La falta de suministro eléctrico se venía anunciando desde hace unos días. Ayer, sin embargo, convirtió a las calles porteñas en una verdadera procesión: las líneas de subtes no prestaban servicio, dejaron de funcionar los semáforos y el Ferrocarril Mitre operó con demoras y cancelaciones. Hasta los celulares se pararon en un día que pareció proyectarse a lo Hollywood.
El calor llegó con malas noticias para los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires y parte del conurbano bonaerense. A las 17.55 de la tarde del miércoles, el subte de la línea B se detuvo sin más en una absoluta oscuridad. Segundos después, la voz que salía del altoparlante anunciaba la interrupción de la línea debido a “un corte de energía general en gran parte de la Ciudad” que implicaría la suspensión de todas las líneas de subte, trenes y semáforos. Era el anuncio preliminar de un día caótico.
Desde la zona sur hasta la zona norte de la Ciudad, parte de los barrios se quedaron sin luz. En hora pico, el microcentro era una procesión de almas en pena en busca de una vía de transporte que los llevara de regreso a casa, donde probablemente tampoco habría luz. Pero no sólo los medios de transporte colapsaron ante el corte energético, sino también los celulares que estuvieron por al menos unos minutos sin señal.
Ante el incremento de la demanda de energía que trajo la anticipada llegada del verano, en los días previos también se sufrieron cortes en el suministro energético en el Conurbano y algunos barrios de la Capital Federal como Colegiales, Villa Crespo, Almagro, Caballito, Lugano, Parque Chacabuco, Nuñez, Barracas, Once, Belgrano, entre otros. “La red está funcionando bien, no hay barrios puntuales donde falte luz, son casos aislados”, había declarado Edenor ante los cortes de esta semana, “hemos hecho inversiones para pasar estas situaciones” agregó.
El pintoresco escenario del centro porteño incluía bocinas, rostros acalorados, hormigas que salían desde las oscuras bocas de subte, desde los interminables pasillos de los edificios. Esta escena se completó cuando en algunas esquinas de la zona centrica, sectores que convocaban en la vía pública a la marcha del 8N, entre ello, miembros del espacio del PRO Capital, utilizaron el caótico fin del día como propaganda.
Mientras con una sonrisa de oreja a oreja entregaban banderas de Argentina a los transeúntes desde una mesa ubicada en Av. Santa Fé y Callao, con la consigna “El 8N vayamos con una sola bandera, la Argentina” voceaban argumentos tales como la “sufrida vuelta a casa” ante la ausencia de luz, los semáforos cortados, la falta de agua en algunas zonas, la basura que estaba en toda la Ciudad -aunque pareciera inverosímil por parte de este sector dicho reclamo-.
Desde Edesur comunicaron que “fue una doble falla en dos líneas de alta tensión” producto de “un consumo récord” en toda la Ciudad. Un verano anunciado sin aires, sin agua, sin los servicios adecuados, una vez más, y sin inversión por parte de las prestadoras, aunque digan lo contrario. Con el agravante de una disputa por quién se hace cargo de los problemas, protagonizada por el jefe de Gobierno de la Ciudad y la presidenta Cristina Kirchner, mientras la población paga las cuentas.