Desde Tandil. Tres militares y dos civiles son juzgados, acusados del secuestro, tortura y asesinato del abogado de los trabajadores de Loma Negra durante la última dictadura militar.
El último jueves se inició en Tandil el juicio por el asesinato del abogado laboralista Carlos Alberto Moreno, ocurrido durante la última dictadura militar. El Tribunal en lo Criminal Oral de Mar del Plata se constituyó en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN) para juzgar a tres militares y dos civiles acusados de participar en el secuestro, tortura y asesinato del abogado de los trabajadores de AOMA (Asociación de Obreros Mineros Argentinos) en Olavarría y la zona.
A mediados de la década del 70′, Carlos Alberto “el Negro” Moreno, junto al Dr. Gubitossi, habían iniciado una causa judicial contra la empresa Loma Negra demostrando que los trabajos en la embolsadora generaban silicosis en los obreros. A causa de esta enfermedad, el 95% de los trabajadores no llegaban a jubilarse. Si esta causa hubiese prosperado la empresa habría estado obligada a pagar indemnizaciones, recortar las horas de trabajo y modificar las condiciones de higiene y seguridad.
La noche del 29 de abril de 1977, Moreno fue secuestrado cerca de su casa de Olavarría y trasladado a una quinta en Tandil, donde fue torturado y asesinado. Su cuerpo fue entregado a los familiares en la ciudad de La Plata, en lo que fue un accionar conjunto entre las fuerzas militares, policiales y las complicidades civiles. La “Quinta de los Méndez”, lugar que funcionó como centro de detención clandestino, era propiedad de Julio y Emilio Méndez, los dos civiles imputados en la causa. Ambos hermanos tuvieron una notoria participación pública en diferentes ámbitos de la sociedad tandilense. Emilio Méndez estuvo relacionado al poder económico regional, fue gerente del Banco Comercial e integrante de la Dirección de la Usina Popular de Tandil.
Hay dos características que otorgan una relevancia particular a este juicio. Por un lado, es el primer caso en el que son imputados como partícipes necesarios miembros de la sociedad civil. Por otro, este juicio sienta un precedente para investigaciones relacionadas con los entramados cívicos-militares durante la última dictadura en todo el interior del país y, en particular, en el circuito del centro de la Provincia de Buenos Aires.
Las actividades en el marco del juicio, organizadas por la “Multisectorial Memoria, Verdad, Justicia y Alegría, comenzaron en Olavarría el domingo 5 con “La Caravana de la Memoria” que incluyó una marcha por la ciudad y un festival en el Parque Mitre, en el que participó el grupo musical “Arbolito”.
El 9 de Febrero en Tandil hubo una importante movilización para asistir a la constitución del Tribunal. Por la tarde se desarrollaron diversas actividades culturales organizadas por la Multisectorial, donde participaron muralistas, actores, murgas y bandas locales. En el cierre se leyó un documento elaborado por los organizadores, para luego dar comienzo al recital de Bersuit Vergarabat, con el que culminó la jornada. De esta primera audiencia, se destaca la decisión del Tribunal de despojar a los militares del privilegio de prisión domiciliaria y de otorgar prisión preventiva a los dos civiles que se encontraban en libertad; por lo cual, todos los imputados permanecerán en cárcel común durante el desarrollo del juicio.
El viernes pasado continuó el juicio con la declaración de familiares directos y amigos del “Negro”. La primera en declarar fue la esposa de Moreno, Susana Lofeudo, que luego de comentar las experiencias vividas de recién casados y los sufrimientos padecidos desde la desaparición, explicó las razones del secuestro: “Era más barato matar al negro que arreglar el problema de la silicosis (…) Gente inteligente. Jóvenes brillantes. Era más barato”. Al referirse a la aparición del cuerpo, Susana reflexionó: “Dicen que fui una afortunada… no sé si se llama afortunada eso”.
Héctor Alfredo Moreno remarcó lo que significó para la familia la muerte de Carlos: “Mi familia se fue muriendo con mi hermano”. Luego de renegar de que “no le dieron tiempo para defenderse”, recordó las palabras de su hermano: “Voy a ser el abogado defensor de la gente de menos recursos, de la gente humilde, como papá”.
Matías Moreno, hijo mayor del abogado, enfatizó que la empresa fue beneficiada económicamente durante la dictadura y dijo: “Loma Negra y algunas empresas del sector tuvieron una responsabilidad grande en el secuestro y asesinato de mi padre”.
Antes de finalizar su declaración, se dirigió a los asesinos diciendo: “esa noche del 29 de abril se llevaron a un padre, se llevaron un hermano, se llevaron a un hijo, se llevaron a un amigo pero lo único que ni pudieron llevar o sacarme es el orgullo de haber tenido el padre que tuve”.
Casos como el de Moreno y los trabajadores de Mercedes Benz señalan que es necesario profundizar las investigaciones sobre la responsabilidad de los sectores empresariales, beneficiados por la política económica implantada durante la dictadura, en la desaparición de numerosos trabajadores.