Pasaron 37 años de la “Noche de los Lápices”, cuando la dictadura secuestró a diez estudiantes secundarios. Para recordar la fecha, no solo hubo movilización en distintos puntos del país sino que, en la Ciudad de Buenos Aires, comenzó un plan de lucha que incluyó la toma de varios colegios.
Era entre la noche del 15 y la madrugada del 16 de septiembre de 1976 cuando diez estudiantes de la Escuela Normal 3 de La Plata fueron secuestrados. Intervino un grupo de tareas del Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y de la Policía de la provincia de Buenos Aires. Los jóvenes tenían entre 14 y 18 años, militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios y muchos habían participado en la lucha por el boleto estudiantil en 1975. Seis de ellos permanecen todavía desaparecidos.
Este año, para conmemorar la fecha, se realizó una movilización en la capital del país que fue de Congreso a Plaza de Mayo. Participaron los centros de estudiantes de varios colegios secundarios que fueron acompañados por los estudiantes universitarios y distintas organizaciones políticas y sociales.
En La Plata, ciudad donde desaparecieron los jóvenes secuestrados en 1976, se realizaron dos movilizaciones. Una convocada por el kirchnerismo y otra por partidos y organizaciones de izquierda.
Uno de los puntos más importantes se dio en Tucumán donde hace varios días se encuentran tomadas varias facultades de la Universidad Nacional que funciona en la ciudad. Cerca de 4000 personas se congregaron en la Plaza Independencia para recordar la fecha.
La lucha en la ciudad de Buenos Aires
El reclamo principal es el mismo que en 2012: el cambio curricular que quiere impulsar el gobierno de la Ciudad sin tomar en cuenta la opinión de estudiantes y docentes.
La Nueva Escuela Secundaria de Calidad (NESC), como se conoce el proyecto, surge como respuesta del gobierno porteño a las nuevas pautas establecidas por el Consejo Federal de Educación a todas las provincias del país, pero que en el caso de la Ciudad, su aplicación corresponde a un programa elaborado por el gobierno de Mauricio Macri.
El año pasado, luego de la toma de más de 40 colegios, los estudiantes lograron que se prorrogara el cambio curricular previsto por la NESC hasta 2014. Además se realizarían nueve jornadas de participación institucional durante este año para que la comunidad educativa pudiera influir en las decisiones sobre estos cambios.
Sin embargo “la realidad es que el Ministerio de Educación de la Ciudad no ha hecho que estas jornadas sean productivas, no envío a la gente como se había comprometido, no mandó los documentos suficientes para que nosotros podamos discutir y hoy nos encontramos nuevamente ante un cambio curricular inconsulto que se aplicará el año entrante y que implica un recorte en las materias y en los contenidos”, explicó Lautaro Podestá, militante de la Organización Estudiantil Lobo Suelto que forma parte de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) en el portal web Prensa3M.
En concreto la reforma supone la eliminación de varias orientaciones y la desaparición de historia y geografía en cuarto y quinto año, entre otras cosas. “En el caso particular de las escuelas artísticas, el recorte afecta a materias orientadas al arte, y de esa manera se pierde la identidad que hace a la historia de los estudiantes que cursamos en esas escuelas”, agregó Podestá.
El gobierno porteño declaró este año que la reforma se iba a demorar un año más, es decir hasta 2015. Sin embargo el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, reconoció que más del 30% de las escuelas sufrirán la reforma el año que viene ya que están autorizadas a comenzar como “prueba piloto”.
“Nosotros creemos que debe haber un cambio curricular. Es ridículo que estemos estudiando con currículas que tienen 60 años”, comentó Podestá. Sin embargo agregó: “Pero entendemos que la reforma que está aplicando el macrismo va en detrimento de la educación. Por eso queremos una reforma con la participación de toda la comunidad educativa”.
Ante estos hechos los estudiantes nucleados en la CEB definieron realizar asambleas en los colegios secundarios de la CABA a los fines de definir qué plan de lucha llevarán adelante. Este lunes resolvieron la toma el colegio Mariano Acosta y el Normal 1. Durante el resto de la semana se realizarán asambleas en los demás colegios y los estudiantes esperan que se tomen medidas similares.
Por su parte el ministro de Educación Nacional, Alberto Sileoni, anticipó que no apoyarán las tomas. “No queremos tomas, queremos que haya clases en todas las escuelas”, declaró el ministro tomando una posición diferente a la que había demostrado el año pasado.
“Vamos a trabajar para que haya clases y para resolver esos temas puntuales. No hago distinción entre la Ciudad y otra provincia por su orientación política. Los 3.500.000 alumnos secundarios tienen que tener clases”, concluyó.