El presidente Evo Morales estuvo varado 14 horas en un aeropuerto de Austria por la negativa de varios países europeos a que el avión presidencial sobrevuele su territorio. Ante esta violación del derecho internacional hoy habrá una reunión de urgencia de Unasur. Marcha dialogó sobre el hecho con Gabriela Gurvich, periodista de Hispan TV en Bolivia.
Durante el día martes Francia, Italia, España y Portugal negaron al avión presidencial boliviano, que volvía de una cumbre en Rusia, sobrevolar sus territorios. El argumento, que nunca fue explicitado por los países europeos, fue la supuesta presencia en la aeronave de Edward Snowden, ex agente de inteligencia estadounidense que filtró información y tiene un pedido de captura en su país de origen.
De hecho recién el día miércoles el gobierno de EE.UU. presentó formalmente al a cancillería de Bolivia un pedido de extradición de Snowden. Esto no había sucedido el martes, sin embargo el avión fue obligado a desviarse.
Ante este hecho, el presidente Evo Morales y su comitiva tuvieron que aterrizar de emergencia en un aeropuerto de Viena, la capital de Austria, donde estuvieron varados 14 horas hasta que los distintos países levantaron la prohibición.
Cómo relató Marcha este miércoles, la situación generó una rápida respuesta e indignación por parte de los países latinoamericanos que convocaron de urgencia (por iniciativa de Bolivia y Ecuador) una reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Este jueves los mandatarios de los distintos países se reunirán en Cochabamba, Bolivia, para definir qué medidas tomarán luego de este incidente diplomático que el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, calificó de “secuestro del imperialismo”.
Para analizar el caso, Marcha dialogó con Gabriela Gurvich, periodista argentina de Hispan TV en Bolivia.
– ¿Cuál fue la primera reacción del gobierno boliviano al enterarse del aterrizaje de emergencia en Viena y la imposibilidad del presidente Evo de continuar su viaje de regreso?
El gobierno boliviano reaccionó inmediatamente y con contundencia. Desde que se conoció la noticia el gobierno mantuvo informado al pueblo -que estaba preocupado por su presidente- sobre la situación que se estaba viviendo y como avanzaba la situación, a la que no se dudó en llamar secuestro.
En seguida se supuso que tenía que ver con un rumor de que Snowden estaba en el avión, y a partir de esto se denunció a Estados Unidos y los gobiernos coloniales europeos -lacayos del imperialismo norteamericano- de atacar a Evo Morales y todo el pueblo boliviano, no solo en lo que tiene que ver con las violaciones a los convenios internacionales que suponen la inmunidad diplomática de todos los presidentes del mundo, sino que también se trató de una humillación y un acto de racismo contra este pueblo, sometido durante más de 500 años por estas mismas naciones.
El ejecutivo identificó inmediatamente las verdaderas razones de lo sucedido: una venganza y el intento de escarmiento a una nación que ha recuperado su dignidad y soberanía y ha expulsado a todos los organismos norteamericanos que practicaban continuamente la injerencia más descarada.
Se está esperando la llegada del Evo y la reunión de la Unasur para ver qué medidas se tomarán, pero por el momento el vicepresidente Álvaro García Linera anunció la decisión de denunciar ante la ONU y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) a Francia, Italia, Portugal y España.
– ¿Qué actitud tomaron los movimientos sociales, las organizaciones y el pueblo boliviano? ¿Acompañaron la denuncia por parte del gobierno?
El pueblo boliviano se movilizó de inmediato. Cuando se supo la noticia se convocó una movilización a la embajada de Francia en La Paz, donde se realizó una vigilia durante toda la noche [del martes]. A la mañana siguiente los movimientos sociales se acercaron a la Plaza Murillo -donde se encuentra el Palacio de Gobierno- para manifestar su apoyo a Evo Morales y su repudio a los gobiernos de Francia, Italia, España, Portugal y especialmente Estados Unidos.
El pueblo boliviano, consciente del carácter imperial de este ataque, tiene desde el inicio muy claro quiénes han planificado esto y porque lo han hecho.
– ¿A qué se debe esta rápida respuesta por parte de la población y las autoridades teniendo en cuenta que los gobiernos europeos y muchos medios de comunicación a nivel mundial no le dieron tanta relevancia al asunto?
Este atropello que sufrió Evo Morales, fue asumido por el pueblo boliviano como un ataque a ellos mismos. Por esto despertó la indignación, porque les recordó los más de 500 años de humillación colonial y neocolonial de los países que ahora prohibieron el vuelo de su presidente, el primero que verdaderamente los representa, al que sienten su hermano. En estas últimas horas se está viviendo en Bolivia una jornada de dignidad, los movimientos sociales salieron a las calles a recordarle al imperialismo que a Bolivia no se la pisotea nunca más y que eso no tiene vuelta atrás.
– ¿Este ataque al presidente Evo tiene que ver exclusivamente con el caso Snowden o crees que se enmarca en un contexto mayor de agresión hacia los procesos de avanzada en el continente?
Desde ya que no es sólo por el caso Snowden. Sí es verdad que el caso Snowden está sacando de las casillas a Estados Unidos.
La sensación que se tiene en Bolivia es que no se lo hubieran hecho a un presidente como Correa, por más enemigo que sea de EEUU, es un economista de Harvard; tampoco se lo hubieran hecho a Cristina, una abogada blanca; se lo hicieron a Evo porque es indio, porque habla un castellano mezclado con aymara, porque tiene la piel oscura y los ojos rasgados, porque es dirigente cocalero. Es la humillación que muchos bolivianos reciben en los países del norte exacerbada a su máxima potencia.
Y desde ya que es a Evo, quien hace años le está poniendo los puntos al imperialismo, expulsando a sus agencias de cooperación denunciándolas de injerencia. A Bolivia que es parte del “eje del mal”, a Evo que con la muerte de Hugo Chávez, asumió su lugar en la lista de los principales enemigos públicos de Estados Unidos. Es el intento de escarmentar a un gobierno que recuperó su soberanía y que día a día construyen la dignidad que les habían querido arrebatar. Pero lo que no sospechaban, o no les importó saber, fue que la reacción a nivel nacional y regional fue contundente.
La solidaridad se hizo presente desde el minuto cero, y los pueblos y gobiernos dignos de la América se plantaron firmes e hicieron escuchar su voz de reclamo, que retumbaba en los oídos sordos y las bocas mudas de los gobiernos europeos que se han llamado al silencio. La vergüenza que le quisieron hacer vivir a Evo se transformó en vergüenza internacional para estos países títeres de Estados Unidos.