardaron en vincular la fuga con el escándalo mediático que involucró a la agrupación kirchnerista “Vatayón Militante” el año pasado. El mismo Hortel es referente de Vatayón y fue criticado duramente por los medios hegemónicos por las actividades culturales y políticas que realizaba la agrupación y que involucraban las salidas de los presos. En aquel entonces el ex baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez, fue visto en una actividad afuera del penal y esta situación fue criticada por la familia de Wanda Taddei, por cuyo asesinato Vázquez está preso.
Pero la vinculación no quedó en el recuerdo del incidente, sino que se le atribuye responsabilidad a la militancia de Hortel y su agrupación por la fuga. Según los multimedios, TN y Clarín por ejemplo, las actividades culturales y de esparcimiento del Vatayón Militante habrían ablandado las medidas de seguridad en el Complejo Penitenciario y generado las condiciones para la fuga.
Esta asociación es, además de ridícula, muy perjudicial para los derechos de las personas privadas de su libertad. Los medios hegemónicos suelen enfrentar los derechos de los presos con la seguridad dentro del penal. Seguridad perimetral, ya que nadie habla de la seguridad de las personas privadas de su libertad que son permanentemente víctimas de torturas sistemáticas y estructurales, cuando no asesinados por los mismos guardias penitenciarios o por encargo de estos.
Los jueces, temerosos de convertirse en noticia, terminan dejando de lado los derechos de los presos y de sus familiares en nombre de la seguridad y el orden. Deniegan salidas, visitas, desestiman denuncias, etc. Esta situación genera más violencia y no ahonda en el problema de fondo que son los entramados mafiosos que gobiernan el Sistema Penal en nuestro país. Parece claro que quienes se fugaron lo hicieron con complicidad de los guardias y no por las actividades culturales de una agrupación.
Una de las pocas cosas que cambiaron para mejor en las cárceles federales con la gestión de Victor Hortel ha sido la proliferación de actividades culturales y de esparcimiento como la formación de bandas de música, equipos de fútbol, murgas, celebraciones por distintas fechas, etc. Las actividades muchas veces involucraban gente de afuera yendo al penal, y en otras la salida de los presos al exterior, como por ejemplo para que el equipo de fútbol del penal juegue contra un equipo de afuera.
Estas actividades son un derecho de las personas privadas de su libertad y además son necesarias para que no pierdan todo vínculo con la sociedad a la que deberán volver. Si bien es cuestionable el favoritismo por una determinada participación partidaria a la hora de hacer efectivos los derechos que deberían ser para todos, las condiciones para realizar actividades dentro de las cárceles fueron mejores bajo la dirección de Hortel que en las anteriores gestiones.
El nuevo director del SPF, Alejandro Marambio, estuvo a cargo de la institución del 2007 al 2011. Fue el primer civil a cargo de la fuerza. Su gestión se caracterizó por los hechos de violencia, que se multiplicaron en las cárceles federales. Limitó el ingreso de organismos de DD.HH. y en 2010, cuando el Centro Universitario Devoto (C.U.D.) fue clausurado durante 4 meses por la supuesta comisión de un delito dentro, se negó a recibir a las autoridades de la Universidad de Buenos Aires. Antecedentes poco promisorios para la nueva gestión y muy acordes a la lógica interna del SPF.
* Francisco Soriano, abogado