Por Juan Manuel De Stefano. El Torneo Final se encuentra en su momento cumbre. La compulsa por ser campeón y por quedarse en Primera está ahí, al alcance de la mano.
Competitividad, angustia, emoción y suspenso. Todos esos condimentos tiene el torneo actual del fútbol argentino. Si de nivel futbolístico hablamos la ecuación seria distinta, pero nadie podrá decir que el Final no es atractivo de principio a fin. Más allá del juego propiamente dicho, los torneos cortos -en general- garantizan una lucha palmo a palmo en los 2 extremos de la tabla de posiciones. Están los que contienden abajo y arriba. Newell´s (con 32 puntos), River (llegó a 29) y Lanús (28) parecían ser los únicos tres equipos que pelearían hasta el final.
Pero en la carrera por el título se anotaron algunos equipos que parecían no estar para esos menesteres. En las últimas fechas se asentó San Lorenzo con la resonancia del 3 a 0 ante Boca, la victoria ante All Boys y el éxito logrado ante el descendido Unión por 4 a 2. De la mano de los resultados y de un juego ofensivo bien marcado, el conjunto de Pizzi consiguió una armonía consistente luego de varios episodios que parecían empantanar un recorrido que se presagiaba mucho más ameno de entrada y por eso se lo nombraba como un serio aspirante a pelear el torneo.
Luego del Migliore-Gate, el entrenador supo enderezar el barco y acallar las voces que daban como seguro el desembarco de Falcioni a final del campeonato. Con la aparición de algunos jóvenes valores (Héctor Villalba, Ángel Correa, Gonzalo Verón, Leandro Navarro) y el acompañamiento de los más grandes (Mercier, Buffarini, Gentiletti, Alvarado y el revitalizado Piatti) el proyecto volvió al lugar adecuado para darle un aire renovado y esperanzador al equipo. Está con 26 puntos junto con Arsenal y con la motivación a pleno para encarar la recta final.
A Gustavo Alfaro y sus muchachos nunca se los tiene en cuenta pero siempre se las arreglan para llegar a lugares que nadie creía. Así ocurrió con el Arsenal que salió campeón por primera vez en su historia en el Clausura 2012. Aquel equipo entró en la consideración colectiva en las últimas fechas y se consagró casi sin que nadie lo notara. Un conjunto solido, duro y complicado para sus rivales. Con una base importante (Campestrini, Lisandro López, Ortiz, Aguirre y Benedetto) y con la pelota parada como el arma fundamental para vencer a sus rivales.
Habrá que ver si los rosarinos siguen en la Copa pero a priori si pasa a Boca tendrá el camino libre para enfocarse en el campeonato local, por la suspensión del torneo de mayor importancia en Sudamérica a causa del párate por la Copa de las Confederaciones. De este modo no deberá reservar jugadores de cara a la definición. Si bien Martino viene manejando bien el tema de los descansos y las cargas de cada jugador, no es un dato menor que pueda apuntar los cañones hacia un solo lugar. Sin dudas que Newell´s por su fútbol y por la firmeza de un equipo con todas las letras debería consagrarse sin problemas.
De cualquier manera, River y Lanús darán todo de si para consagrarse. Ramón Díaz parece haber encontrado variantes para sacar adelante cada partido y si bien su equipo no luce demasiado, va partido a partido encontrando soluciones a los problemas que acarreaba el equipo desde el torneo anterior. La firmeza y sobriedad de Barovero, el notable crecimiento de Balanta, la regularidad de un renovado Ledesma y un Lanzini en alza hacen pensar en que si explotan definitivamente Iturbe y Funes Mori, River es serio candidato.
Lanús con sus últimas performances quedó un poco alejado pero no sólo por los resultados sino por un juego que se parece muy poco al de las primeras fechas. El conjunto de los Barros Schelotto perdió la frescura y la velocidad para atacar y la solidez defensiva no puede sostenerlo todo. La primera derrota en el torneo (3 a 1 ante San Martín de San Juan) mostró la peor cara del equipo. Regueiro y Romero bajaron el nivel considerablemente y lo sintieron sus compañeros. Habrá que ver qué soluciones encuentra el entrenador para revertir la historia que dice que los del sur se caen al final de cada campeonato que pelean.
La lucha por no descender entra en su etapa de definición y está todo por decidirse. Argentinos e Independiente están a sólo 3 puntos de diferencia y si a esto se le suma que San Martín comenzó a ganar de la mano de Forestello, la empresa será complicadísima para todos. Brindisi le inyectó a los de Avellaneda una dosis de esperanza que parecía perdida con Américo Gallego y hace 5 partidos que no pierde (3 triunfos y 2 empates). Argentinos con sus problemas a cuestas (la rescisión de Garcé, Matellán y Placente con escándalo incluido y la renuncia de Segura a la vicepresidencia de la AFA) encontró un buen punto ante un Estudiantes que venía en alza de la mano de Pellegrino. Pero deberá encarar 4 fecha terribles ante los primeros 4 equipos del torneo. Independiente hereda el fixture de los de la Paternal con la diferencia de que cierra con Colón, en Santa Fe.
Si San Martín de San Juan saca 10 puntos de los 12 que quedan obligarían a Independiente a ganar todos sus partidos. Pero los de Forestello tienen 3 de 4 como visitante (Tigre, Belgrano y River) y recibe a Estudiantes en San Juan. Nada está garantizado ni decidido.
Los otros dos que podrían descender son Quilmes y Rafaela. El equipo de De Felippe se queda en primera sacando 8 puntos, pero le alcanzaría con menos dependiendo de los demás resultados. Le queda el comentado y sospechadísimo encuentro ante Racing el viernes y luego Arsenal, Godoy Cruz y Tigre. Atlético, por su parte, con 4 puntos se asegura la permanencia en Primera.
Ansiedad, desazón, inquietud y conmoción son varios de los sentimientos que se perciben en el ambiente en tiempos de definiciones. La responsabilidad que sienten los jugadores para pelear por salir campeón o por no descender, pueden definirlo todo. Un error, una mala entrega o un gol errado pueden significar la gloria o Devoto. El bendito fútbol argentino nos tiene acostumbrados a esta clase de definiciones. ¿Se juega bien?, ¿el nivel es el que todos esperamos? Esa es otra historia.