Militantes de La Cámpora y ruralistas se trenzaron ayer durante la votación de la ley de reforma impositiva impulsada por el sciolismo en la provincia de Buenos Aires. Intereses agropecuarios de un lado, interna kirchnerista del otro.
Se los esperaba desde las diez de la mañana, y finalmente arribaron a La Plata un centenar de productores rurales de toda la provincia de Buenos Aires enrolados en la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), la Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Federación Agraria Argentina (FAA). La movilización formaba parte de una serie de iniciativas lanzadas por las tres entidades en la semana, entre las que se cuenta un cese de comercialización de granos y hacienda que comenzó a partir de las 00hs del jueves, para protestar contra la reforma impositiva que impulsa el gobernador Daniel Scioli en la provincia.
Según los ruralistas, esta ley “propone incrementar el impuesto inmobiliario rural de manera exorbitante, sumado a un desmesurado revalúo fiscal alejado de la realidad productiva, con consecuencias directas en fuertes incrementos de cargas tributarias nacionales”. Esto sería, según las organizaciones del campo, “resultado de una imposición del gobierno bonaerense, llevada adelante sin atender reclamos y propuestas concretas alcanzadas por las entidades para resolver la grave crisis financiera por la que atraviesa la provincia, que no impidan el normal funcionamiento de la actividad productiva”.
El cuestionado proyecto efectivamente propone el revalúo fiscal de los campos y la suba del inmobiliario para los productores rurales, entre otras cosas. También habilita a los municipios a cobrar impuesto por el uso del espectro radiofónico por parte de las compañías telefónicas, y extingue la exención impositiva para cooperativas, empresas telefónicas y de TV por cable. Aumenta el impuesto a los ingresos brutos y a los sellos, y modifica el límite de endeudamiento provincial, llevándolo a 2.200 millones de pesos, fondos que una vez recuperados serían reinvertidos por las comunas.
El debate debía desarrollarse sobre tablas en ambas cámaras, debiendo el sciolismo conseguir una mayoría de dos tercios de la legislatura para aprobar el proyecto. En su primer paso por diputados, los ruralistas del interior bonaerense fueron recibidos con las puertas cerradas. Luego de forzar el portón lograron entrar al edificio de la calle 53, donde acompañaron con bombas de estruendo y abucheos la media sanción de la cámara. De allí, se pasó al senado, donde en lugar de la policía, los manifestantes se encontraron con un cordón de La Cámpora que les impedía ingresar al recinto. Marcha peronista de un lado, himno nacional del otro, los dos grupos terminaron en una gresca que duró varios minutos, y que salvo algún herido leve, no pasó a mayores.
La policía bonaerense había sido retirada de la legislatura bonaerense luego de un episodio protagonizado por la misma Cámpora durante la apertura del año legislativo. En esa ocasión, efectivos policiales reprimieron a los militantes que habían atiborrado los balcones del recinto, hecho que motivó la decisión del vice gobernador Gabriel Mariotto de eliminar la presencia policial en el lugar.
Luego de los ‘incidentes’ -sin duda magnificados por los medios nacionales y locales-, el sciolismo recibió un gran revés al no contar con el número de senadores necesarios para aprobar el proyecto, que será tratado la semana que viene “con o sin despacho”, pero sin la obligación de juntar una mayoría amplia para su aprobación.
El proyecto, fuertemente querido por los intendentes oficialistas a causa de la pérdida de 920 millones de pesos de coparticipación nacional que dejaron de recibir, podría generar unos 2.685 millones de pesos en los próximos dos años para paliar las necesidades provinciales. Allí el sciolismo intenta engordar las cajas de la provincia, especialmente ante los fuertes reclamos que vienen de los municipios, pero también de sectores sociales que están al borde de la quiebra. Un ejemplo de ello es la movilización permanente que protagonizan desde hace meses en La Plata hogares, centros de día e instituciones dedicadas a la niñez y adolescencia de toda la provincia para no desaparecer.
La oposición férrea a este proyecto viene de los sectores que responden justamente a los intereses agropecuarios en la provincia, aunque en los últimos años hayan logrado una rentabilidad mucho más que aceptable. Por el otro lado, llama la atención la alianza entre el gobernador y su vice, abiertamente enfrentados, y especialmente el involucramiento de La Cámpora -a las ordenes de Mariotto- en defensa de una iniciativa sciolista. Sin embargo, el gobernador ya tiene pensada su contraofensiva: la semana pasada lanzó la “Juan Domingo”, alternativa sciolista a la Cámpora en la provincia. Un revival del conflicto de 2008 a partir del cual las organizaciones agropecuarias intentan recobrar el protagonismo perdido y el kircnerismo cierra sus filas a pesar de las internas.