Por Belisario Sangiorgio. Vecinos de Caballito denuncian el funcionamiento de dos narco-prostíbulos desde hace seis años. Piden que sea intervenida la Comisaría 11 por connivencia con las mafias. El rol del secretario de Seguridad Sergio Berni.
-¿Se puede comprar merca acá?- pregunta, disfrazado de cliente, un miembro de la asamblea barrial.
-Me vas a tener que esperar un cachito- contesta una travesti llamada Vanesa que regenteaba durante ese turno el prostíbulo ubicado sobre la avenida Díaz Vélez 5343, a metros de la avenida San Martín, en el barrio de Caballito.
El sol de la primavera impacta con bronca sobre las baldosas del patio interno del viejo caserón. Vanesa vuelve a escena. “Estoy por traer algunas chicas de Paraguay”, agrega después de vender, frente a la cámara oculta, una bolsa de cocaína a 100 pesos. El documento audiovisual, difundido el lunes 22 de octubre, fue registrado por la fundación La Alameda en trabajo conjunto con la asamblea Caballito de Pie y la Iglesia del Buen Pastor. Pero la historia de estos huecos narco-prostibularios en la jurisdicción de las comisarías 10 y 11 de la Policía Federal no es nueva.
Según explican desde La Alameda “en diciembre de 2011, la Unidad Fiscal Anti Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (UFASE), también elevó una denuncia sobre este lugar en avenida Díaz Vélez 5343. Sumada a una denuncia por infracción a la Ley de Profilaxis (12.331) realizada por la Fiscalía Correccional Nº2 a cargo de Dora Nancy Olivieri, la cual solicitaba la intervención telefónica y el allanamiento de este aguantadero. El pedido de allanamiento y las escuchas telefónicas fueron solicitados al Juzgado Correccional Nº 8, secretaria 61, a cargo de Walter Candela. El magistrado rechazó cada uno de los pedidos de la fiscal Olivieri pese a la gran cantidad de denunciadas y pruebas presentadas sobre este aguantadero de narcos y explotadores.
Los antecedentes abundan. Y se remontan a varios años atrás. Según confirman las mismas personas escrachadas en la cámara oculta, la red de venta de drogas, explotación de mujeres y niñas funciona, por lo menos, desde el año 2006. Por ese entonces, el prostíbulo estaba ubicado en la calle Río de Janeiro 281, jurisdicción de la Comisaría 10 de la Policía Federal Argentina. Julio César Ruiz, titular de otra fundación, llamada Adoptar, realizó una denuncia a la UFASE, cuando vio como un anciano empujaba a tres menores puertas adentro del hueco.
Dos años después, en 2008, miembros de la fundación Adoptar debieron asistir a una joven tirada en la calle que había escapado del lugar. “Mientras era asistida, se presentó personal de la Comisaría 10, quien maltratando a la víctima intentaba retirarla de la vía pública, negándole asistencia médica del SAME. En la actualidad no se tiene conocimiento de si la víctima fue realmente rescatada o cayó nuevamente en las manos de estos mafiosos esclavistas”, explican desde la fundación La Alameda que, en el año 2009, volvió a denunciar el inmueble de Díaz Vélez (ambos regenteados por la misma mafia) junto con otros 613 prostíbulos en la Capital Federal.
Del discurso a la práctica
Durante el lunes, el cielo amagó con llover todo el día. Algunas gotas cayeron cerca de las 20, cuando más de 250 vecinos de Caballito motorizaban el escrache al prostíbulo de Díaz Vélez. Llegaron hasta la puerta y, pasados quince minutos, desde adentro del narco-prostíbulo, comenzaron a arrojar baldes de agua con lavandina, objetos contundentes y gas pimienta. “Ante esta situación de violencia de los mafiosos sobre los vecinos, la actitud del personal de la Comisaría N° 11 fue de total pasividad y complicidad. El oficial a cargo del operativo se acercó hasta la puerta del inmueble, vio las agresiones y escuchó los gritos desde el interior del aguantadero que confirmaban lo registrado en la cámara oculta”.
Por el ataque a la movilización pacífica dos manifestantes debieron ser hospitalizados. Y, “por la actitud de complicidad ante las agresiones durante el escrache y por el notorio encubrimiento a este aguantadero” los vecinos restantes decidieron redactar un comunicado y solicitar “de manera inmediata la intervención de la Comisaría N°11”. Cabe destacar que luego de denunciar durante 2012 más de 130 delitos en la Comuna 6, la Iglesia del Buen Pastor, donde se realizan las asambleas barriales, fue saqueada en un claro mensaje mafioso.
Un entramado marca mafia
Lucas Manjon, referente de La Alameda, explicó a Marcha: “No hay forma de que la Policía no sepa. Además, estamos recibiendo denuncias de vecinos donde refieren que hay una relación muy importante entre el prostíbulo y oficiales de la Federal. Ahora estamos chequeando esas denuncias. Ambos prostíbulos funcionan desde 2006. La Agencia de Control Comunal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene un pedido de clausura sobre el lugar. Pero nadie actúa. Por lo tanto, se pidió una reunión en el Ministerio de Seguridad. Nos comunicamos con la secretaría de Sergio Berni y nos tienen que confirmar la reunión. Lo que sí es claro, es que no vamos a aceptar más reuniones con asesores, que fue bastante extraña para este gobierno que trata de encarar la cosa desde una política de derechos humanos”.
“La molestia en la secretaría de Seguridad es porque les entregamos directamente a ellos la recopilación de denuncias. Se preguntaban por qué nosotros teníamos 130 denuncias y ellos, solamente, dos. Hay casos de claras zonas liberadas. Nos preguntan, también, por qué no les damos las denuncias a la mesa de seguridad, y les respondemos que esa mesa está manejada por una banda de impresentables. Hay una plena connivencia entre los mafiosos y la pasividad de la Policía. De los 613 prostíbulos denunciados en Capital Federal, prosperan contadas investigaciones. Un prostíbulo de Recoleta, por ejemplo, recauda cerca de 200 mil pesos por día. Por otro lado, lo que sí admiten en la secretaría de Seguridad es que tienen problemas en las comisarías 11 y 12. Pero no dicen qué clase de problemas”, concluye Manjon.