Por Emiliano Azubel. Pasó una década desde el primer golpe que dio Argentina a nivel mundial y la selección de básquetbol no deja de emocionar: bajó a Brasil en Londres 2012 y jugará su tercera semifinal seguida de un Juego Olímpico, ante Estados Unidos, mañana a las 17.
Pasaron 10 años desde aquel subcampeonato en Indianápolis. Ocho desde el oro en Atenas. Seis desde el cuarto puesto en el Mundial de Japón. Cuatro desde el bronce en Beijing. Dos desde el quinto lugar en el Mundial de Turquía. Pasaron días, semanas y años de entrenamientos, amistosos, torneos oficiales, vacaciones relegadas para jugar con la celeste y blanca. Y hay algo que no se modificó: la Generación Dorada del básquetbol argentino sigue haciendo historia entre los mejores del planeta. Con un corazón y una entrega innegociable, el seleccionado dirigido por Julio Lamas se metió en las semifinales de los Juegos Olímpicos en Londres y demostró que no le pesa el paso de una década. Con un promedio de 30,7 años dentro del plantel, cada uno aporta lo suyo para mantener vivo el fuego sagrado.
El 82-77 sobre Brasil difícilmente pueda evidenciar el nivel de tensión, emotividad y nerviosismo que se vivió en la noche londinense o la tarde argentina. Al igual que en los octavos de final de Turquía 2010 (93-89) y en la final del Preolímpico 2011 (80-75), Argentina se cruzó con el equipo brasileño en una instancia decisiva y volvió a quedarse con el triunfo. Mañana a las 17 (hora de nuestro país), al igual que en Atenas y Beijing, la Generación Dorada se enfrentará a Estados Unidos, que dejó en el camino a Australia (119-86).
“Yo creo que tenemos posibilidad de medalla. Este equipo demuestra que en las difíciles siempre se agranda, siempre tiene un cambio más. Siempre tiene la septima ahi puesta. Ahí estamos otra vez. El grupo de los longevos está de vuelta”, expresó, entre risas, Nocioni, que no había tenido un buen comienzo de torneo, pero ayer demostró que es un jugador clave.
Pese al enorme poderío de este equipo repleto de figuras NBA, Argentina sueña con repetir la hazaña de aquel viernes (otra coincidencia con el partido de mañana) 27 de agosto de 2004, en el que la Generación Dorada dejó atrás a los estadounidenenses por 89-81, con un partido inolvidable de Ginóbili.
“Me llena de orgullo que hace diez años estemos entre los de arriba. No sé, entre los tres o cuatro primeros estamos”, aseguró Nocióni. “Alcanzar las semifinales en tres Juegos Olímpicos consecutivos es algo muy difícil y recién dentro de unos años nos vamos a dar cuenta de lo que significa”, señaló Ginóbili. “No solamente eso: se va a poner en evidencia lo difícil que será repetirlo”, agregó el bahiense. “Vamos por la medalla, vamos a buscarla. Estamos a un partido y vamos a buscarla”, se esperanzó Scola.
En un partido de extrema paridad, Argentina logró ponerse en ventaja con una excelente efectividad en dobles (60%). Sin embargo, la diferencia la logró con una defensa muy fuerte y en equipo: con el aporte de Scola, Juan Gutiérrez, Jasen, Leo Gutiérrez y Nocioni fajándose en el poste bajo contra la potencia de los internos brasileños. Uno de los datos clave del encuentro fue que la batalla por los rebotes la ganó el conjunto albiceleste por 38 (ocho ofensivos) a 35.
Pese al poder ofensivo de Marcelinho Huertas (22 puntos), sobre todo en los dos primeros cuartos, Argentina se repuso del 23-26 inicial en el primer parcial. Llegó a sacar 15 puntos de diferencia en el tercero, gracias al aporte de Scola (17), Delfino (16) y Ginóbili (16). Pero no lo pudo sostener en el último cuarto y Brasil apretó hasta el final.
A falta de cuatro minutos, el equipo de Rubén Magnano se puso dos abajo. Otra vez Argentina recurrió a una defensa muy apretada, con Chapu Nocioni como bandera, que metió 12 puntos, bajó seis rebotes y la garra que lo caracteriza. El actual alero del Caja Laboral de España convirtió un doble y peleó para robar una pelota clave que volvió a poner una diferencia de seis puntos. Luego llegaron los triples de Barbosa, pero Manu volvió a bajar dos rebotes ante los gigantes brasileños y estiró la ventaja desde la línea de libres para sentenciar el partido.
La Generación Dorada demostró que los años pueden pasar, pero siguen vigentes el espíritu, la garra y el corazón de un equipo que quedará en la historia del deporte argentino. Y que no se conforma y va por más. Nocioni definió de la mejor manera lo que transmiten en cada partido: “Pasan los años y seguimos igual, demostrando que amamos estos colores y que sentimos esta camiseta. Porque estamos atados a esta misma pasión, a esta maravillosa pasión que es Argentina”.
La otra semifinal
Por el otro lado de la llave del torneo Olímpico, España se clasificó semifinalista de tras derrotar a Francia por 66 a 59, en un partido muy peleado que se disputó horas antes del de Argentina-Brasil. De esta manera, el quinteto español, campeón del Europeo 2011 y medalla de plata en Beijing 2008, se enfrentará en la siguiente instancia a Rusia que, a primera hora, había eliminado a Lituania, tras ganarle por 83 a 74.