Por María Paula García. Con la intención de comenzar a analizar en qué medida están presentes la perspectiva de género y los derechos de las mujeres en la campaña electoral, Marcha entrevistó a Lucía Martelotte, coordinadora del proyecto y del Área Política del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA).
Este equipo realizó en la última campaña electoral de 2011 un estudio que fue publicado como Proyecto Agenda de las mujeres: elecciones 2011, con el objetivo de identificar el modo en el que candidatos y candidatas incorporan y presentan en sus campañas los temas que afectan a los derechos de las mujeres.
En aquella ocasión, trabajaron con las campañas electorales de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires, tanto con las candidaturas a jefe de Gobierno como a la presidencia. El estudio se realizó a partir de la información primaria brindada por los equipos de campaña de los diferentes candidatos y candidatas. Fue complementada con datos secundarios, extraídos de las plataformas electorales de los partidos y de las páginas web, twitter y facebook.
– ¿Cuáles fueron los datos más relevantes que extrajeron a partir de la investigación?
Vimos que eran muy pocos los partidos políticos que incorporaban la perspectiva de género, que si lo hacían era de manera muy superficial y que había algunos ejes que estaban más presentes que otros. En las plataformas que tenían propuestas específicas con respecto a los derechos de las mujeres solían predominar temas como violencia de género y políticas de cuidado. Sobre éste último sólo acerca de los jardines maternales.
– ¿Qué ejes tuvieron en cuenta a la hora del análisis? ¿Qué es el “índice” de candidaturas sensibles al género?
En ese momento trabajamos cinco ejes. Los cuatro ejes que trabajamos en ELA (participación política, violencia, salud y trabajo en un sentido amplio, es decir, no sólo trabajo productivo sino también trabajo reproductivo y políticas de cuidado) y el acceso a la justicia que es un eje que abordamos de manera transversal. Para poder formar el índice abordamos este último como un eje específico de estudio.
Trabajamos con las que creemos son las grandes áreas a través de las cuales se puede ver si se incorpora o no la perspectiva de género. La idea fue hacer más concreto y visible qué es la perspectiva de género, que muchas veces suena abstracto y, muchas veces también, suena muy bonito. El índice nos permitió contar con un instrumento para poder medir dicha perspectiva. Nos fue muy útil para analizar hasta qué punto las plataformas electorales incorporan o no esta perspectiva y nos permitió ir comparando las distintas candidaturas.
– En la introducción del trabajo publicado afirman que “no todas las políticas cuyas destinatarias sean las mujeres pueden considerarse per se como políticas con perspectiva de género”, ¿cuál es la diferencia?
Nosotras creemos que hay políticas que se destinan a las mujeres pero que no siempre tienen como perspectiva la igualdad de género. Por ejemplo, en términos de cuidado, si bien es positivo que las licencias por maternidad se extiendan para que las madres puedan estar con los niños, creemos que una perspectiva de género debería estar destinada a ampliar no solamente las licencias para las mujeres sino también a los varones, por paternidad. De lo contrario caemos en lo que caen muchas veces la legislación, el Estado y las políticas públicas: reforzar el rol de la madre, de la mujer cuidadora y el mandato de la femineidad.
Las políticas con perspectiva de género son aquellas que buscan equiparar los derechos y que las mujeres estén en condiciones de igualdad con respecto a los varones.
- ¿Qué relación existe entre el aumento de participación política de las mujeres, que ha aumentado incluso con muchas mujeres en el poder, y la presencia de los derechos de las mujeres en las propuestas de gobierno?
No siempre un aumento en la participación política de las mujeres redunda en un aumento de sus derechos en las propuestas de gobierno. Nosotras estamos desde ya a favor de la ley de cupos, de que exista y se amplíe la participación de las mujeres, porque creemos que es una cuestión que ayuda a la existencia de una democracia más robusta y más igualitaria. Pero también somos conscientes de que tener un cuerpo de mujer no implica luchar por los derechos de las mujeres. Y lo hemos visto por ejemplo en el Congreso, a través de diputadas como Cynthia Hotton, que tenía una banca en el Congreso y no defendía los derechos de las mujeres. No hay que igualar mujer con derechos de las mujeres o perspectiva de género.
– Más allá de que en estas nuevas elecciones no estén realizando el mismo informe, ¿Qué observaciones generales hacen en esta campaña electoral? ¿Ven cambios o se mantiene la tendencia?
Por lo poco que hemos visto hasta el momento diría que estamos frente a una campaña bastante vacía de contenidos y de propuestas. En este marco, la tendencia sobre la perspectiva de género es muy similar a la del 2011. Las propuestas que tienen que ver con los derechos de las mujeres son escasísimas. Las pocas que hay van en la misma línea que en el 2011: preferentemente se tiene en cuenta la violencia contra las mujeres y las políticas de cuidado.
– ¿Qué sucede con el derecho al aborto en las campañas electorales?
La reivindicación del derecho al aborto no es uno de los temas estrella de las campañas electorales. Yo creo que es porque muchos candidatos y candidatas temen que sea un tema bastante espinoso y pueda restarles votos. En las plataformas nunca está como una propuesta, sino englobado dentro de los derechos sexuales y reproductivos, de lo que sí en general hay bastante y tiene que ver con las consejerías pre y pos aborto y el acceso a métodos anticonceptivos. Pero la discusión sobre la despenalización del aborto no suele estar en las campañas electorales.
Sí hay algunos cambios en estas elecciones: en general diferentes propuestas de la izquierda están planteando claramente el derecho al aborto.
– ¿Qué opinión te merece la afirmación de Victoria Montenegro en Página 12 acerca de que la despenalización del aborto “no es un tema de agenda en este momento político”?
Yo creo que sí, que es un tema que está en la agenda y que se está hablando mucho sobre despenalización del aborto. El tema es que no lo están planteando en su plataforma los partidos más importantes.
– ¿Qué limitaciones tiene una plataforma electoral que carece de una perspectiva de género?
La introducción de la perspectiva de género en una plataforma electoral y en una propuesta de gobierno no es un reclamo corporativo de las feministas. Muchos lo entienden así, y eso tiene que ver con cómo se entiende al feminismo.
Evidentemente una plataforma que no incorpora una perspectiva de género y no asume una perspectiva de derechos, es una plataforma bastante débil, restrictiva, que carece de una perspectiva por sobre la mitad de la sociedad, de los derechos y de las posibilidades de mejora. Repito, no es que contar con mujeres en una lista significa sí o sí tener una perspectiva de género. Aunque si no las hubiera te estarías perdiendo la riqueza que una sociedad puede tener a partir de contar con mujeres en los puestos de decisión.
– ¿Minimización de la cuestión de género o desconocimiento?
Hay de ambas partes. En algunos sectores es claramente desconocimiento y en otros la cuestión es no incorporarla, o incorporarla lo mínimo posible. Muchas veces se incorporan los elementos más del sentido común y que causan menos resistencia, por ejemplo el tema de la violencia contra las mujeres o el tema de cuidado. No pasa lo mismo con el aborto, que tiene que ver fundamentalmente con la capacidad de las mujeres de decidir sobre su propio cuerpo y de ganar autonomía.
Hay cuestiones, entonces, que son más favorables o más fáciles de incorporar en una plataforma política y en los partidos políticos en los que, como todos sabemos, hay más varones que mujeres o las mujeres ocupan otros lugares y no los de decisión fundamentalmente. Las resistencias a incorporar la perspectiva de género siguen existiendo.